Los vecinos del pueblo albaceteño de Letur reconocen que aún les cuesta creer que una riada les trajera la desgracia el pasado 29 de octubre, pero frente a esa impotencia, donde lo que más pesa es la búsqueda de cuatro desaparecidos y la recuperación de dos fallecidos, también les ha desbordado la solidaridad.
Médicos jubilados, un internista que salía de guardia o la misma Rozalén se ponen a trabajar para apoyar a su pueblo
Los llaman los ‘ángeles’ de Letur. Y no son únicamente los más de 160 efectivos desplegados. También se encuentran este fin de semana decenas de vecinos que han dejado todo para coger las palas o quienes, como el joven médico Ramón Peyró, salía de guardia el sábado por la mañana del Hospital General Universitario de Albacete y se incorporaba como voluntario al consultorio de su pueblo.
Aún cuesta acostumbrarse a que la cantante María Rozalén haya dejado los focos y los conciertos multitudinarios para cambiarlos por la ropa de trabajo, las botas y una escoba con la que barrer el barro de las calles como una más. De hecho, los voluntarios se la encuentran estos días como lo que es, una vecina más del pueblo.
Como ella, el internista Ramón Peyró, el anestesista del mismo nombre o los médicos de Familia Miguel Serrano y Carmen López-Cózar no se han prestado voluntarios a una emergencia sanitaria, pero sí emocional, como decía recientemente una de las psicólogas de Cruz Roja. Han atendido catarros y rozaduras por las tareas de limpieza y desescombro, sin embargo, como la luz de la farmacia, encendida también estos días, han servido de apoyo a unos vecinos que no pueden hablar de lo sucedido sin emocionarse.
Estar ahí
Tampoco salvó vidas el médico de Yeste, Luis Llopis, que llegó a Letur hora y media después de la riada. Su tarea fue tan importante como la de escuchar y tranquilizar.
Que Rozalén esté barriendo o sirviendo comidas no resuelve la difícil situación de este pueblo. Hace algo fundamental, levanta el ánimo cuando las fuerzas flaquean después de cinco días de sinsabores.
Que el Dr Peyró haya acudido a su pueblo en cuanto ha terminado su turno en el Hospital General Universitario de Albacete, significa que los vecinos saben que no se tienen que ir al Centro de Salud de Socovos, que en el consultorio está su médico. Igual que les tranquilizó ver a Miguel Serrano, ya jubilado, a su lado, aunque este sábado se ha tenido que ir porque, de momento, se ha quedado sin casa.
Letur vive en estos momentos pendiente de los desaparecidos, y también con temor a que caiga en el olvido. Los vecinos esperan que la búsqueda y la reconstrucción no cesen. De momento, este lunes se creará una comisión de coordinación con la que el Gobierno de Castilla-La Mancha quiere canalizar todas las ayudas. Además, hay un compromiso político para que los presupuestos de 2025 incluyan las partidas que necesite el pueblo.
- Actualización. El día 6 de noviembre se recuperaban los últimos cuerpos. Seis personas han fallecido en Letur a consecuencia de la riada del 29 de octubre.