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La Facultad de Medicina de Albacete ha celebrado el acto de graduación del cerca de centenar de egresados que se quedaron en 2020 confinados, sin posibilidad de este acto o de su tradicional viaje. Para rematar la peor de las épocas, con confinamiento y estudio, estos médicos se han enfrentado a una elección MIR que les ha llevado a manifestarse en dos ocasiones. Intervenciones como la de su padrino, el profesor Alberto Nájera, apelaban a la memoria de un año, y sobre todo de una primera ola, que Albacete nunca podrá olvidar. El vicerrector de Ciencias de la Salud, Alino Martínez, ha presidido el acto de graduación de esta XVII Promoción.
Y es que cabe recordar que estos alumnos terminaron sexto confinados. Tuvieron que dejar sus prácticas en los hospitales y su facultad se convirtió, aunque tarde, en un improvisado hospital lleno de camas y tomas de oxígeno. Después de la angustia y la impotencia de ver desde sus casas lo que estaba pasando, los médicos se tuvieron que encerrar a estudiar para el examen de interno residente, el temido MIR.
Cuando parecía que lo peor había pasado, la elección MIR se convirtió en una nueva prueba de obstáculos. De hecho, parte de los médicos de esta XVII Promoción viajaron hasta Madrid, en dos ocasiones, para manifestarse en defensa de una elección MIR presencial.
Hoy han rememorado aquella época en una graduación que se ha celebrado con un año de retraso, con distancia y mascarilla, un escenario difícil de presagiar cuando en enero de 2020 afrontaban la recta final de su complicada formación universitaria de seis años.
Bajo un sol de justicia, familiares y médicos han podido celebrar la graduación que les robó las primeras embestidas de la pandemia.
