• El arte de cuidar ya tiene himno

    “Nos llamaban súper héroes, pero no teníamos capa” (…) “Éramos piezas de la misma cadena cansados de remar contra marea” (…) “Aplausos que los inconscientes derrumbaron” (…) “Imágenes que no serán borradas” (…) “Peleamos tan duro para no perder más gente” (…). El 24 de junio, la mágica noche de San Juan albaceteña, una enfermera, bajo el nombre artístico de Noe Vargas, lanzaba la canción El arte de cuidar, un himno y una vía de escape para quienes se han enfrentado al coronavirus en los peores momentos.

    La enfermera Noe Vargas se lanza al mundo de la música con una canción dedicada a sus compañeros

    Con 29 años, Noe Vargas se enfrentaba como enfermera al coronavirus COVID-19 cuando no tenía ni nombre y se confundía con una gripe. Como la mayoría de su generación, había trabajado por media Comunidad Autónoma, desde Tomelloso, Toledo y Ciudad Real hasta Villarrobledo, pasando por Salud mental, Geriatría o Medicina Interna. Cuando parecía que estaba preparada para todo, encadenando contratos temporales uno detrás de otro, llegó la impotencia de ver cómo los pacientes se iban sin modo de impedirlo ni explicación.

    La primera ola en el Servicio de Medicina Interna del Hospital de Villarrobledo la describe esta enfermera formada en la facultad albaceteña con una palabra: “horrible”. El aislamiento de la familia, el miedo, el tiempo que tardaban en protegerse con lo que tenían, la impotencia ante tantas muertes y el empeño, entre plásticos y mascarillas, por mantener el arte de cuidar.

    Superada la primera embestida, esta enfermera, que ha cantado desde que tiene uso de razón, decidió dedicar más tiempo a las clases de canto y componer un himno al arte de cuidar. Y es que si algo tiene claro es que con el COVID “hemos aprendido a disfrutar más de familia y amigos, a no tener temas pendientes”. Con estos argumentos, decidió añadir a la profesión de enfermera la de cantautora.

    Noe Vargas

    La factura psicológica

    Meses después del caos, hablando con sus compañeros, Noelia Vargas escuchaba cómo se lamentaban. No se habían sentido apoyados. La población consideraba que lo que habían pasado formaba parte de su trabajo, pero el caso es que el COVID había dejado una factura psicológica difícil de solventar.

    Por este motivo, decidió que su aventura en el mundo de la música debía empezar con un tema dedicado a todos sus compañeros, desde la primera hasta la última persona que trabaja en el entorno sanitario.

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