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Hoy se cumplen ocho meses del primer caso COVID confirmado en Castilla-La Mancha y el consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, ha hecho balance de la evolución de la pandemia. Ha destacado que la mortalidad en las residencias de mayores es ahora “mucho menor”. Así, Fernández Sanz ha detallado que desde el 1 de marzo hasta el 21 de junio, fecha del fin del estado de alarma de la primera ola, habían fallecido en estos centros 1.307 personas por COVID -según las estadísticas oficiales que contrastan con los datos de los registros civiles-, mientras que, desde el 22 de junio hasta el 27 de octubre, habían fallecido 133 personas. Esto supone que las muertes en la segunda mitad de la pandemia son 10 veces menos que en la primera.
- 1.307 ancianos fallecidos en residencias del 1 de marzo al 21 de junio.
- 133 muertes del 22 de junio al 27 de octubre.
95 residencias con casos de coronavirus
Ha explicado que actualmente 95 centros tienen algún caso confirmado y que el comportamiento que están teniendo respecto a los casos positivos es el mismo que el del resto de la sociedad.
Ha advertido que, en toda la región, “actualmente estamos inmersos en una dinámica de aumento de casos, al igual que en el resto de España y de Europa”.
Toledo, la provincia más castigada
El consejero ha explicado que, en estos momentos, el 50 por ciento de los casos se están produciendo en la provincia de Toledo, pero en el resto de la región la capacidad asistencial sigue estando bien.
También se ha referido a que cerca de 200 municipios mantienen medidas especiales para frenar la expansión del COVID.
Ha insistido en hacer un llamamiento a la responsabilidad. Ha recordado el cierre perimetral de la región, desde esta medianoche y durante dos semanas. Por ello ha recomendado el “autoconfinamiento” que sea posible.
Ha advertido, además, que aunque los hospitales no tienen ahora la presión asistencial de marzo y abril, el número de ingresos sí sube.
