
Las enfermeras son el personal sanitario mejor valorado por los ciudadanos, con un 8,29, según el Barómetro Sanitario 2023 del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Pero creen que su papel sigue siendo muy desconocido dentro de la sociedad. Por ello, el Consejo General de Enfermería, coincidiendo con el Día Internacional de las Enfermeras, que se celebra este viernes 12 de mayo, lanza una campaña en redes sociales, con una infografía y un vídeo animado. Con el fin de explicar el importante papel que desempeñan en los cuidados a lo largo de toda la vida.
Como explica Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería, “aunque quienes tienen contacto directo con las enfermeras nos valoran muy positivamente, sigue habiendo muchos aspectos de la profesión que son totalmente desconocidos para la sociedad».
«Por eso hemos querido poner negro sobre blanco y que sepan que la labor de la enfermería va mucho más allá de vacunar, realizar curas o cuidar a los pacientes en los hospitales». «Y es estamos presentes en todas las etapas de la vida. De ahí que nuestro lema sea Te cuidamos toda la vida”, detalla.
“Como enfermeras de cuidados generales intervenimos en el nacimiento, la infancia y adolescencia, en la vida adulta, la madurez y la vejez y cuidamos de la salud de la mujer», apunta. Además, recuerda que «contamos con siete especialidades de enfermería. Para las que nos formamos por la vía EIR, con las que cuidados a la población a lo largo de toda la vida. Sin olvidar que también realizamos diagnósticos enfermeros y prescribimos medicamentos, productos sanitarios y cuidados”, ha añadido el presidente de las 330.000 enfermeras españolas.
Así, en la infografía y el vídeo animado elaborados se hace un repaso por las principales actividades que desarrollan.
Promoción y prevención
Una de sus actividades más relevantes es la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad que realizan en todos los ámbitos en los que están presentes. Además, prestan su labor en centros de salud, en hospitales y otros centros sanitarios, en urgencias y emergencias, en centros sociosanitarios, pero también en colegios, en centros penitenciarios, en el ámbito militar, en empresas, laboratorios o centros de tecnología sanitaria.
Las enfermeras también son docentes en la universidad o en formación profesional. Investigan en cuidados, gestionan recursos sanitarios y son emprendedoras o autónomas en el ejercicio libre de la profesión. Así como participan en políticas sanitarias en todos los ámbitos, públicos y privados.

Otro punto de vista.
El cuidado, desde un punto de vista profesional, es algo exclusivo de las enfermeras y enfermeros.
El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) en su avance de resultados del Barómetro Sanitario 2023 (primera oleada, febrero 2023, estudio nº 3397) nos vuelve a señalar que las enfermeras y enfermeros son los profesionales mejor valorados de nuestro sistema sanitario (https://www.cis.es/cis/export/sites/default/Archivos/Marginales/3380_3399/3398/es3398mar.pdf). Y esta primacía ocurre, tanto en Atención Primaria, como en hospitales. En el primero de estos ámbitos “la confianza y seguridad que transmite el profesional de Enfermería”, se estima con un 8,02; mientras al personal médico se le puntúa con 7,77. También en los hospitales públicos, “los cuidados y atención” del personal de Enfermería se califica con 8,57; frente al 8,47 que obtienen “los cuidados y atención por parte del personal médico”. He entrecomillado este último dato, pues en el CIS deben de desconocer que los galenos no prestan cuidados y que su rol profesional es “curar”. Llama igualmente la atención que sólo en dos de las preguntas planteadas en la encuesta, se tenga en cuenta a la Enfermería. Algo incongruente y fuera de lugar por parte del CIS, que sí se recrea en otros aspectos relacionados con los cometidos médicos.
La Ley 44/2003, de ordenación de las profesiones sanitarias, establecía las competencias de cada uno de los profesionales clínicos. La citada normativa ha quedado totalmente obsoleta. Por ejemplo, distinguía entre “profesiones sanitarias tituladas”, separando a licenciados y diplomados. Además, regulaba la actividad de los profesionales del área sanitaria de formación profesional. Pues bien, a fecha de hoy, todas las “profesiones sanitarias tituladas” acceden a poder ejercer su competencia profesional, a través de un “grado universitario”. Un servidor, ya a expresado en alguna ocasión la incongruencia que supone que el grado de Medicina, tenga una duración de 6 años, cuando el de Enfermería es de 4 años. La razón de tal desatino es que, mientras los primeros, los médicos, disponen de 49 especialidades, los segundos, los enfermeros, solo disponen de 7, o 6, para ser más exactos, pues nuestra degradada administración, no está interesada en que se desarrolle una de ellas. Me refiero a la enfermería del ámbito hospitalario: la mal llamada “enfermería médico-quirúrgica”.
El desfase de la Ley 44/2003 también queda patente al determinar que los antiguos licenciados, que hoy no existen académicamente, lleven a cabo “la prestación personal directa que sea necesaria en las diferentes fases del proceso de atención integral de salud y, en su caso, la dirección y evaluación del desarrollo global de dicho proceso, sin menoscabo de la competencia, responsabilidad y autonomía propias de los distintos profesionales que intervienen en el mismo” (art.6, ap.1). Mientras que los diplomados, que tampoco existen académicamente en la actualidad, se encargan de la “la prestación personal de los cuidados o los servicios propios de su competencia profesional en las distintas fases del proceso de atención de salud, sin menoscabo de la competencia, responsabilidad y autonomía propias de los distintos profesionales que intervienen en tal proceso”. En otras palabras, tal “dirección y evaluación” del proceso de “atención integral de salud”, por parte de los antiguos licenciados, en exclusiva, hoy no tiene razón de ser.
El cometido del médico, según esta legislación de 2003, es “la indicación y realización de las actividades dirigidas a la promoción y mantenimiento de la salud, a la prevención de las enfermedades y al diagnóstico, tratamiento, terapéutica y rehabilitación de los pacientes, así como al enjuiciamiento y pronóstico de los procesos objeto de atención” (art.6, ap. 2a). Mientras que al enfermero corresponde la dirección, evaluación y prestación de los cuidados de Enfermería orientados a la promoción, mantenimiento y recuperación de la salud, así como a la prevención de enfermedades y discapacidades (art. 7, 2a).
Podríamos hablar largo y tendido, o hacer numerosas observaciones sobre como entiende nuestra medicalizada administración sanitaria, a día de hoy, la autonomía profesional de aquellos Diplomados en Enfermería. Reitero, actualmente inexistentes en el ámbito de titulaciones académicas. Pero lo más lamentable y preocupante, resulta que en el ministerio de sanidad (lo de las minúsculas es adrede) y en las consejerías de sanidad (también, intencionadamente, sin mayúsculas iniciales), parecen desconocer que las enfermeras y enfermeros necesitan un grado universitario para acceder a su título. Para este humilde comentarista, una prueba más del grado de enviciamiento y brutal medicalización de nuestras administraciones. Y aquí, me van a permitir, que no haga distinciones de las diferentes raleas políticas. Tengamos en cuenta que el día 12 próximo comienzan las soporíferas campañas electorales para los comicios municipales.
Sr. Isidoro,
Por más que intente ensalzar, hablar con grandilocuencia, alabar y exaltar las bondades de la labor de enfermería, NUNCA dejarán de ser un colectivo del SNS cuya labor es notoriamente menos compleja, con menor responsabilidad, y en la práctica totalidad de ocasiones supeditada a las órdenes (o directrices, o indicaciones; escoja el término que más le agrade) médicas.
Como médico de familia he rotado por la práctica totalidad de especialidades hospitalarias y he desarrollado labores médicas y acompañado durante mi formación como MIR a personal de enfermería tanto en ámbito de atención primaria como hospitalaria.
Por más que quiera vender lo que no es, la labor del personal de enfermería, en uno y otro medio (AP, Urgencias Hospitalarias, Consultas hospitalarias), en la práctica totalidad de las ocasiones, NUNCA NUNCA Y NUNCA es tan relevante y crucial para el manejo del paciente como la del galeno que tanto detesta.
Todos somos importantes, pero algunos colectivos somos imprescindibles.
Y eso es así, le guste o no.
Es como querer equiparar al albañil con el arquitecto o ingeniero: absurdo.
Existen 49 especialidades médicas porque la Medicina DA PARA MUCHAS RAMAS, y la Enfermería, aunque estoy de acuerdo en que deberían crearse algunas especialidades más, NO DA PARA TANTO. Por más que quiera hablar con grandilocuencia, alabar y exaltar las bondades de la labor de enfermería; nunca será equiparable a la labor médica.
Sr. Saez:
Veo que usted sigue “erre que erre”. No obstante le agradezco que haya leído mi comentario.
En mis observaciones vengo a puntualizar algunos datos que aporta la noticia, como la valoración que hace la sociedad de la enfermera, tanto a nivel de atención primaria, como hospitalaria. Evaluación que, como viene siendo habitual en los últimos años, es superior a la del médico. Veo que estos datos del CIS no le interesa cuestionar o comentar.
No se, ni me interesa saber, los sitios o ámbitos en los cuales usted dice haberse formado. Pero al menos, debería reconocer la infinidad de veces que las ordenes de un tratamiento del médico son corregidas, ante las advertencias o aportaciones que hace la enfermera. Esta lo hace por el bien del paciente. Nunca con la finalidad de humillar al galeno.
Cada profesional clínico, también las enfermeras, tienen un papel relevante y crucial para el paciente. Pero con la diferencia de que estas no “manejan” al paciente, como asegura usted que hacen los médicos.
Puntualizarle también que las especialidades enfermeras no se desarrollan, por la oposición frontal de los médicos. Así como que muchas de las especialidades galénicas obedecen a los intereses de la industria farmacéutica o la tecnología sanitaria. En mi modesta opinión, resulta inconcebible que el mayor número de profesionales de un hospital, como son las enfermeras, no puedan gozar de algún tipo de especialización o formación específica, según los diferentes ámbitos clínicos en que desarrollan su actividad. Esto me suena a enviciamiento y degradación administrativa. Estoy seguro que ello resulta muy negativo para los pacientes y aumenta el número de fallecidos en nuestros hospitales.
Resulta de un descaro y desvergüenza enormes que hable de que el campo de la Enfermería no da para que se creen muchas especialidades más. Y todo ello, cuando hace tan poco tiempo estábamos en una emergencia sanitaria donde algunos médicos, a diversos niveles (también en su exclusiva labor de gestionar y administrar el sistema sanitario) ha dejado tanto que desear. En muchos hospitales se preguntaban si los conocimientos de muchos “super-grados”, no les permitían arrimar el hombro en dicha crisis. Se preguntaban donde estaban y que hacían, por aquel entonces, muchos de ellos. Del funcionamiento de los Centros de Salud, también gobernados por médicos, mejor no hablar.
Finalmente no entiendo como no comenta otras noticias de este medio referidas a la Enfermería. Hoy mismo puede hacerlo. Y se limita a criticar mis comentarios o puntualizaciones.
Cada vez estoy más convencido de que usted se ha equivocado de profesión.