Diagnosticada cuando tenía 19 años, el tenista de Manacor ha tenido que competir con la enfermedad de Müller-Weiss
Rafa Nadal lo ha vuelto a conseguir, ha vencido al dolor que sufre en su pie izquierdo, provocado por una rara lesión que arrastra desde los 19 años, la enfermedad de Müller-Weiss. El tenista de Manacor ganaba este domingo el Open de Australia 2022 tras un largo proceso de recuperación.
Aunque la enfermedad, que afecta al pie, empieza en la infancia, se suele manifestar a partir de los 40 años
Esta patología poco frecuente se puede definir como una enfermedad degenerativa que afecta al escafoides del tarso medio del pie del adulto, en la zona más alta del pie. Múltiples causas pueden motivar su aparición, pero según diferentes expertos se debe a un retraso en la osificación del escafoides en la infancia, sumado a una distribución no uniforme de las fuerzas de compresión, que se suele manifestar a partir de la cuarta o quinta década de vida.
Así lo explican desde el Colegio de Podólogos de Galicia, desde donde aseguran que las pruebas radiológicas o de resonancia magnética en clínica son fundamentales para analizar la situación actual del hueso.
En las primeras fases de la enfermedad se producen alteraciones y deformidades, pero a medida que aumenta su gravedad, el escafoides puede sufrir roturas por estrés, apareciendo aplanado y derivando en una artrosis.
Los podólogos explican el tratamiento
Los podólogos explican que el tratamiento podológico inicial suele ser conservador. Normalmente se prescriben soportes plantares a medida que reparten y descargan la presión, además de inmovilizar la zona si el grado de dolor es alto. También se pueden prescribir analgésicos o antiinflamatorios, tratamientos de terapia física y/o infiltraciones. Este ha sido el plan seguido por Nadal durante buena parte de su carrera.
Cirugía para reducir el dolor
Pero ha sido este año cuando los síntomas se han hecho tan intensos que el de Manacor se ha sometido a una cirugía con el ánimo de reducir el dolor y corregir la deformidad. Cabe señalar que estos tratamientos más invasivos se aplican solo cuando la deformidad es grave y los soportes plantares ya no son suficientes para realizar la actividad que se desea.