• Ni cura ni médico, pero sí farmacia

    El Autor

    Eduardo Giménez Benítez

    Farmacéutico

    Veo, a través de una red social, la noticia que publica una revista, que manifiesta que alrededor de mil farmacias pueden cerrar en un espacio breve de tiempo en España. La primera pregunta que me surge es si eso es posible, mi respuesta es que, desgraciadamente, en la situación actual, sí. La segunda es si es culpa de los farmacéuticos y mi respuesta es no. Son buenos farmacéuticos que están dando un buen servicio en sus poblaciones, con todo lo que ello conlleva.

    ¿Como se ha llegado a esta situación? Lo más fácil y cierto es achacarlo a la crisis, pero hay más factores que hay que conocer.

    Estas farmacias en general están en sitios pequeños y en zonas deprimidas, donde los inviernos suelen ser muy duros y el poder adquisitivo muy bajo, pero ojo también las hay en poblaciones mayores e incluso capitales. Si a esto le añadimos la despoblación, sus jóvenes se marchan a buscar nuevas posibilidades, y si encima le añadimos una bajada brutal del precio de los medicamentos, tengo las condiciones para afirmar lo que en ese artículo se manifiesta.

    Las farmacias en sitios más grandes y con más poder adquisitivo están intentando soluciones a través de la Parafarmacia con mayor o menor éxito, pero esto no toca hoy.

    ¿Hay más responsables? Pues yo creo que sí; hace años se abrieron infinidad de farmacias que hicieron daño en muchos sitios, pero especialmente en estas zonas, y me explico. Normalmente había una farmacia que podía atender a varias poblaciones y con ello sobrevivía, pero a esas  poblaciones se les asignó, por parte de nuestras administraciones, una farmacia nueva, trayendo como consecuencia que la primera disminuyera sus ingresos y que las segundas no tengan población suficiente para ser rentables, máxime, como digo, si pierden población. Además, los medicamentos tienen un precio a veces irrisorio y, si añadimos el aumento de los gastos, alquiler, autónomos, la luz, el agua…

    farmacias

    Tanto se dieron cuenta nuestras administraciones, que crearon las farmacias VEC y ustedes se preguntarán qué es eso; técnicamente su denominación es que son farmacias de viabilidad económica comprometida que, traducido, para que sea comprensible, puede ser farmacias subvencionadas. Se les da un dinero mínimo mensualmente, o en una traducción más negativa, farmacias en ruina o próxima a ella.

    Yo no entiendo cómo se ha actuado así, porque como no era rentable tener un cuartel de la Guardia Civil, pues se quitó y se concentraron todos en un pueblo mayor; como no era rentable tener médico, se quitó y pasa consulta 2 o 3 veces por semana o va el paciente a la consulta más cercana; como no hay muchas vocaciones, el cura va cuando puede, hay entierros u otras necesidades; ya no hay Guardia Civil, ya no hay médico y ya no hay cura, o sea, como es público y no es rentable, se agrupan los servicios en poblaciones mayores. ¿Por qué tenía que haber farmacia si nunca la hubo? ¿No se podía haber dejado como estaba el sistema, mediante botiquines? Claro, como es un servicio privado, que se jueguen su dinero y su tiempo otros y, si lo pierden, es su problema. Si las administraciones ofrecen nuevas aperturas de farmacia, deberían garantizar su subsistencia y, si no lo hacen, serán responsables de la quiebra de esos farmacéuticos y eso debería tener una cierta responsabilidad.

    ¿Tiene solución? Para eso están nuestros políticos. Espero que la tengan, aunque con la situación actual, la solución es más difícil, pero sin duda esos pueblos y esos farmacéuticos se lo merecen.