El consumo de alcohol durante el embarazo puede conllevar consecuencias irreversibles para el feto, lo que se conoce como los Trastornos del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF). El alcohol pasa a la sangre y cerebro fetal fácilmente, pudiendo provocar una amplia variedad de problemas físicos, conductuales y cognitivos, con diferentes grados de intensidad. Se trata de una condición completamente prevenible, que se estima que padecen entre el 2% y el 5% de los escolares en países desarrollados lo que equivale, al menos, a un niño en cada aula.
Los resultados de un estudio del Comité de Salud Medioambiental de la Asociación Española de Pediatría (CSM-AEP) han revelado que el comportamiento de la pareja de la mujer embarazada es un factor determinante en el consumo de alcohol, lo que subraya la necesidad de involucrar a los hombres en la atención sanitaria durante el embarazo.
Además, el estudio muestra que las características del vecindario-barrio, como, por ejemplo, la densidad de bares y la influencia de las redes sociales, también influyen en los hábitos de consumo de alcohol de las mujeres embarazadas.
Muchos programas sociosanitarios fracasan en el TEAF porque no le ofrecen al afectado lo que necesita. “El cerebro de los niños con TEAF sufre y con frecuencia los adultos no se dan cuenta”, señala el doctor Juan Antonio Ortega, coordinador del CMS-AEP.
Un desafío global
El TEAF representa un desafío global que abarca una serie de dimensiones críticas. Desde el diagnóstico precoz, que puede marcar la diferencia en la vida futura de un individuo afectado, hasta la educación y el desarrollo de capacidades que les permitan alcanzar su máximo potencial, el TEAF plantea importantes interrogantes y demandas, ya sean ocupacionales, de apoyo a las familias, de políticas, a las instituciones y de responsabilidad social empresarial en la industria del alcohol.
Con el objetivo de mejorar la prevención, el diagnóstico y el tratamiento del TEAF, el coordinador del CMS-AEP acaba de publicar ‘Órbita TEAF: el Pulso de la Salud Planetaria’.
Se trata de una guía basada en la experiencia con más de 800 familias en riesgo de TEAF, en seguimiento durante más una década. Una herramienta útil y llena de esperanza para los afectados y sus familias. “Las personas con TEAF suelen estar infradiagnosticadas“, apunta el doctor Ortega.
“El modelo comunitario desarrollado por las unidades de pediatría ambiental facilita el enfoque basado en la comunidad. La labor de las Unidades de Salud Medioambiental en este campo ha revolucionado las experiencias de mejora en la detección de los embarazos y niños en riesgo y especialmente en el abordaje precoz de los afectados mejorando las capacidades y oportunidades en el TEAF”, enfatiza.
Una presentación muy diversa del TEAF
El consumo de alcohol durante el embarazo puede causar graves daños al bebé, afectando su desarrollo cerebral y aumentando el riesgo de cáncer y otros problemas de salud. Estos daños pueden variar mucho en cada niño. En los niños con TEAF las alteraciones en las funciones cerebrales pueden presentarse de formas muy diferentes.
Sin embargo, ciertos problemas cognitivos, de conducta y adaptativos suelen ser comunes, incluido que tengan dificultades en su desarrollo intelectual, problemas para aprender y procesar información, como recordar o seguir instrucciones, y dificultades con las habilidades del lenguaje. Además, pueden presentar falta de atención, problemas para planificar y organizarse, problemas de memoria, ser impulsivos y tener comportamientos inapropiados en situaciones sociales. También es común que tengan dificultades con la coordinación motora y problemas para comprender el espacio que los rodea.
Cabe destacar, además, como apunta la doctora Elena Codina, secretaria del CSM-AEP, que “el impacto económico del TEAF es considerable, pues los costes sanitarios para niños con formas severas de TEAF son 9 veces superiores que para aquellos sin TEAF. En algunas Comunidades Autónomas representan el 22-25% del gasto total en educación especial. Nuestras estimaciones en España de los gastos anuales en educación especial y apoyos educativos en el TEAF rondarían alrededor de 160 millones/año”.
“Todos somos parte del cambio”
Desde su inicio en 1999, el Día Internacional de Concienciación sobre el TEAF se celebra cada 9 de septiembre para involucrar a comunidades y organizaciones de todo el mundo en la lucha contra esta condición: promover embarazos saludables y libres de alcohol es uno de los objetivos fundamentales. Además de la prevención, el día también se dedica a brindar apoyo a las personas que ya viven con TEAF y sus familias, mejorando su calidad de vida a través de la educación y recursos adecuados.