• El Monte Arabí, la ruta que lo tiene todo

    Nuestro destino es el Monte Arabí, una ruta de 12 kilómetros que lo tiene absolutamente todo, como si de un parque temático se tratara, pero trazado por la Naturaleza para los senderistas. Hay pinturas rupestres, restos de asentamientos de la Edad del Bronce, cuevas como la del Mediodía y La Horadada, miradores, subidas, bajadas e incluso estanques para los anfibios y, para rematar, un punto geodésico de vistas indescriptibles.

    Doce kilómetros para un soleado final de noviembre

    En esta ocasión, sólo vamos dos andarines de Diario Sanitario. Dos están trabajando, que es lo suyo un miércoles por la mañana; otro está de senderismo por Andalucía, y la última está a pie de cama en el hospital, por lo que la tenemos muy presente.

    Llegamos al Monte Arabí desde Albacete dirigiéndonos a Montealegre del Castillo para, una vez allí, desviarnos en la carretera de Yecla, donde un camino, con un enorme cartel (al revés) sale a nuestra derecha para llevarnos hacia nuestro destino. Hay varios caminos de tierra y acabamos cogiendo el más alejado.

    Como un parque temático para senderistas

    Decidimos que Terto, el psicólogo de cabecera, haga de brújula, y que la redactora, mientras coge resuello, haga memoria para escribir la crónica. Y un 30 de noviembre cuadra todo como si lo hubiésemos milimetrado. Para empezar, no corre ni un pelo de aire y el cielo está totalmente despejado, lo que nos lleva a afrontar casi toda la ruta, con sus más de 600 metros de desnivel, de manga corta.

    Empezamos llaneando y gracias a las indicaciones, después de pasar la Cueva del Mediodía, donde están, cerradas, las pinturas rupestres, subimos hasta la Cueva de la Horadada, mastodóntica e impresionante, que se convierte en el refugio para el café. Allí nos encontramos con dos senderistas de Molina del Segura y Villamalea, pero llevamos caminos diferentes.

    Retrocedemos a la Edad del Bronce

    Así, dejamos la cueva atrás y nos desviamos hasta la piedra corazón, que hace honor a su nombre. También recorremos los restos de la Edad del Bronce y ‘las cazoletas’ en la piedra con las que recogían el agua. Pero los momentos de recreo, con miradores incluidos, se acaban en cuanto pasamos la Casa del Guarda. Empezaremos desde ahí una subida sin tregua hasta el punto geodésico, donde comemos con unas vistas que ya quisiera un hotel de cinco estrellas. Como broche, vino y la tortilla de patatas, de estrella Michelín, que han hecho entre la mujer y la suegra de Terto.

    Monte Arabí

    Regresamos a Albacete a la hora del café como si en lugar de faltar una mañana hubiese pasado una vida entera. Imposible recordar todo. Incluso había balsas de piedra para la cría de anfibios. Hemos visto desde perdices hasta renacuajos. Damos gracias por lo que tenemos y por lo inmensamente ricos que somos al disfrutar de momentos así.

    📍Aquí puede consultar la ruta en Wikiloc

    ▶️ Puede ver otras rutas en la sección ‘Senderismo’

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