• El efecto Laika

    Laika es una joven, de pelo largo y carácter alegre, que, desde hace tres años, ataviada con su uniforme azul, revoluciona la residencia albacetense del Paseo de la Cuba. Trabaja para Gudcan, un equipo de 18 profesionales, con diez técnicos y ocho perros, que recorre desde 2015 las residencias de mayores y discapacitados de Castilla-La Mancha.

    laika Gudcan

    Mitiga la soledad y la depresión con su sola presencia

    Y es que perros como Laika son capaces de cambiar el ambiente de toda una residencia, de combatir la soledad y la depresión sólo con su visita. Eso sí, no se trata de un animal de circo sino de un perro entrenado por especialistas en Psicopedagogía.

    Cada sesión con Laika supone un trabajo previo y posterior. De hecho, Gudcan tomó fuerza a raíz de una investigación de su fundador, Luis Huerta, quien comprobó, en pacientes con alzhéimer incipiente y moderado, que el contacto con estos animales reducía el consumo de psicotrópicos, así como mejoraba tanto la calidad de vida como el clima del centro.

    Prueba de ello es que la llegada de Laika a la residencia de mayores del Paseo de la Cuba despierta a los ancianos, pero también cambia la cara de sus trabajadores. La perra trae recuerdos del pueblo, de la infancia o de aquel animal de compañía que era uno más de familia. Ella saluda, despierta el interés y se suma a una sesión, con un pequeño grupo de usuarios, donde se trata de despertar la memoria y la participación con preguntas de cultura general.

    La historia de Laika en Gudcan

    Pero el efecto Laika va más allá de recordar ciudades que empiecen por la letra “e”. Se trata de sentirse querido. Y si esta perra destaca en algo es en la capacidad para repartir cariño allí donde la lleven. De hecho, a esta golden retriever la seleccionaron entre 24 candidatos para sumarse al equipo de Gudcan. La perra pertenecía a una familia que no podía hacerse cargo de ella. Se ganó el puesto con creces porque era equilibrada, sociable, se adaptaba a cualquier ambiente, disfrutaba con el contacto físico y se portaba muy bien. Así fue como pasó de una familia a otra, la de Gudcan, que pone como requisito que sus técnicos, la mayoría psicólogos y psicopedagogos, vivan con los perros.

    Gudcan trabaja en más de cuarenta centros de Castilla-La Mancha

    En diciembre de 2015, nació Gudcan. Empezó con el psicopedagogo Luis Huerta, que comenzó a trabajar con dos perros, Cora y Lara, en Cuenca, primero con un niño con autismo y luego con las asociación de atención a la discapacidad Apromips. Hoy, con diez técnicos en plantilla y ocho perros, Gudcan trabaja en más de cuarenta centros de Castilla-La Mancha con más de cincuenta proyectos. Y es que el “efecto Laika” funciona contra la soledad, mejora la comunicación, la motricidad y, en definitiva, “humaniza” ambientes tan fríos y hospitalarios como pueda ser una residencia.

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