Si el examen MIR es a Medicina lo que la EVAU a Bachillerato, el de 2021 se lleva la palma. Después de un confinamiento indescriptible, cuando los estudiantes veían con impotencia cómo el sistema sanitario se colapsaba mientras ellos estaban en la casilla de salida, todo se abrió y ellos tuvieron que encerrarse a estudiar. Un examen MIR que se ha retrasado, en el contexto de una pandemia sin precedentes, está minando la salud mental de los candidatos. Pablo del Amor Gómez resiste, pero, por si le faltaba algo, esta semana lo operaban de urgencia de una apendicitis.
Toca a su fin una preparación MIR con doble confinamiento, sin bibliotecas y a distancia
El médico Pablo del Amor se ha enfrentado incluso a una apendicitis
“Este MIR es una carrera de obstáculos”. Insistía Pablo del Amor mientras contaba a Diario Sanitario por teléfono, en sus 30 minutos de descanso, que cuando se acabó el confinamiento de la población comenzó el de los aspirantes a médico interno residente. Y si la preparación para interno residente está resultando dura para todos, él ha llegado al colmo. Si el miércoles llegaba a su casa a las 9 de la noche, después de que le extirparán el apéndice, a la 7 de la mañana del jueves estaba estudiando.
Les han cerrado las bibliotecas; los han confinado por partida doble, para estudiar y por la pandemia; el día libre se han quedado sin una cafetería, un cine o la posibilidad de pasar el día en su pueblo. En definitiva, la preparación del MIR 2021 está resultando un infierno dentro del bucle infinito en el que se ha convertido el coronavirus.
Pablo del Amor Gómez es alumno de la Facultad de Medicina de Albacete. Pero, para más inri, cuando llegó el turno de vacunación de los estudiantes, su promoción ya estaba fuera de toda posibilidad porque habían terminado la etapa universitaria. Así, a todos los nervios del examen y sinsabores del contexto se suma el miedo a contagiarse, ya que el examen está previsto para el 27 de marzo y quien dé positivo no podrá presentarse. Contagiarse equivale a perder un año.
Precisamente, el miedo al contagio es lo que ha llevado a este médico recién egresado a no quitarse la mascarilla FFP2 ni mientras dormía durante su ingreso en el hospital.
La factura psicológica
La preparación de este MIR 2021 prácticamente no ha tenido clases presenciales; conseguir plaza en una biblioteca, cuando estaban abiertas, era misión imposible por los aforos; y el contexto de la pandemia ha sido tan asfixiante que la factura psicológica ha podido con alumnos que optarán por no presentarse.
El caso es que 10 días después de que terminara el confinamiento oficial Pablo del Amor retomó el suyo. Desde entonces ha estudiado, después de una carrera de seis años, a un ritmo de 10 a 12 horas diarias de lunes a sábado. Pase lo que pase, el 27 de marzo se quitará un gran peso de encima. Después llegará la incertidumbre hasta saber si ha aprobado y, sobre todo, si la nota le da para elegir entre Medicina de Familia, Hematología u Oncología. Y es que, si algo le gusta del camino que ha escogido, es estar cerca del paciente siempre que lo necesite.
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