• Los jóvenes necesitan un trasplante de persona viva

    El Autor

    Antonio Escribano

    Presidente de la asociación Alcer en Albacete

    España es líder mundial desde hace 27 años en trasplante de órganos, la solidaridad con los enfermos que lo necesitan, el altruismo de personas, que en un momento angustioso de su vida, donan órganos de sus familiares fallecidos, para dar vida a personas que precisan un trasplante, es digno de admiración y de un eterno agradecimiento.

    Los jóvenes necesitan un trasplante de persona viva
    Albacete llevó a cabo el primer trasplante renal de persona viva en 2017.

    Pero los jóvenes enfermos renales y pacientes del grupo 0, tienen muchas dificultades para obtener un trasplante de riñón, porque los donantes fallecidos tiene una edad avanzada, lo que dificulta su donación a jóvenes.

    Esta donación evita el deterioro de su salud

    Una solución es la donación de persona viva, que se aproxime en edad y grupo sanguíneo al joven y que permita hacer pronto el trasplante, evitando el deterioro de su salud y que abocado a una diálisis prolongada, dificulte su integración social, laboral, formativa, acercándolo a la vejez en juventud.

    Los múltiples casos de este tipo de donación, muestran que la calidad de vida del donante sigue siendo similar, e incluso mejor, que las otras personas con sus características, pues tienen un mayor control sanitario y concienciación de la importancia de la salud.

    El nivel en España de la donación de persona viva es bajo y disminuye

    Pero el nivel en España de la donación de persona viva es bajo y disminuye, al pasar de 10 % en 2017 a 8,7% en 2018, sobre el total de trasplantes, una disminución de 13,5%.

    ¿Porqué esta disminución?

    ¿Porqué esta disminución?, y qué nos sitúa en un bajo lugar a nivel internacional. Varias pueden ser las causas, pero una importante es la poca valoración de la donante en vida, por la sociedad. Pasadas las fotos de celebración, pocos se acuerdan de que ha evitado más de 20.000 euros de gastos al año a la Seguridad Social y que el trasplantado seguirá fácilmente su vida activa, ganando años de vida.

    En cambio la vida laboral del donante se resiente, si no es vapuleada por empresas insensibles a la enorme aportación económica y social de la persona donante. Y la administración, también puede ser insensible a las dificultades laborales que el poco tiempo de baja y las visitas de control, le pueden ocasionar al donante.

    Apoyemos a los donantes en vida, no los dejemos solos, la salud de nuestros jóvenes enfermos renales, depende de ellos.

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