El Grupo Español de Leucemia Linfocítica Crónica (GELLC), de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), ha celebrado su 13ª reunión científica anual a lo largo de dos jornadas. Una ha estado dedicada a la innovación en biología y ciencia básica. Y la otra centrada en la clínica y tratamiento de la leucemia linfocítica crónica (LLC). Miguel Alcoceba Sánchez, del Hospital Clínico de Salamanca, y Ángel Ramírez Payer, del Hospital Universitario Central de Asturias, han sido los directores de la reunión. Han subrayado que “los avances producidos hasta el momento han sido amplios, y nos permiten conocer cada vez mejor, a nivel genético, esta enfermedad».
Apuntan que, «de hecho, los análisis genéticos en cientos de casos están permitiendo identificar nuevas alteraciones con valor pronóstico en este tipo de cáncer hematológico”.
Respecto al tratamiento, “las novedades que se han producido en el último año, tanto en primera línea como en recaída, son francamente espectaculares”, afirman los doctores Alcoceba y Ramírez Payer. “El tratamiento libre de quimioterapia en estos pacientes ya es una realidad en la práctica clínica”, añaden.
En cuanto a los ensayos clínicos actuales, estos se centran en nuevas combinaciones de fármacos orales con distinto mecanismo de acción (un inhibidor BTK + un inhibidor BCL2), con una duración 2 limitada en el tiempo, adaptados a cada perfil de paciente, a su riesgo citogenético y a la respuesta medida por la enfermedad mínima residual (EMR).
Trabajos en marcha
En este sentido, “se encuentran en marcha varios ensayos clínicos con muy buenos resultados, sobre todo, en pacientes de alto riesgo y, además, en un futuro cercano contaremos con nuevos inhibidores de tirosina cinasa de Bruton y BCL2 de nueva generación”. Para hablar sobre este prometedor escenario, se ha contado con la presencia de Matthew Davis, director de la Unidad de Linfoma del Dana-Farber Cancer Institute de Boston.
El reto del síndrome de Richter
La reunión ha dedicado una mesa específica al síndrome de Richter, que consiste en la transformación de la LLC en un linfoma agresivo. Y se da entre el 2 y el 10% de estos pacientes, siendo el más común el linfoma B difuso de células grandes. El síndrome de Richter conlleva un mal pronóstico, con una supervivencia menor de un año con los esquemas de inmunoquimioterapia tradicionales, lo que supone un reto para los hematólogos.
“Por ello, en esta edición hemos contado con Gianluca Gaidano, de la División de Hematología-Departamento de Medicina Traslacional de la Universidad de Piamonte Oriental (Italia), quien nos ha hablado sobre los últimos avances en los aspectos biológicos y en los mecanismos de transformación en este síndrome”, apuntan los directores del encuentro.
En el campo del tratamiento, las novedades más destacadas se centran en la incorporación de la inmunoterapia con nuevos anticuerpos biespecíficos, como el epcoritamab, que está mostrando muy buenos resultados preliminares en investigación.
“Desde el GELLC, estamos trabajando en un nuevo ensayo clínico con otro anticuerpo biespecífico -mosunetuzumab-, que se pondrá en marcha en las próximas semanas”, añaden.