
A las 7.30 de la mañana nos reunimos en Los Chospes. En el bar Maravillas nos vamos saludando después de algunos meses sin rutas. Aunque mayoritariamente Sosquiles, también han venido senderistas de El Robledo, Los Chospes, San Pedro y Albacete. Un cafelito y hacemos cuentas. Fotos de grupo y empezamos la marcha, la más numerosa hasta el momento, con 80 personas.
📌Aquí puede consultar la ruta en Wikiloc
Bruno ha sido el organizador y abre ruta. La mañana esta fría y húmeda, pero ya calientan los primeros rayos de sol. Cruzamos el río del Cubillo y la N-322. Por la vega del Charcón llegamos hasta las Casas del Vínculo donde el grupo se escinde, por un lado los más jóvenes (20) con la monitora de medio ambiente y el apoyo de Charo y Paco, y a la derecha el resto, en busca de la Reserva Natural de la Laguna de los Ojos de Villaverde (60).
Tan larga es la cordada que algunos están ya en las Casas de Villaverde y otros andan en medio del sabinar, entre los mejores de la provincia, viendo los cañizares de la laguna que sólo dejan ver sus meandros y el planeo de un águila lagunera. No todos se han percatado de la laguna, nos ha faltado un poco de agrupamiento para mostrarla.
Volvemos a cruzar la carretera, el río y por debajo del puente de la Vía Verde Sierra de Alcaraz seguimos a la Loma de las Cañas entre pinos, tierras de labor y monte bajo. El tomillo se expande a nuestro alrededor espoleado por las botas de los andarines. Y enseguida vislumbramos la aldea de Villagordo.
La ermita del gótico tardío
Cruzamos la carretera, AB-5028, que sigue hacia Ituero y El Masegoso, y en la terraza de la ermita nos colocamos en disposición para asolarnos y avituallarnos, contemplando una obra del gótico tardío que al parecer Alfonso VIII mandó construir tras la reconquista de las tierras de Alcaraz. Habíamos previsto la visita para ver su retablo barroco y pila bautismal, pero quien habría de hacerlo no llega (ayuntamiento de El Ballestero).

Continuamos hasta la Casa del Martinete, antigua piscifactoría y zona de molinos de agua del Río Arquillo. Cruzamos el puente y en sentido contrario al del agua nos dirigimos a los Ojos del Arquillo por una preciosa vega llena de choperas, agua y cortados que van generando abrigos, cuevas y batanes.
Por cierto, también han pasado desapercibidas para muchos las pinturas rupestres de arte levantino, en un abrigo de las Cuevas de Abajo, un ciervo, una figura humana y lo que podría representar un cangrejo, que antes abundaban en este rio. En la chopera anterior al Ojo Grande del Arquillo un nuevo tentempié, en tanto algunos se acercan a la laguna y algún otro se da el primer baño del otoño, que despierta envidias y temores.
Entre toros anda el juego
Es este un paraje privilegiado, como un barco franqueado por picos de mil y pico metros y una exuberante vegetación, entre las que predominan cañizos y nenúfares. Ahora planea el buitre leonado y los patos y pollas de agua se esconden en el Ojo Pequeño, zona de gran biodiversidad presidida por una morra de V siglos A.C. A partir de aquí entre toros anda el juego.
Primero junto al Corral de los Toros y después el Majal del Toro, donde los toros bravos pacen a sus anchas. Ya, después de las Casas del Colmenar que dan nombre a la ganadería, entramos a Los Chospes dejando a la derecha el cementerio, y cruzándolo llegamos hasta el colegio donde los más jóvenes siguen en sus quehaceres.
Unos se quedarán en el Maravillas, otros vistamos el aula de naturaleza para que Iryna nos insufle su amor por la naturaleza y nos sorprendemos con las recreaciones de animales significativos de la zona, y los más jóvenes van llegando con las producciones que ha dado de sí la mañana.
El final
Nuevos vientos nos reclaman por las chimeneas, panceta, forro, morcillas, chorizos, guarras, tomates rosas del terreno, melones… se van haciendo omnipresentes en la zona de recreo, donde una estupenda organización nos va satisfaciendo plenamente. Los críos siguen jugando, “lo mejor la compañía”, en tanto vamos programando próximas rutas (San Pedro, Villaverde de Guadalimar, Ontur ) y convenimos que esta será una clásica para ir descubriendo pormenorizadamente la zona y confraternizando con sus habitantes.
