
Se abre de nuevo el debate sobre la mascarilla en interiores, pero los expertos, como el virólogo Armando Arias, no entienden las prisas para retirar un elemento de protección. Asume que se debe quitar de manera gradual, pero también defiende que «la mascarilla debería quedarse para siempre en los hospitales». Tampoco prescindiría de ella en las residencias de ancianos y esperaría antes de dar el paso en los colegios.

El virólogo Armando Arias considera que con la mascarilla al aire libre no se impuso la evidencia científica
Aconseja retirarla poco a poco, en espacios poco concurridos y ventilados
De momento, la mantendría en las aulas
Ante el debate sobre la mascarilla en interiores, Diario Sanitario ha recurrido a Armando Arias, virólogo del Centro Regional de Investigaciones Biomédicas (CRIB) de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM). Científico y profesor del Grado de Biotecnología, llegó a investigar el ébola en Sierra Leona, sobre el terreno, por lo que sabe de qué son capaces los virus cuando se van de las manos. Así, en su opinión, la mascarilla tendrá que retirarse, pero sin prisa y asumiendo que ha llegado para quedarse en los centros sanitarios.
Arias advierte que con la mascarilla al aire libre «no se impuso la evidencia científica». De hecho, lo consideró una decisión estética, de presión social. Y es que las temidas ‘gotitas’ del estornudo de una persona contagiada caen al suelo o se evaporan al aire libre. La clave está ahí donde no hay ventilación y el COVID se mueve en forma de aerosoles.
Este virólogo considera que la pandemia está en otra fase. Aunque la sexta ola ha sido la mayor en contagios, la mortalidad se ha quedado en el 0,1%. Las vacunas han contenido las complicaciones y la ola remite. Pero en Reino Unido, donde ya se han retirado las mascarillas, aumentan de nuevo los contagios.
Arias empezaría retirando la mascarilla en oficinas pequeñas, con pocos trabajadores y bien ventiladas. Puesto que ahora prolifera un nuevo linaje de Ómicron, más contagioso, este virólogo daría pasos «con cautela», sin olvidar la importancia de ventilar o de la higiene de manos.
La clave en los supermercados estaría en la higiene de manos
Así, en un supermercado, amplio y con techos altos, ve difícil esa condensación que dé lugar al contagio por aerosoles. Ahí, haría hincapié en la higiene de manos. De momento, «en los colegios, si no hay filtros o aulas muy bien ventiladas, esperaría».
Y lo que tiene muy claro es que «la mascarilla debería quedarse para siempre en los hospitales, sobre todo para las personas sanas, que deberían tener restringidas las visitas». No sólo el coronavirus COVID-19, norovirus y bacterias también amenazan la vida de los más vulnerables en los hospitales.
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