
¿Magos de hospital? Pues sí, la magia existe y, aunque no cura, ayuda y mucho a que los pequeños pacientes de los hospitales de Castilla-La Mancha olviden por un momento dónde están, viajando a un escenario sin agujas, incertidumbre, miedo o dolor. Así lo constata todos los meses el mago Juanma García, capaz de detener el tiempo en la planta de Pediatría del Hospital General Universitario de Albacete. Y como él, un sinfín de compañeros en el resto de la región.





En las imágenes, de izquierda a derecha, Juanma, Mony y JoQuer durante sus actuaciones.
«Me da mucho gusto cuando entro en la habitación y veo cómo cambio la cara del niño»
Juanma García se vio atraído por la magia desde que tuvo uso de razón, de ahí que ahora, con 46 años, la atracción haya ido a más, hasta el punto de repartir su vida profesional entre el funcionario en la Diputación de Albacete y las actuaciones allí donde lo llamen. Pero por apretada que esté la agenda de este ilusionista, siempre hay hueco para asociaciones como la de niños con cáncer Afanion o para el hospital, al que le dedica el primer lunes de cada mes.
«Me da mucho gusto cuando entro en la habitación y veo cómo cambio la cara del niño, automáticamente olvida que está en un hospital», comentaba el mago Juanma a Diario Sanitario en una entrevista en la que aseguraba que la magia está en todos los hospitales de Castilla-La Mancha gracias a la Fundación Abracadabra, a la que pertenece. De hecho, no ha dudado en recomendar las actuaciones de su compañera Mony en el Hospital General de Almansa. En este caso, la joven, payasa de Más que una ilusión, se ha visto absorbida por el mundo del ilusionismo.
Como Juanma en Albacete, y Mony en Almansa, el mago ‘JoQuer’ tampoco falta a su cita con los pacientes del Hospital Mancha Centro de Alcázar de San Juan.
Abracadabra
Así, la Fundación Abracadabra recuerda que sus magos solidarios administran una píldora de ilusión y esperanza para todos los que la comparten. Es más, también crea talleres de magia para que los niños hospitalizados durante largas estancias se vuelvan aprendices de magos. «Y es que no hay mejor herramienta o terapia que el asombro, y estos magos son auténticos expertos logrando lo imposible, transformar batas blancas en chisteras y chaqués».
En total, la Fundación Abracadabra cuenta con más cien magos solidarios en toda España con una única misión: «Devolver la ilusión».