• Libre elección de enfermera

    El Autor

    Mía Marín-Barnuevo Fabo

    Enfermera

    Desde el 1 de octubre de 2014, fecha en la que entró en vigor, está garantizada por ley en nuestra comunidad la libre lección de médico de familia, pediatra y enfermera en los centros de salud (si bien se contemple desde la ley 14/1986 de 25 de abril, Ley General de Sanidad que establece el derecho a elegir el médico y los demás sanitarios titulados).

    Y precisaba el consejero José Ignacio Echaniz que saber qué profesional es más elegido «tendrá también consecuencias de cara al futuro». Y añadía más, proponía un sistema de incentivos para aquellos profesionales más elegidos por los pacientes y que desarrollen más actividad durante su jornada ordinaria.

    Hasta entonces, la asignación del profesional de enfermería a un paciente se hacía de forma directa tras asignar un médico de familia o un pediatra, salvo indicación expresa de los interesados y sigue haciéndose así.

    Si hay un tema controvertido hoy por hoy, es el tamaño de los Cupos, curiosamente, no he encontrado aún ni un solo artículo que hable de la adscripción a los profesionales de enfermería, así que he de basarme por tanto, y dado que así se hace la distribución, en que han de ajustarse para su idoneidad al volumen de los cupos de los facultativos. Cupos de adultos, entre 1.200-2000, no encuentro adscripción de otros profesionales salvo en un artículo de la Semergen donde estima la idoneidad de los cupos de adultos en 1.500 y los pediátricos en 900.

    Si se respeta la conformación ideal de la plantilla de un centro de salud, por cada médico de familia y cada pediatra, debería haber un profesional de enfermería titular de cada uno de esos cupos…

    Lo cierto es que falta de forma alarmante personal de enfermería, mientras que Suiza tiene 18 enfermeros por cada 1.000 habitantes, aquí, llegamos tan solo a los 5.3, ocupamos el lugar 37 en una valoración de 44 países, y si nos limitamos a la zona euro, ocupamos un penoso penúltimo lugar, y la Atención Primaria no es una excepción.

    La libre elección de enfermera tan solo es hoy por hoy un agravio más sumado a los muchos agravios que los profesionales de enfermería venimos sufriendo desde hace ya demasiado tiempo

    Las veces en que los profesionales de enfermería tenemos que hacernos cargo de más de un cupo son muchas, demasiadas, y si a eso se le añade el que se puedan hacer cambios de cupo, se agrava cada vez más la situación. El trabajo de enfermería es mucho más que el trabajo delegado, mucho más que sacar sangre o poner una inyección, un paciente domiciliario no es una visita hoy y he terminado el trabajo; es hoy y mañana y cada día y a este se suma otro más y otro… porque el aumento de la esperanza de vida implica que el tipo de asistencia que se precisa requiere unos tiempos y una atención especial… y la sobrecarga que cada día más soportamos solo va en detrimento de nuestro buen hacer profesional y personal.

    En cuanto a los incentivos… Si bien no pretendo decir que el pago por tarjeta sea un modelo mágico, al menos sí marca diferencias en cuanto a las cargas, es decir, si hay un modelo previo dentro del personal facultativo que “incentiva” el tener un cupo mayor o menor, (previo por supuesto al mencionado anteriormente) y a eso hay que añadir otros tantos incentivos que se suceden cuando llega el momento de valorar las memorias anuales.

    ¿Y qué hay de los profesionales de enfermería? Para cuándo un reconocimiento, el que fuere, de los que oficialmente existen ya…

    Yo solo veo a mi alrededor procesos de IT que no se cubren hasta pasados 15 días, aunque coincidan con vacaciones o con otro proceso similar, situaciones de sobrecargas y de mala distribución de las mismas que solo provocan enfrentamientos que jamás se debieran provocar y grandes profesionales que siempre pusieron todo su empeño y toda su ilusión y que ahora cuentan los días que faltan para poder conseguir una jubilación anticipada… porque ya no aguantan más.

    Personalmente, me gusta la libre elección de enfermera, de alguna forma ha sido un paso más en dar visibilidad al estatus que este profesional de enfermería que somos tiene en el panorama sanitario, al igual que lo fue cuando apareció nuestro nombre en la tarjeta sanitaria, pero las cosas no pueden ser solo de cara a la galería. La satisfacción personal es realmente importante, pero hacen falta otro tipo de respaldos, esa es la verdad.