El año 2018 va a dejar en el Servicio de Medicina Interna del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete un sabor agridulce. A lo largo de este año, en concreto de su primer semestre, se han jubilado tres grandes compañeros que dejan tras de sí una trayectoria plagada de esfuerzos y éxitos profesionales.
La doctora Beatriz Vila ha formado parte de este Servicio desde agosto de 1986. Tras su paso por el antiguo Hospital de los Llanos, la reapertura del Hospital de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro propició que, después de un período de exhaustiva formación fuera de nuestra ciudad, pusiera en marcha la Unidad de Medicina Paliativa, pionera en Castilla-La Mancha en este importante y sacrificado campo de la medicina. Su buen hacer y su trabajo diario, han hecho de esta una Unidad en continuo crecimiento así como semillero de otras posteriores que han ampliado su servicio a toda nuestra provincia.
El doctor Pedro Ferreras se incorporó a lo que años después sería este Complejo Hospitalario, en febrero de 1983. Su labor asistencial y organizativa ha sido fundamental en el crecimiento y desarrollo no sólo de nuestro Servicio, sino también del Hospital tal y como ahora lo conocemos. Junto a él y con él, un gran número de profesionales que han formado parte de las múltiples generaciones de MIR que se han formado en nuestro Centro desde entonces, han aprendido los fundamentos científicos y, sobre todo, los valores humanos que caracterizan nuestra profesión.
Valores, medicina e investigación han guiado las trayectorias de estos especialistas en Medicina Interna
El doctor Antonio Alamillo, aunque comenzó su andadura como médico en Albacete en 1978, pasó a formar parte del Servicio de Medicina Interna en mayo de 1989. Desde entonces, su inquietud científica le ha llevado a impulsar y formar parte de multitud de proyectos, donde quizá destaque su trabajo en la primera Consulta de Enfermedad Tromboembólica Venosa. A lo largo de todos estos años, ha sabido transmitir a los estudiantes y médicos en formación un ejercicio de la medicina donde la estrecha relación con el paciente y la familia constituye el eje fundamental.
Dejan un inmenso bagaje científico, técnico y humano que han sabido transmitir
Los tres han sido para nosotros compañeros, amigos y maestros capaces de transmitir su entusiasmo por una profesión no exenta de momentos duros. Dejan entre nosotros un hueco que será difícil de llenar, como lo será para los pacientes a los que han cuidado y prestado su apoyo en los momentos difíciles. Pero, al mismo tiempo, dejan también un inmenso bagaje científico, técnico y humano que han sabido transmitir a todos aquellos que tuvieron la suerte de poder disfrutar de sus enseñanzas y a los que compartimos con ellos el trabajo diario.
Por eso el sabor agridulce marca esta despedida donde se juntan recuerdos y añoranzas, una despedida que es de justicia que sea agradecida, porque ha sido un verdadero privilegio para Albacete contar vosotros.
Un abrazo, compañeros.
Firmado: Servicio de Medicina Interna