• “Muchos médicos fallecen en epidemias”

    Durante la pandemia del siglo XXI, que aún no ha terminado, los médicos se han sentido desprotegidos y abandonados por la Administración, situación que, según documentos de la época, también se dio hace un siglo. A principios del XX, como en el siglo XXI, “muchos médicos fallecen en el cumplimiento de sus humanitarios deberes”. Así se advierte en un texto firmado en Albacete en 1919, solo que en aquella época ni cobraban.

    médicos 1919
    Documento cedido por la tienda de antigüedades Ayeres.

    Los médicos se quejaban en 1919 del abandono por parte de la Administración

    Hasta que ha llegado el COVID-19, existía la falsa creencia de que el personal sanitario que se jugaba la vida era sólo el que se marchaba de cooperante. Sin embargo, desde la peste hasta el COVID-19, pasando por el cólera e incluso la gripe, atender a un enfermo contagioso supone un riesgo para quien se acerque a él. Además, no siempre se es consciente de ese peligro, como pasó antes de que se diagnosticaran los primeros casos de coronavirus.

    Con el paso de los siglos, los colegios profesionales, como el de Médicos, han tratado de hacer valer el trabajo de los facultativos. Así, en este texto del siglo XX es el Colegio de Médicos el que organiza el “mitin de defensa de la clase médica”. Firman el documento Felipe Soto, Eduardo Gotarredona, Tomás Pérez, José Abenza, Vicente Fernández, José María García reyes, Antimo Candel, Enrique la Hoz y Otoniel Ramírez. Y hablan de médicos que no cobran de los ayuntamientos, de funcionarios sin sueldo, de forenses sin nómina alguna y de viudas y huérfanos sin pensión.

    Pone el documento, que es una llamada de apoyo a los médicos, que son víctimas “del más horroroso caciquismo y de destituciones ilegales”. Además, “muchos médicos fallecen en el cumplimiento de sus humanitarios deberes en epidemias”. De hecho, hacía un año de la famosa gripe erróneamente bautizada ‘española’, pero que diezmó al 6% de la población mundial.

    Hoy los médicos siguen arriesgando su vida, pero en un siglo aquella problemática la han atenuado los colegios profesionales, que tienen programas de apoyo tanto al médico enfermo como a las viudas y huérfanos. Lo que no ha cambiado es que siguen muriendo en acto de servicio y a la Administración le cuesta reconocer los matices.

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