• La fuga de talentos amenaza a la investigación

    La sordera, el glaucoma, el alzhéimer o la esclerosis múltiple. El Instituto de Investigación en Discapacidades Neurológicas (IDINE) cuenta con doce grupos, con más de cincuenta profesionales implicados, centrados en enfermedades del sistema nervioso. Pero esta apuesta temática por la investigación, con sede en la Facultad de Medicina Albacete y prestigio internacional, se enfrenta a la fuga de talentos. De hecho, ha perdido al catedrático José María Ruiz Moreno. Y es que, a juicio del director del IDINE, José Juiz, Castilla-La Mancha debería apostar por un sobreesfuerzo en esta parcela que no hace.

    El IDINE nació en el año 2009 de la mano del Centro Regional de Investigaciones Biomédicas (CRIB). De esta manera, la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) agrupaba líneas estratégicas. Desde entonces y bajo la dirección del catedrático José Juiz, este instituto ha trabajado de la mano con profesores de las facultades de Medicina, Enfermería, Farmacia o Derecho, ya que sus investigadores se enfrentan a las enfermedades neurológicas desde el origen y la prevención hasta las consecuencias sociales. De ahí también que desde su nacimiento el IDINE haya tratado de contar con las asociaciones de pacientes.

    Los mecanismos de plasticidad cerebral, la prevención farmacológica de la sordera, los genes implicados en enfermedades minoritarias o el diagnóstico precoz de la enfermedad de Alzheimer. Este instituto abarca un amplio abanico que se financia a través de convocatorias públicas. Por ejemplo, el proyecto centrado en el glaucoma congénito, que tiene como investigador principal al doctor Julio Escribano, ha obtenido más de 126.000 euros del Ministerio de Ciencia e Innovación. Este es sólo un ejemplo de un grupo científico que confía en comprender mejor las bases genéticas de la enfermedad, facilitar el diagnóstico y el asesoramiento genético y contribuir a nuevas dianas terapéuticas con el objetivo de mejorar la calidad de vida de pacientes y familiares.

    Pero dentro del árbol temático del IDINE, centrado en la enfermedad neurológica, sus grupos de investigación también abordan la protección jurídica de los derechos de las personas con discapacidad o su derecho a la educación.

    A juicio de Juiz, el IDINE tiene los cimientos y el talento para seguir creciendo y mantenerse como un referente en investigación. Está consolidado, pero necesita que Castilla-La Mancha haga un sobreesfuerzo para mantener a sus investigadores y atraer a nuevas promesas. No se trata tanto de dinero como de motivación, ya que, en su opinión, el buen investigador consigue financiación dentro y fuera de sus fronteras.

    En el tintero quedó una iniciativa que habría reforzado al IDINE y “tentado” a sus investigadores para que se quedaran, la creación del Instituto de Investigación de la Salud de Castilla-La Mancha. Con Albacete como sede, hubiese permitido que el Sescam y la Universidad de Castilla-La Mancha aunaran fuerzas. Los mimbres, con la Facultad de Medicina y el Complejo Hospitalario, están ahí.