Oliva Sabuco y el cerebro

Entre los dos libros que os muestro en la fotografía hay unos 400 años de diferencia. Es gracioso que la conclusión sea la misma. Guardamos el alma en el cerebro. Supongo que a Punset lo conocéis todos. Sin embargo, la autora de la Nueva Filosofía, Oliva Sabuco, que escribió y publicó este libro en 1587, no es tan conocida. Ella afirmó 400 años antes de que la neurociencia fuera la hostia en verso y Punset una estrella de la televisión, que el órgano que fabrica nuestros sentimientos y emociones es el cerebro y no el corazón.

Se borró el nombre de Oliva Sabuco de uno de los libros más importantes del siglo de Oro

Sí, una mujer joven, que terminó el libro con 24 años, en Alcaraz, provincia de Albacete. ¡Oh Dios mío¡, una mujer, sola, en un pueblo de Albacete. Sí, hay que joderse, pero así fue. Hace unos años, a principios de siglo XX se encontró un testamento en el que ella renegaba de la obra, y su padre se arrogaba la autoría.

Dicho y hecho, se borró el nombre de Oliva Sabuco de uno de los libros más importantes del siglo de Oro español, en pos de su padre, Miguel Sabuco. Asunto espinoso que desbrozaré otro día, a machetazos de sentido común, si hace falta.

Hoy me gustaría hablar de la circulación de la sangre. En la Nueva Filosofía, se expone que la sangre circula por el cuerpo humano. Hay quién lo considera como una originalidad de Oliva Sabuco, pero no es cierto. Si nos damos un garbeo por las obras de los pioneros en descubrir la circulación sanguínea, podemos explicarnos por qué, una mujer, fue capaz en Alcaraz, de recoger en una única obra, psicología, psicosomática, la igualdad fisiológica entre el hombre y la mujer y la musicoterapia y la risoterapia si me apuran…si hijos míos, sí…

Galeno, Aristóteles, Servet, Calvino…

Ella sola, casi consigue lo que tantos sabios llevaban intentando desde hace siglos, matar a Galeno y con un segundo tiro volarle la cabeza a Aristóteles, que no es moco de pavo. Miguel Servet, murió en la hoguera en 1553 por querer llevar razón. Esa cosa tan hidalga del siglo de Oro y tan nefasta para la salud. Le sentó, y perdonar este chiste malo, le sentó mal el último cubata. Lo quemaron en Ginebra, Suiza, sí en Ginebra. Lo quemó Calvino, un reformista seguidor acérrimo de Platón, tiene cojones la cosa.

Pues allí le dieron candela a uno de nuestros más grandes sabios, Miguel Servet. Luego hablamos de la Inquisición española, pero Calvino, uno de los promotores del capitalismo y la reforma, quedó retratado. Porque la ejecución de Servet fue ideológica, fue quemado en la hoguera porque defender que no existía la Santísima Trinidad y que había que bautizar a la peña a una edad adulta. ¡A quién se le ocurre¡ La negación de la Trinidad la escribió en De Trinitatis Erroribus en 1531. En 1532 el arzobispo de Zaragoza ya tenía una copia y comenzó la persecución de la Inquisición. No quiero aburriros, pero Pedro Simón Abril, natural de Alcaraz y preceptor de latinajos de Oliva Sabuco, fue catedrático en el pueblo de Uncastillo en Zaragoza y en Huesca años más tarde de la muerte de Servet y fue también procesado.

Pedro Simón Abril estaba al tanto de la obra de Servet

Los perseguidos se informaban de todas las novedades que surgían. Había que construir un nuevo Dios y una nueva medicina. Pedro Simón Abril estaba al tanto de la obra de Servet, cómo no iba a estarlo, porque él se jugaba también las pestañas. Y Simón Abril fue preceptor de Oliva Sabuco antes de que esta escribiera la Nueva Filosofía. No es raro, sino que es lógico, que si Miguel Sabuco, padre de Oliva, confiara en Pedro Simón Abril para educar a su hija, todos tuvieran en la circulación de su sangre el germen humanista que rezuma la Nueva Filosofía. Miguel Servet publicó De Restitutio en 1546. La obra es teológica en su mayor parte pero, en algunas páginas embutidas en el libro V de la obra, se habla de la circulación menor de la sangre, por primera vez de forma impresa.

Oliva Sabuco nace nueve año después de que quemaran a Servet

A Servet, lo quemaron en 1553. Oliva Sabuco, nace nueve años después de la muerte de Servet. Tras la muerte de Servet, vinieron los trabajos de Vesalio, Francisco de la Reyna, Juan de Valverde, Realdo Colombo, Cesalpino y finalmente Harvey. Todos publican sus trabajos antes y durante el parto de la Nueva Filosofía. Todos en el siglo XVI, con sus libros publicados en el siglo XVI y a manos de cualquiera que pudiera permitirse económicamente tener libros en casa.

Familia de judíos conversos

Oliva Sabuco, tuvo acceso a libros de la época. Sin duda. Tuvo acceso a la biblioteca de los dominicos en Alcaraz. A todos los libros que se guardaran en la ciudad de Alcaraz. Tuvo acceso a las enseñanzas de Pedro Simón Abril, tuvo acceso a la experiencia de su padre Miguel Sabuco como médico y a las enseñanzas médicas de otro preceptor en Alcaraz que fue su padrino, el doctor Heredia. Sólo que ella tuvo la gracia, perspicacia e inteligencia de dar forma a esa marea ingente de conocimientos y ser ambiciosa. Muy ambiciosa, como solo puede serlo una persona joven y con ganas de destacar entre sabios. Además, los orígenes de su familia eran judíos conversos. Muchos fueron aniquilados 80 años antes.

Ibn an-Nafis fue el primer sabio en hablar de la circulación de la sangre

A saber lo que había en la biblioteca de aquella casa de Alcaraz, textos hebreos, latinos y de los médicos árabes de Córdoba. Desde que el médico árabe del siglo XIII Ibn an-Nafis fue el primer sabio en hablar de la circulación de la sangre comentando las obras de Avicena, la búsqueda de la ciencia fue una carrera para dejar atrás las enseñanzas de Galeno, y de Aristóteles, y empezar a experimentar. Miguel Servet fue un gran diseccionador de cadáveres, en la Universidad de París. Allí fue donde comenzó pergeñar su teoría de la circulación de la sangre, abriendo cuerpos humanos, a troche y moche, para saber cómo eran por dentro.

¿Qué harían Miguel Sabuco, Simón Abril y Oliva en Alcaraz?

No sería raro que Miguel Sabuco, Pedro Simón Abril y la misma Oliva, de manera oculta y privada diseccionaran cadáveres en Alcaraz, buscando las tesis de Servet y de Vesalio. Como cientos de años después hizo Santiago Ramón y Cajal con su padre, llevándose cuerpos del cementerio en el siglo XIX, para aprender cirugía.

Punset, podía haber empezado su libro con estos titanes de la ciencia, educados y formados en París, Italia , España, Viena y Alemania en el siglo XVI cuando eran reinos españoles. Pero no, habla de Thomas Willis que ya en el siglo XVII estudia la estructura cerebral. Si leéis Novum Organum de Francis Bacon, publicado en vida de Oliva Sabuco, o cerca de su muerte, en 1620, es un libro que recoge influencias de la Nueva Filosofía. Y es a partir de estas fechas, con el Quijote recién publicado, cuando la revolución científica se empieza a jugar fuera de España. Oliva Sabuco, fue contemporánea de San Juan de la Cruz (judeo converso), Fray Luis de León y Santa Teresa de Jesús, todos reformistas y abiertos a la discusión sobre cómo debía ser Dios y cómo debía ser la filosofía la religión y la ciencia.

La peste, las guerras o la conquista de América la rodeaban

¿Os continúa sorprendiendo que una mujer inteligente como Oliva, quizá superdotada, rodeada de sabios, en un pueblo mimado por la Corona española, que ya se había rendido a las obras del arquitecto Andrés de Vandelvira, y que tuvo los favores de Isabel de Portugal, escribiera uno de los libros más avanzados del siglo XVI ? A mí no. La peste, las guerras, la conquista de América la rodeaban, pero al ser mujer y ser muy inteligente, se dedicó a los libros. Y no a la teología, sino a la medicina.

Una mujer que deseó cambiar el rumbo de la medicina

Oliva Sabuco fue una mujer que deseó cambiar el rumbo de la medicina para frenar toda la muerte que contemplaba a su alrededor, de su madre y de muchos de sus hermanos. Sólo hay que leer la carta de presentación de su puño y letra que dedica a Felipe II para que le conceda la licencia a su libro.

Ella escribió en el Titulo XLVI de la Nueva Filosofía: “Y pasa así que, como el cerebro es el que siente todos los daños de su cuerpo, él lo siente y él lo llora. Y es como una piadosa madre que tiene un niño enfermo, que nunca deja de enviar mensajes a saber cómo está”, No sólo coloca al cerebro como órgano principal y como fábrica de emociones, sino que lo concibe desde un punto de vista femenino. Pues esta era Doña Oliva Sabuco. Y escribió la Nueva Filosofía en 1587. Punset, que en paz descanse, no se fijó en ella. Y sí, nació en Alcaraz, en la provincia de Albacete.