• La Unidad de Interconsulta de Toledo, de ‘excelencia’

    La Unidad de Interconsulta y Asistencia Compartida del Hospital Universitario de Toledo, dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, ha logrado la acreditación a través del programa SEMI Excelente de la Sociedad Española de Medicina Interna, por su calidad de la atención sanitaria a los pacientes complejos que requieren ingresos en especialidades quirúrgicas.
     
    En la certificación se ha valorado la modalidad de Asistencia Compartida con el servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital de Toledo, en la que se atienden a todos los pacientes menores de 75 años con patologías crónicas, así como las infecciones osteoarticulares de todos los ingresados, además de coordinar la atención médica al resto de especialidades quirúrgicas a través de interconsultas.
     
    Esta atención comprende la valoración inicial para que el paciente llegue al procedimiento quirúrgico en las mejores condiciones, así como su postoperatorio y la revisión tras la hospitalización, si la situación del paciente así lo requiere.
     
    Además de completar la atención médica a los pacientes a través de una consulta semanal y del Hospital de Día Médico, también se han realizado protocolos específicos con el fin de mejorar la calidad y seguridad en la atención a estos pacientes para evitar su deterioro clínico.
     
    El equipo, formado por las doctoras María Jesús Moya Saiz, Pilar López Castañeyra y Raquel Labra González, explica que “el sistema de interconsulta ha sido y es el modelo organizativo más habitual mediante el cual los diferentes servicios asistenciales dan soporte a otros servicios, aportándoles los conocimientos y habilidades propios de su especialidad”.

    Una atención más adaptada

    En los últimos años ha ido surgiendo una forma de atención médica más adaptada a la situación clínica del paciente durante su estancia hospitalaria, denominada Asistencia Compartida, en la que especialistas de diferentes áreas asumen de manera conjunta la responsabilidad del manejo del paciente, habitualmente referido al ámbito quirúrgico.
     
    Esto implica una colaboración continua entre los profesionales durante toda la hospitalización del paciente, tomando decisiones consensuadas sobre el tratamiento y el seguimiento clínico, lo que optimiza la atención mejorando la calidad de la asistencia de los pacientes con múltiples patologías o situaciones complejas, que redunda en mejores resultados en salud.
     
    La acreditación concedida por la SEMI ha analizado tanto la cartera de servicios, actividad docente e investigadora a través de comunicación a congresos, realización de protocolos, número de pacientes atendidos y continuidad asistencial mantenida en el tiempo independientemente de la carga asistencial del servicio.

    UMAC

    La Unidad Médica de Asistencia Compartida e Interconsultas (UMAC) del Hospital Universitario de Toledo comenzó a funcionar en febrero de 2014 y está formada por tres facultativas especialistas en Medicina Interna.  Atiende una media de 30 pacientes diarios, de los cuales entre el 30 y el 40 por ciento padecen patología infecciosa, como infecciones de prótesis articulares u osteomielitis.
     
    La unidad ha asumido las rotaciones de médicos residentes de Medicina Interna de cuarto y quinto año, así como residentes de primer año de las especialidades de Rehabilitación y Reumatología.

    Un comentario

    1. Isidoro Jiménez Rodríguez

      Ocurrencias Fernández, 9 (O.F. 9/2025)
      ¡LOS EXPERIMENTOS…CON GASEOSA!

      Se da por sentado que esta célebre frase fue acuñada por el escritor y filósofo, Eugenio d’Ors Rovira, cuando un camarero (torpón) que le atendía, derramó champagne sobre su chaqueta..
      El invento que hoy nos da a conocer el aparato informativo, no deja de ser otra entelequia filosófica que solo sirve para intentar tapar el exceso de médicos existente en los hospitales castellano-manchegos. Opino que el publi-reportaje, realmente, nos descubre -sin ser conscientes sus autores de ello-, el descontrol existente en la esfera médica, su incapacidad para poner a sus miembros a solucionar los problemas reales de los pacientes.
      Considero que no es de recibo que profesionales con una injusta e innecesaria formación de grado de 6 años, más otros 5 de especialidad, puedan precisar la ayuda de otros colegas, ni siquiera para la asistencia a esos pacientes complejos que mencionan. Y todo ello, mientras a otro personal clínico se les obliga a trabajar en áreas que desconocen, careciendo de una mínima formación específica sobre tales espacios clínicos. Y ello pone en peligro la seguridad de los pacientes.
      Lo lógico, lo coherente, es que la propia profesión medica repensara y se replanteara el abandonar las teorías medievales que les siguen guiando. Nuestra sanidad no está para este tipo de exquisiteces y florituras “mediquiles”, en forma de portentosas “unidades médicas”. Solucionen los problemas de los ciudadanos que esperan días en urgencias para ingresar; de los que aguardan durante años una intervención quirúrgica; o de los que soportan varios días o semanas para acceder a una consulta que, en no pocos casos, se resuelve en menos de 5 minutos. Aclaren, pues, porqué este descenso del rendimiento en nuestros centros asistenciales, cuando los avances en diagnóstico y tratamiento, deberían haber propiciado un normal descenso en el número de médicos, sin ninguna consecuencia asistencial para los ciudadanos.
      Y claro que hay que coordinar los distintos servicios y prestaciones para facilitar que los pacientes no se vean inmersos en el interesado y mercantil caos actual. Esta desorganización y anarquía, bajo mi punto de vista, sólo obedece a las crematísticas metas galénicas. No pongamos “lobos a cuidar de ovejas”. Entre otras cosas, por que el rol de (cuidador) no corresponde al médico, sino a otro profesional clínico.
      Creo que los “semi-excelentes”, como se autodenominan -o auto-condecoran-, según el remitido de hoy, deberían comenzar por denunciar a la opinión pública el abuso e improcedencia de un buen número de interconsultas y pruebas. Así como que tan desastrosa utilización de recursos y medios en el ámbito hospitalario, hacen inviable nuestra sanidad pública.
      Y si alguien tiene una necesidad extrema por observar su ombligo, que no reprima tan humano apetito. Pero que lo haga fuera de su ámbito laboral, en su esfera privada.

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