La CEOMA reclama eliminar las sujeciones físicas y farmacológicas de los enfermos en las residencias
La Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA) ha reclamado, en el marco del Día Mundial del Alzhéimer eliminar las sujeciones físicas y farmacológicas de los enfermos en las residencias de mayores españolas. Según la organización de mayores, sólo 250 residencias han acreditado que no utilizan sujeciones. España es, junto a Alemania, Francia o Italia, uno de los países donde más se emplean, mientras que Dinamarca, Japón, Reino Unido, Canadá o Estados Unidos hacen un uso muy bajo de ellas.
Pese a que todavía muchas residencias emplean sujeciones para pacientes con demencia o alzhéimer, hay “un goteo constante los últimos dos años de solicitudes para obtener la acreditación como centro libre de sujeciones”, según Antonio Burgueño Torijano, director técnico del programa ‘Desatar’, de CEOMA.
El proyecto ‘Desatar’, pionero, con más de 20 años de trayectoria, nació con el objetivo de acabar con las sujeciones en las residencias de mayores y, en su lugar, apostar por una formación de los empleados para incidir en la prevención de los problemas de conducta de estos pacientes y transformar los centros, tanto a nivel de espacio como organizativo.
El programa ha logrado que un total de 250 residencias en España eliminen las sujeciones físicas y farmacológicas a pacientes con demencia. En la actualidad, más de 400.000 viven en residencias en España, de las cuales 250.000 presentan deterioro cognitivo.
La clave
Este especialista ha explicado que los trastornos conductuales de las personas con demencia responden a “su manera de comunicarse”, por lo que ha insistido en la necesidad de “aprender a interpretarlos” para incidir en la prevención. “Cuando el problema predominante es de conducta, la sujeción que se emplea es la farmacológica, pero eso induce a un mayor riesgo físico y de caídas por pérdida de reflejos o de coordinación. Es necesario incidir en ello, además de transformar las condiciones de la habitación, facilitar el acceso al baño y establecer ajustes organizativos”, ha recalcado.
Por su parte, el coordinador de los grupos de trabajo del programa Desatar de CEOMA, Vicente Pérez Cano, ha indicado que en España va a aumentar el número de centros que eliminen las sujeciones porque “si no es por convicción será por obligación legal”. En este sentido, ha señalado que “tienen que eliminarlas en 2026 o tener un plan para eliminarlas porque hay una instrucción de la fiscalía de enero de 2022 y una declaración de la Secretaría General de Bienestar Social para 2026”.
Para Pérez Cano, “en España se creía que, con las sujeciones, la gente no se caía y se utilizaban dispositivos homologados, pero se ha demostrado que ése no es el camino, que atar no es cuidar”. Según este experto, “las sujeciones, tanto físicas como farmacológicas, tienen más de 30 efectos secundarios negativos. Aumentan el riesgo de caídas porque las personas pierden tono muscular, sentido del equilibrio… y en el caso de las farmacológicas las personas están adormiladas y tienen más riesgo de caer”.
Desatar
‘Desatar’ es un proyecto pionero de CEOMA que lleva más de 20 años trabajando para establecer nuevas pautas de cuidados que garanticen una atención libre de sujeciones físicas y químicas para personas que padecen demencia. En la actualidad, el proyecto se focaliza en las residencias, donde más del 60% de sus habitantes son personas en procesos de demencia. Por ello, CEOMA aboga por que pasen de ser centros de contención a ser centros amigables para estos pacientes. ‘Desatar’ cuenta con las siguientes entidades colaboradoras: IMSERSO, CEADAC, SAVIA RESIDENCIAS, EMERA ESPAÑA, SANITAS y FORO TÉCNICO FORMACIÓN.
El Programa ‘Desatar’ ha recibido varios premios, entre ellos el ‘Príncipe de Viana’ de Atención a la Dependencia, en junio de 2010; el ‘Fundación Caser la Excelencia en Dependencia’, en el marco de los Premios Caser Dependencia y Sociedad, en la edición 2014 y el Premio ‘Amor por la Experiencia’ al mejor trabajo a favor de los derechos y el bienestar de las personas mayores, en 2015.