• La Ruina suma décadas de éxitos para la ONCE

    Es el único grupo de teatro con el que cuenta la Organización Nacional de Ciegos de España (ONCE) en Castilla-La Mancha. La Ruina atesora desde 1991 una historia de éxitos, ilusión y sacrificio. Actrices como Encarni Ochando cierran el quiosco a las nueve de la noche y se van a ensayar hasta cerca de las 12. Y al día siguiente, a las 8.15, vuelve a vender el cupón con la misma sonrisa de siempre.

    La Ruina cuenta con actores de primera, con un director de excepción, Juanma Cifuentes, y con un sueldo que se limita a la ilusión. Pero los aplausos del público son más que suficientes para un equipo que ha triunfado en el Corral de Comedias de Almagro, en el festival internacional, en Málaga, Cataluña, País Vasco o Madrid. Son el único grupo amateur que ha actuado en el Teatro Circo de Albacete. Y estos actores se han atrevido con todo, desde Quintero y Arniches hasta Valle Inclán.

    Todo empezó en 1991. El delegado de la ONCE por aquel entonces, Carlos Javier Hernández, propuso que se organizara un taller de teatro en Albacete. Los inicios fueron un desastre. El grupo pasaba un buen rato, pero los primeros resultados estuvieron llenos de tropiezos. Tales fueron aquellos pasos iniciales que Pepa García Andrés, la más veterana de las actrices aún recuerda que fue Francisco Chacón quien, en medio de un ensayo, dijo: «Esto es una auténtica ruina». Y así se quedó, como La Ruina.

    Lo que empezó como una ruina hoy es una compañía de éxito

    Pero pronto se vería que la ilusión transformaba a los actores en la manos del primer director, Francisco Redondo. Y con el segundo director, Francisco Pérez, seguían cosechando éxitos y con el actual, Juanma Cifuentes, se llevaban el aplauso del público en el festival de los festivales, en el internacional de teatro clásico de Almagro.

    Y es que La Ruina recorre la provincia de Albacete, Castilla-La Mancha y España con su propio autobús de seguidores. Así a un público siempre entregado se suma su propio equipo de incondicionales admiradores.

    Verles en «Ensayando un don Juan», obra con la que están ahora, pone los pelos de punta. Son diez actores, dos ciegos, cinco con deficiencias visuales y tres voluntarios. Tienen marcas en la mesa y el suelo para que no falle ni un solo movimiento y miran e interpretan con tal intensidad que es imposible adivinar dónde está la discapacidad.

    Los actores de La Ruina definen el teatro como «una experiencia de vida», una afición que se ha vuelto adictiva

    Juanma Cifuentes, a la derecha, en un momento de los ensayos en la sede albaceteña de la ONCE.

    Para Juanma Cifuentes se trata de un reto más que afronta un director polifacético. Actor, director, escritor y tenor, ha querido que La Ruina suba un escalón, el de los clásicos, pero sin necesidad de renunciar al humor. De hecho, «Ensayando un don Juan» es el teatro dentro del teatro. Pero también ha dirigido a La Ruina con «Coplas y romances de cordel». Él adapta las obras, pero es la ONCE quien se encarga de pasar los textos al sistema braille o agrandar las letras.

    La Ruina está siempre entre los seleccionados para la Bienal de Teatro de la ONCE, pero actúa allí donde lo inviten. Este grupo no cobra nunca entrada y, cuando lo hace, la recaudación se destina a una causa, como la de Stop Ceguera o la de Afanion.

    El Autor

    Dolores Carcelén/ Carmen Piñero

    Periodistas

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