• La otra cara de Dámaso González

    El diestro albaceteño pasará a la memoria colectiva como “rey del temple”, como uno de los toreros más destacados de la década de los setenta. Así recordará a Dámaso González la Historia de España, pero en su tierra, en Albacete, hay otra faceta que pesa tanto o más que su carrera taurina. Amantes y detractores de la Fiesta Nacional no olvidan el compromiso del torero con la Institución Sagrado Corazón de Jesús “Cotolengo” y con todas aquellas causas que recurrieron a él. De hecho, la ONG Stop Ceguera saca a la luz la obra con la que el diestro aunó sus venas artística y solidaria.

    En 2011, Dámaso González se unió a la exposición “Botijos de la luz”, con la que Stop Ceguera recauda fondos todos los años para devolver la vista en los países más pobres del planeta. La ONG pidió a deportistas, actores y pintores, entre un sinfín de caras conocidas, que pintaran un botijo para sacarlo a la venta. Recuerda el oftalmólogo José Ramón Villada, miembro de Stop Ceguera, que una de las hijas del torero, que en aquella época trabajaba en una televisión local de Albacete, se interesó por el proyecto y pensó en su padre.

    Así, fruto de la casualidad, el diestro pintó un botijo para luchar contra la ceguera en el tercer mundo, una pieza única que representaba a la Plaza de Toros de Albacete, la que ha perdido a uno de sus toreros más ilustres en 2017, el año en el que celebra su primer siglo de vida.

    Stop Ceguera ha querido recuperar la imagen del botijo, vendido en su momento, para expresar su pesar por la muerte “de un extraordinario torero, excelente persona, que nos transmitió todo su cariño y solidaridad. Desde aquí nos unimos a todas las muestras de dolor por su pérdida. Ya torea y triunfa en otras plazas. Descanse en Paz, maestro“.