• La vida de un paciente depende de un láser averiado

    Cristina, paciente que se enfrenta a las secuelas del COVID, explica cómo su vida depende de un láser que está averiado en el Hospital General Universitario de Albacete desde abril. De él depende que no se ahogue. Ingresada en la UCI del Hospital General de Ciudad Real el 25 de marzo y sometida a una traqueotomía, necesita el tratamiento para paliar las secuelas.

    láser Albacete
    Cristina fue traslada de Ciudad Real a Albacete para que la tratara con láser el único servicio de Cirugía Torácica de la región.

    Cristina explica a las autoridades en una carta que “necesito el láser para recuperar la salud”

    Ingresó el 25 de marzo de 2021 en la UCI del Hospital Universitario de Ciudad Real

    El láser que puede ayudarla para que no se ahogue está, averiado, en el Hospital General Universitario de Albacete

    Mi nombre es Cristina. El día 25 de marzo de 2021 ingresé en la UCI del Hospital Universitario de Ciudad Real. Di positivo en COVID-19; tenía neumonía bilateral y estaba en coma diabético. Mi estado era muy crítico y estuve entre la vida y la muerte durante mucho tiempo. Trece días después de mi ingreso se me tuvo que realizar una traqueotomía y poco a poco mejoré. Me subieron a planta en varias ocasiones, pero volví a empeorar y regresé a la UCI. Allí estuve en total 43 días.

    Después de dar negativo en COVID-19, me llevaron a planta, pero mi estado de salud no mejoraba. Aún no me habían retirado la cánula de la traqueotomía y pasaba los días con una constante sensación de disnea, hasta que finalmente regresé a la UCI y allí descubrieron que un coágulo de sangre había estado bloqueando dicha cánula, coágulo que expulsé después de que la misma se me retirara.

    A partir de ese momento tendría que haber mejorado, pero no fue así. Continuaba teniendo problemas respiratorios y mi neumólogo decidió hacerme una broncoscopia y un TAC. Se me comunicó que tenía una estenosis traqueal y se me remitió al servicio de Cirugía Torácica del Hospital Universitario de Albacete, donde me atendió un estupendo equipo de profesionales.

    Mi cirujano torácico me informó de que tenía tres centímetros de tráquea dañados y sólo contaba con un 30% de luz traqueal. Me explicó que para recuperar mi capacidad respiratoria debía someterme a una resección traqueal-anastomosis para retirar el tejido dañado y devolver mi tráquea a la normalidad.

    Durante varios meses fui sometida a revisiones periódicas a la espera de que el tejido interno dejara de estar inflamado para poder hacer la operación. Mis días entonces dependían de una máquina de aerosoles cada seis horas que me ayudaban a respirar. Ducharme, caminar o incluso ponerme los zapatos, me resultaba muy complicado. Además, mi tratamiento consistía en broncodilatadores y corticoides, lo que no me beneficia en absoluto puesto que soy diabética.

    Complicaciones

    Finalmente fui intervenida en el mes de enero, aunque surgieron algunas complicaciones durante el proceso. Padecí una neumonía y me afectó una bacteria que hicieron que mi vida peligrara una vez más. Por suerte, conseguí sobreponerme y, después de un ingreso hospitalario de quince días, regresé a casa para continuar con mi recuperación.

    Desgraciadamente, mis problemas no terminaron ahí. Durante la siguiente revisión, y tras notar un gran empeoramiento en mi capacidad respiratoria, una vez más, se descubrió que la estenosis había vuelto, aunque en esa ocasión sólo afectaba a los dos milímetros de tráquea de la parte anastomosada. Fui intervenida de urgencia, puesto que apenas tenía luz que me permitiera la respiración, y días después se me trató por primera vez con láser, que es el tratamiento que necesito para completar mi recuperación.

    Por qué el láser

    El láser permite al equipo de cirujanos tratar mi estenosis de una forma mínimamente invasiva. La intervención consiste en quemar el tejido inflamado, que se estabiliza de forma definitiva, evitando así que vuelva la estenosis.

    Tras la primera intervención, fui sometida en dos ocasiones al tratamiento con láser, notando una gran mejoría. Mi luz traqueal llegó a ser del 80% y sentí que estaba a punto de llegar al fin del camino. Sin embargo, durante la última intervención se estropeó el láser y desde entonces no he podido volver a tratarme. Esto ocurrió el 24 de abril, hace casi dos meses. En las revisiones posteriores, mi luz traqueal ha vuelto a disminuir hasta el 60%, así que mi calidad de vida ha empeorado nuevamente.

    Son muchos los pacientes que están en mi situación

    He puesto varias reclamaciones en el Hospital Universitario de Albacete, pero no he obtenido respuesta alguna. Necesito que el problema con el láser se resuelva para poder curarme por completo y recuperar la normalidad en mi vida. Y no sólo yo. Son muchos los pacientes que están en mi situación y también pienso en ellos mientras escribo estas líneas.

    Grandes profesionales que merecen medios

    Quiero resaltar el extraordinario trabajo del equipo médico y de todos los sanitarios que me han atendido en los últimos meses. Son unos grandes profesionales y merecen contar con todos los medios necesarios para poder llevar a cabo su trabajo. Me consta que se esfuerzan al 100% para ejercer su profesión, salvar vidas y mejorar la salud de todos sus pacientes.

    Ruego que las autoridades competentes escuchen mi petición y resuelvan el problema lo antes posible. Yo necesito el láser para recuperar la salud y muchos otros pacientes están en mi misma situación. Háganlo por nosotros.

    ▶️ La historia de Cristina se ha hecho viral en Twitter

    • 📌Actualización. El Sescam ha informado a Cristina de que el láser está comprado pero aún no ha llegado, por lo que la derivan a la Fundación Jiménez Díez, en Madrid, para que la traten.

    Un comentario

    1. por favor, podemos ayudar. que la persona responsable se ponga en contacto con nosotros.

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