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Mientras el traslado al nuevo hospital de Toledo, que debería haber terminado en junio, prosigue con la consultas externas, las Urgencias del Hospital Virgen de la Salud se enfrentan a un nuevo colapso. Son incontables las imágenes de pacientes en los pasillos durante las sucesivas olas COVID, pero este 9 de junio, aunque baja la presión hospitalaria del coronavirus, se han llegado a acumular 62 pacientes esperando un ingreso.
Los trabajadores anuncian una concentración en defensa de sus pacientes
- 📌Actualización. A las 11 de la noche, CSIF desconvocaba la concentración porque veía miedo entre el personal por posibles represalias, aunque no descarta que haya algún gesto espontáneo.
La espera de ingreso en una camilla ha llegado a las 48 horas
La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) denuncia un nuevo colapso en el Servicio de Urgencias del Hospital Virgen de la Salud de Toledo, que esta mañana ha llegado a acumular 62 pacientes a la espera de ingreso, con hasta 48 horas en una camilla aguardando a ser hospitalizados.
La situación en este Servicio ha llegado a tal punto de saturación que incluso un paciente lleva esperando una cama de hospitalización desde el pasado domingo.
La responsable provincial del Sector de Sanidad de CSIF Toledo, Marisa García, subraya que “los profesionales no pueden más” y añade que “este colapso se está viviendo prácticamente cada semana sin que la Gerencia tome medidas para atajarlo, la mala gestión está perjudicando gravemente a unos trabajadores que están al límite y a unos pacientes que son atendidos en condiciones indignas”.
CSIF avanza que los profesionales tienen previsto concentrarse mañana 10 de junio a las 12 horas a las puertas de este Servicio de Urgencias para denunciar públicamente esta situación.
“Para los profesionales es terrible”
“Para los propios profesionales es terrible observar cómo los pacientes permanecen en las camillas situadas en los pasillos durante tanto tiempo, es preciso coordinar y poner todos los recursos disponibles para evitar estancias prolongadas de los pacientes en Urgencias. Los responsables no pueden mirar para otro lado, ha pasado demasiado tiempo desde el inicio de la pandemia como para vivir este horror de forma casi permanente ”, concluye García.
