En breve, el 9 de febrero, celebramos el día de Santa Apolonia, patrona de odontólogos y estomatólogos. No son muy buenas las sensaciones en la profesión, en la que se acumulan los problemas. Hoy nos enfrentamos a una plétora profesional debido al gran número de facultades públicas y privadas, que sin tener en cuenta las necesidades sociales, se dedican a egresar cada día más licenciados en odontología que serán una mano de obra barata para unos empresarios oportunistas que vienen para hacer caja.
Es así, que de un tiempo para acá, hay empresarios que se dedican a montar cadenas marquistas
con una mano de obra sobreexplotada y con una calidad de los tratamientos, a veces, dudosa.
La profesión, como que se ha olvidado de su misión de defensa de la salud oral, de su aspecto sanitario, y se ha dejado llevar por un mercantilismo cada día más agresivo donde el paciente se encuentra cada vez más desprotegido y más utilizado, y con unas posibilidades de defensa casi nulas.
Existe una oferta cada día mayor de máster, algunos de ellos de dudosa calidad o avalados por universidades sin facultad de odontología o extranjeras. Todo ello agravado por una situación donde el Ministerio no crea las especialidades odontológicas y algunos profesionales se atribuyen una formación especializada por unos cursos de fin de semana.
A esto le sumamos el vacío legal existente sobre publicidad sanitaria. Algo que es urgente legislar en beneficio de la salud. Con este panorama, lo que tenemos es una sobre exposición del ciudadano a unos anuncios carentes de filtros, carentes de ética y poco honestos con la profesión, de la que están dando una imagen mercantil y en oferta continua. Muchas de estas ofertas están dentro de lo que la Administración llama “baja temeraria” cuando licita obras públicas por ejemplo, pero esta figura no existe para unos tratamientos de los que depende la salud de los pacientes.
Además, asistimos a un auge de los casos de intrusismo que pescan en un río revuelto.
No es un periodo para estar satisfecho ni muy halagüeño para Santa Apolonia. De todas formas, desde la organización colegial seguiremos trabajando y apelaremos a Ella para que ayude en la reconducción de la situación, si es que ya no es tarde.