• Las listas de la discordia son un síntoma

    El Autor

    Vicente Calatayud

    Neurocirujano

    De nuevo estamos escuchando la eterna batalla de las listas de espera en la sanidad. Los dos partidos responsables de nuestra vida política no encuentra la forma de ponerse de acuerdo en quien lo hace peor. Es curioso ver cómo sólo cuando están en la oposición se les ocurren las brillantes ideas, sólo cuando están en la oposición, cuando no tienen capacidad de decidir es cuando tienen las grandes ideas, es cuando saben como se resuelven los múltiples problemas que tiene nuestra sanidad tanto en la primaria como en la especializada. Saben cómo rebajar las listas de espera para pruebas diagnósticas, para primeras visitas, para visitas al especialistas e incluso para disminuir las listas quirúrgicas. 

    Es una pena que nada más asumir el poder, el poder decidir, el poder gestionar, la cosa cambie y todo siga igual de mal o peor de como lo dejó el gobierno anterior. 

    Leer es muy importante, es una fuente inagotable de sabiduría, de conocimientos que nos pueden hacer ver realidades que solos seríamos incapaces de ver. Podemos compartir la experiencia de otras personas que tienen maá experiencia y ven la realidad desde otro punto de vista. 

    Así en “Qué está pasando con tu sanidad” (Jordi Sevilla e Ignacio Riesgo) podemos leer:  “Las listas de espera son consustanciales con los sistemas públicos de acceso universal. Como dicen los economistas, la demanda de los bienes escasos se modula por precios, suprimidos los precios, se generan las colas”  (pag. 28) 

    Lo realmente cierto es que cuando uno está mal, cuando uno tiene un dolor que no cede con los tratamientos habituales, cuando uno está pendiente de pruebas de imagen, de laboratorio, de cualquier índole que faciliten el diagnóstico para poder instaurar el tratamiento médico o quirúrgico adecuado, la espera se hace interminable, incompresible y más cuando se conocen de forma real los tiempos de espera, que no son ni mucho menos los que nos dicen nuestros gestores. 

    El incremento de las listas de espera es un índice de que algo va mal en el sistema

    Aunque unas ciertas listas de espera sean inevitables, no cabe duda de que unas listas conocidas, con buena información individual a los pacientes sobre la situación de su propio caso, limitadas y bien priorizadas, son un elemento de calidad de cualquier sistema sanitario.  E, incluso siendo hasta cierto punto inevitables, no cabe duda que su crecimiento o el superar ciertos limites es un índice de que algo va mal en el sistema.” (pag. 29) 

    No vamos a entrar en dar cifras, es inútil, seguramente serán falsas, ya que los distintos gobiernos (PP y PSOE según el que esté en ese momento), se encargan de que así lo sean. No hay forma real de tener cifras exactas y cuando uno ha trabajado dentro del sistema no es difícil afirmar lo que estoy afirmando. 

    No interesa a nadie dar las cifras correctas, por que eso demostraría lo mal que funciona el sistema y el poco interés que hay en que mejore

    El mundo sanitario es altamente complejo por todo lo que implica trabajar con y para la salud de los ciudadanos, a los profesionales se nos exige una cualificación extraordinaria para ejercer nuestro trabajo, sin embargo hay una carencia de la profesionalización de la tarea directiva: “El poder político no quiere renunciar a su capacidad de interferencia en el sistema”.  “Los directivos sanitarios se perciben como meras correas de transmisión del poder político, lo que ha incrementado la brecha existente entre los directivos y los profesionales de las organizaciones sanitarias”. “El gestor no debe ser el simple brazo armado del político, si no un profesional que,  a través de las herramientas de gestión, influye en la organización que dirige (Qué está pasando con tu sanidad-pag. 185).

    ¿Gestionan profesionales preparados o las riendas las lleva el amiguismo político?  

    En estos párrafos queda reflejada de una manera gráfica el motivo por el que no puede funcionar nuestro sistema sanitario mejor. Nuestro gestores, los locales, no tienen ninguna capacidad real de gestionar, antes era la centralización del Insalud, Madrid, ahora es Toledo quien controla, decide, manipula cualquier decisión que se quiera tomar, ¿pero quién la toma?, ¿son realmente profesionales de la gestión?, ¿son profesionales que conocen la ardua GESTIÓN SANITARIA, o una vez más son decisiones políticas favorecidas por el amiguismo? Solo tenemos que mirar los currículum vitae de los que gestionan la Sanidad de Castilla-La Mancha, hoy que tanto se duda y con razón de los máster deberíamos ser cautos en lo que decimos y lo que realmente es. 

    No se dejen engañar con las cifras oficiales, mienten

    En Albacete estamos acercándonos a esas fechas en las que la ciudad se paraliza, sí, me refiero a la Feria,  FERIA con mayúsculas, hasta que no pase, no se cuece nada, pero los pacientes están, las consultas siguen, las listas aumentan, aumentan para pruebas, para consultas pero sobre todo para quirófanos, y no, no se dejen engañar con las cifras oficiales, mienten, no son reales, como tampoco lo fueron las de Cospedal, las de García Page no iban a ser menos. 

    Usted no sabe en qué lista esté, ni cuando le va tocar. No se moleste, no lo sabrá

    A nuestros políticos de cualquier partido hablando de listas de espera les diría lo siguiente: 

    “EXIGUA HIS TRIBUENDA FIDES, QUI MULTA LOQUUNTUR” (Ps. Cat. 2, 20) Poca fe hay que prestar a los que hablan mucho. 

    Y al mismo tiempo les aconsejaría :

    “EXIMIA VIRTUS EST PRAESTARE SILENTIA REBUS” Eximia virtud es saber callar a tiempo. Confucio decía que el silencio es un amigo que no traiciona nunca