• Lo que el presidente debería saber

    El Autor

    Charo Sabariegos

    Vicedecana de estudiantes de la Facultad de Medicina de Albacete

    El pasado 21 de octubre la revista científica Science publicó un artículo titulado: “Lecciones científicas para el próximo presidente”. En él se desgranan las áreas científicas más calientes, aquellas donde el presidente de los EE UU debería poner su atención en los próximos cuatros años de mandato.

    carta presidente

    Se dan dos coincidencias interesantes: habitamos en el mismo planeta que ellos, y su próxima legislatura coincidirá casi por completo con la nuestra. Se podría suponer que las mismas cosas deberán preocupar, o al menos ocupar, a nuestro recién elegido presidente del Gobierno. Claro que primero habría que imaginar que aquí la ciencia tuviera la misma importancia que en EE UU. Hagamos ese ejercicio de ingenuidad por difícil que parezca.

    Estos son los temas de los que, según la revista Science, el presidente del Gobierno debería estar informado.

    1. La evolución nos promete desagradables sorpresas.

    El descubrimiento de los antibióticos es sin duda el hallazgo científico que más ha contribuido a alargar nuestra esperanza de vida. Sin embargo, algunos patógenos hallan vías para resistir a los tratamientos actuales. Según la Organización Mundial de la Salud, en 2015 hubo 580.000 nuevos casos de tuberculosis resistentes al tratamiento. ¿Qué decir de los nuevos patógenos, como el Ébola y el Zika, que han emergido en los últimos años? Se necesita una inversión en el desarrollo de nuevos fármacos para enfrentarnos a infecciones emergentes y re-emergentes.

    1. Comienza una revolución en la edición del genoma.

    De las bacterias emerge también este nombre: CRISPR. Se trata de una tecnología que permite cambiar los genes de una manera sencilla y eficaz. Se podrá modificar el genoma humano para prevenir enfermedades genéticas y el genoma de las plantas para, por ejemplo, hacerlas resistentes a plagas.

    Los científicos chinos serán seguramente los primeros en inocular células modificadas mediante este sistema en pacientes con cáncer de pulmón. El ensayo clínico se aprobó el 6 de julio de este año.

    Las posibilidades de esta tecnología son enormes, los dilemas éticos también. Habrá que regularlo.

    1. El mar se está elevando más deprisa de lo que piensas.

    Conforme el mundo se calienta, los océanos crecen a una velocidad de 3,2 mm al año. Si el calentamiento global sigue al mismo ritmo, el nivel del mar podría subir medio metro al final de siglo. No todas las zonas del planeta se verán igualmente afectadas. Algunos ecosistemas podrían desaparecer. Hay que prever el desastre ecológico que se nos avecina y encontrar formas de frenar el calentamiento de nuestro hogar.

    Como ellos, tenemos una buena parte del país en la costa.

    1. Debemos tener a la salud mental en la cabeza.

    Todos conocemos personas con algún tipo de enfermedad mental. En el año 2025, ¿cuántos enfermos de Alzheimer, esquizofrenia, trastorno bipolar, depresión, etc… tendremos en España? El coste de tratar a estos enfermos es alto. Por no hablar de que el impacto emocional y personal es desgarrador para enfermos y familias.

    El dinero no se gasta cuando hablamos de ciencia, se invierte”

    Muchas de estas enfermedades están ligadas al envejecimiento de la población. En nuestro país, dicho envejecimiento es un hecho. Habrá que invertir en el cuidado de los mayores y en proyectos de investigación cuyo resultado sea una mejora en la salud mental de la población.

    1. Las máquinas son cada vez más inteligentes.

    Aunque los expertos dicen que llevará décadas todavía que las máquinas piensen como humanos, hay otras aplicaciones de la inteligencia artificial que tendrán impacto inmediato en nuestras vidas. Se podrán automatizar muchas tareas y, por lo tanto, muchas personas perderán su puesto de trabajo. Además, dejar que las máquinas tomen sus propias decisiones tendrá implicaciones éticas y legales. Una vez más, habrá que regularlo.

    1. No somos muy buenos evaluando riesgos.

    Hay riesgos de muchos tipos: terroristas, catástrofes naturales, pandemias, crímenes domésticos, violencia, guerras, etc… Un presidente del Gobierno debe tener muy claro cuáles son los riesgos reales a los que se enfrenta. Esta puede ser la diferencia entre perder o no muchas vidas.

    Estamos en el mismo planeta, compartimos los mismos problemas. Lo que allí importa, aquí también. Por otro lado, creo que queda demostrado que el dinero no se gasta cuando hablamos de ciencia, se invierte. Allí, aquí y en todas partes.