• Las Mariquillas y el Servicio de Cardiología

    Las Mariquillas es un paraje de Albacete, en Valdeganga, a 20 minutos en coche de la ciudad, que, gracias al río Júcar, tiene un paisaje que invita a perderse en el paseo. Pero ¿qué tiene que ver con el Servicio de Cardiología? Pues todo y nada, aunque en esta última ruta de senderismo de Diario Sanitario estuvo muy presente.

    Una paisaje bucólico, pero sin nuestro bardo

    Dedicamos esta ruta a Terto y al Servicio de Cardiología que trabaja en la fórmula para devolvérnoslo

    Desde que este periódico digital iniciara su andadura, ha publicado rutas senderistas, porque no hay nada más saludable que caminar y disfrutar del paisaje y porque el psicólogo Rigoberto López y el médico Manuel Martínez Vergara se prestaron a escribir y fotografiar sus aventuras por la provincia de Albacete.

    Con el paso de los años, parte de la redacción de Diario Sanitario se ha sumado a estas rutas, en las que Rigoberto (Terto) es el bardo y Manuel (Manu) es el testigo gráfico. Ambos llevan a sus espaldas dos décadas de amistad recorriendo la provincia. No han faltado a su cita semanal ni con nieve ni con aguaceros como el último que les cayó en Hoya Gonzalo.

    Sin embargo, este miércoles, mientras cuatro ‘andarines’ recorríamos Las Mariquillas, siguiendo el camino que lleva a la Fuente de La Teja y el Charco Azul, disfrutando de un paisaje único, fruto de la combinación de la luz otoñal con la vegetación en torno al río, nuestros comentarios y evocaciones se iban hacia el Servicio de Cardiología, donde Terto permanece ingresado.

    Esta ruta, tan sencilla como dirigirse desde Albacete, en dirección a Casas Ibáñez, para llegar a Las Mariquillas desviándose por Valdeganga, se la dedicamos a Terto y al Servicio de Cardiología, que sabemos que lo está cuidando para devolvérnoslo en breve con una receta bajo el brazo que diga: “una dosis de senderismo todas las semanas”.

    Una ruta sencilla

    En esta ocasión, llevábamos la brújula, que es Manuel, pero a la chispa la teníamos en proceso de reinicio. Así, sólo podemos decir que una vez en el paraje, coto de pesca intensiva, la ruta es tan sencilla como seguir el camino hasta Boliches y continuar las indicaciones hasta la Fuente de La Teja y el Charco Azul, una zona indescriptible, para regresar de nuevo a Las Mariquillas en un círculo por ambas riberas del río.

    Ni que decir tiene que, como siempre, llegamos con el último rayo de sol y los primeros de luna después de recorrer más de 13 kilómetros en algo más de tres horas. Fuimos despacio, recordando, sin el ritmo que aporta el bardo, sin su té y sin su grito: “¡Vayamos jubilosas!”. Tendremos que repetir camino y en esta ocasión lo contaremos mejor porque estará el equipo completo y los corazones, a punto.

    Imagen de archivo de Terto en una de sus rutas.

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