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La séptima ola da una tregua, sosteniendo la bajada de la incidencia y relajando la presión hospitalaria, pero la ocupación de camas de agudos aún es preocupante. De hecho, Castilla-La Mancha se sitúa en el nivel 3 de alerta de los 4 posibles, con tres provincias en nivel 2: Albacete, Cuenca y Ciudad Real; Toledo en nivel 3 y Guadalajara en nivel 4. No se debe bajar la guardia. Y es que si a mediados de julio de 2021 los hospitales de Castilla-La Mancha tenían 79 pacientes COVID, 14 de ellos intubados, un año después son 468, 22 intubados. Con las vacunas, baja el riesgo de enfermedad grave por COVID, pero la pandemia sigue ahí. De hecho, se ha cobrado 144 vidas en Castilla-La Mancha solo en el mes de julio.
Albacete, Ciudad Real, Cuenca y Toledo superan la incidencia nacional
La incidencia de casos COVID en mayores de 60 años en Castilla-La Mancha sigue muy alta, superando el millar en Albacete, Cuenca, Toledo y Ciudad Real. Pero en esta séptima ola la atención se centra en los ingresos hospitalarios, sobre todo en la ocupación de camas de agudos, de ahí que Guadalajara, la incidencia más baja de la región, se enfrente al nivel de alerta más alto.
Así, la ocupación de camas de agudos está por encima de la media nacional en Albacete, Guadalajara y Toledo, llamando la atención el 26,63% de Guadalajara.
También se supera el 10% de la ocupación de camas de UCI en Guadalajara y Albacete. De hecho, el máximo nivel de alerta, el 4, permanece en la capital alcarreña.
Así se desprende de los últimos informes del Ministerio de Sanidad. Aquí se puede observar también que la incidencia COVID sube con la edad, lo que incrementa el riesgo de hospitalización.
Aprobada la cuarta dosis COVID para mayores de 60 años, las campañas de vacunación regresarán como medida preventiva después de las vacaciones estivales. Y es que en Castilla-La Mancha la incidencia en mayores de 80 años supera los 1.500 casos por cada 100.000 personas a 14 días. No obstante, Navarra supera los 3.000 casos.
