• Ambulancias del Sescam sin aire ni seguridad

    Antonio Manzanares cuenta en primera persona el día a día de los pacientes del Sescam con las ambulancias, un servicio con múltiples deficiencias.

    El Autor

    Antonio Manzanares

    Fotógrafo de la naturaleza y maestro. Ha trabajado con Rodríguez de la Fuente y De la Quadra-Salcedo. Autor de 24 libros. Paciente del Sescam.

    Carta a la responsable de transporte sanitario del Sescam

    Después de mucho tiempo, vuelvo a escribirle para quejarme de que los problemas de las ambulancias del Sescam siguen igual. Cada vez están en peores condiciones. Son como viejos tractores: haciendo muchos ruidos, sin aire acondicionado (tan necesario en estos tiempos de tantos calores) y un largo etcétera, inapropiadas para transportar enfermos. ¡Vamos, unas viejas tartanas!”.

    problemas ambulancias Sescam

    Veo, por tanto, que a usted sigue dándole igual el traslado de sus conciudadanos enfermos.

    Tengo 72 años. Durante la primera parte de mi vida laboral estuve trabajando como maestro de Enseñanza Primaria, impartiendo educación y filantropía entre mis alumnos, para que aprendieran a ser justos y buenas personas.

    Durante la segunda parte de mi vida laboral me dediqué a viajar por todo el mundo fotografiado y haciendo observaciones sobre la vida silvestre, especialmente sobre el mundo animal, para, consecuentemente, escribir artículos y libros que contribuyeran a la educación medioambiental, intentando hacer un mundo mejor.

    Pues bien, en ningún sitio del mundo vi nada igual. Lo que menos podía imaginar es que en mi trayecto hacia la tercera edad, arrastrando una enfermedad renal, iba a ser tan maltratado por mis paisanos, personas deleznables e ignominiosas, los responsables de trasladarme durante un largo tiempo desde mi casa en Hellín hasta Albacete para asistir a diálisis.

    “Y dicho esto voy a contarle el último caso que me aconteció con ustedes el día 6 de julio, a las 3.30 de la tarde, cuando el calor más apretaba. Vino a recogerme una de sus ambulancias. No llevaba aire acondicionado y su interior parecía un horno. Consecuentemente me negué a subir. La conductora técnica lo entendió y llamó a sus superiores. Yo esperé en mi casa a que mandaran otra ambulancia en buen estado. Tardó una media hora en llegar.

    Pues bien, en la nueva ambulancia tampoco funcionaba el aire acondicionado. Como la diálisis no tiene perdón, tuve que subir a esa “ambulancia” (valga el mote) y marchar para Albacete, con un recuerdo “entrañable” para la directora General de Transporte Sanitario y sus irresponsables” subordinados.

    Pobres conductores

    ¿Cómo pueden ustedes caer tan bajo en cuanto al trato a los enfermos que dependemos involuntariamente de sus servicios? Y pobres conductores del Sescam, tan buenos y voluntariosos ¡Lo que estarán pasando!

    Aprovecho para recordar a quien proceda que el parque de ambulancias del Sescam es una auténtica chatarrería. Como ejemplo, vean un bonito detalle de la ambulancia que me llevó a Albacete el día 6 de julio. No existe un cristal que separe a los enfermos de la cabina del conductor técnico. En su lugar, hay un plástico viejo y sucio, pegado con cinta americana. ¡Increíble! ¿Se puede caer más bajo y ser más cutre? Le envío foto.

    Hemeroteca

    Las ambulancias del Sescam regresan a los tribunales

    3 comentarios

    1. Peter of Monaco.

      La realidad de esta empresa es triste, abusan de sus trabajadores con contratos en practicas, vehiculos que deberian de estar fuera de la circulación.
      La Consejería de Sanidad hace oidos sordos, al igual que su comite de empresa que conoce todas las irregularidades y mira para otro lado.

    2. De pura pena, como la Administración puede permitir esta situación. Verdaderamente (y lo digo afirmando), a la administración le da igual el servicio que esta pagando. Por otro lado, a esta Empresa no le habían retirado la prestación del servicio por incumplimientos ?? o por dar la noticia de retirada ya puede seguir trabajando haciendo los que les de la gana?

    3. El servicio de ambulancias es lamentable. Ayer fui a recoger a un anciano familiar a quien dieron de alta tras un mes de ingresado en el hospital de Guadalajara. Recibimos el alta a las 2.30. La ambulancia llegó después de las 22 horas. Es decir 8 horas esperando. Claro que eso no es nada comparado con los más de 10 años que llevamos esperando a que acaben el anexo al hospital.

      En resumen, la gestión de la consejería de sanidad de nuestra comunidad es un auténtico desastre. Lo peor es que como dice el articulista, les importan un comino las quejas de los usuarios. Aunque viva 100 años, no volveré a votar al PSOE en las autonómicas.

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