
Los trastornos alimenticios han aumentado desde la pandemia, incrementando su alcance con nuevas y peligrosas prácticas. El síndrome del atracón, la ortorexia, la fatorexia o el trastorno por rumiación son algunas de las variantes que se han multiplicado en los últimos años. Según la ANAD (Asociación Nacional de Anorexia Nerviosa y Trastornos Asociados), los TCA causan unas 10.200 muertes anuales en España, 1 cada 52 minutos. Advierten que se trata de una epidemia silenciosa.

Es importante tener en cuenta que trastornos alimenticios se encuentran entre las enfermedades mentales más letales. Según un informe reciente del Centro de Estudios y Aplicación del Psicoanálisis (CEAP), estos trastornos afectan a más de 70 millones de personas en el mundo y tienen un alto índice de mortalidad.
La ANAD advierte que aunque la mayor incidencia se encuentra en la preadolescencia y adolescencia (entre los 12 y los 18 años), cada vez se registran casos en edades más tempranas (desde los 6 años) y más tardías, (en la veintena, la treintena e incluso pasados los 50).
Los expertos del CEAP subrayan la importancia de la psicoterapia como tratamiento principal de los TCA. En algunos casos, el tratamiento farmacológico puede complementar la intervención psicológica. E insisten en la necesidad de una mayor concienciación social y una regulación más estricta de los contenidos dañinos en redes sociales para frenar esta epidemia silenciosa.
En este estudio, los especialistas del CEAP, la doctora Remedios Gutiérrez y el psicoanalista Enrique Bajo explican que los TCA tienen un origen multifactorial, donde confluyen factores individuales, familiares y sociales, como una predisposición genética, rasgos de personalidad como la autoexigencia y perfeccionismo extremos, necesidad de control, rigidez cognitiva y una baja autoestima.
La doctora Remedios Gutiérrez, psiquiatra, endocrino/internista y psicoanalista del CEAP, advierte que durante la adolescencia se gestan la gran mayoría de TCA, pues al estar en pleno desarrollo la personalidad, la autoestima y el rol social hacen que sea uno de los momentos en que se vive una mayor presión ambiental en torno a la imagen corporal.
Los TCA emergentes
Los TCA más conocidos son la anorexia y la bulimia, pero en los últimos años han surgido nuevas variantes que requieren atención especializada.
Es el caso del síndrome del atracón y comedor nocturno. Es el TCA más extendido, afectando a dos tercios de las mujeres y un tercio de los hombres. Se caracteriza por episodios de ingestas excesivas en corto tiempo, con una sensación de pérdida de control y culpa posterior. A diferencia de la bulimia, no hay conductas compensatorias.
En su variante nocturna, los episodios ocurren principalmente durante la noche, a menudo relacionados con trastornos del sueño. El tratamiento combina psicoterapia y, en algunos casos, fármacos usados para el TDAH.
Fatorexia
La fatorexia, por otro lado, afecta principalmente a hombres mayores de 40 años. Quienes la padecen, a pesar de tener sobrepeso u obesidad, se perciben como delgados. Este trastorno implica graves riesgos para la salud como hipertensión, diabetes tipo II y enfermedades cardiovasculares. El tratamiento combina psicoterapia y apoyo nutricional.
Ortorexia
Ortorexia es el trastorno que se caracteriza por una obsesión patológica por consumir únicamente alimentos considerados «saludables» o «biológicamente puros». Puede provocar deficiencias nutricionales graves como anemia o avitaminosis, además de afectar la salud mental.
Las personas con más riesgo de padecer ortorexia suelen tener perfiles perfeccionistas y autoexigentes, y les cuesta reconocer que tienen un problema.
Síndrome de rumiación
El síndrome de rumiación es otro de los nuevos trastornos de conducta alimentaria. Este trastorno, que afecta al 3,1 % de la población, consiste en masticar y escupir o regurgitar la comida inmediatamente después de ingerirla. Puede provocar daños severos en el esófago, además de problemas de autoestima y aislamiento social. El tratamiento incluye terapia conductual y medicamentos para proteger el aparato digestivo.