• Párkinson: de uno a tres años para el diagnóstico

    No entiende ni de edad ni de genes, porque el párkinson ataca sin aviso previo y, aunque el diagnóstico tarde de uno a tres años, es la enfermedad a la que se enfrentan 150.000 españoles. Es una patología neurológica, degenerativa, que, si bien no tiene cura, sí tratamientos cada vez más eficaces. Así, un año más, de cara al 11 de abril, que es el día de esta enfermedad, pacientes y profesionales sanitarios reivindican más investigación y medios para una patología que necesita a un sinfín de profesionales, desde médicos y enfermeras hasta fisioterapeutas o logopedas.

    ▶️¿Qué piden los pacientes con párkinson?

    Este próximo lunes, 11 de abril, se conmemora el Día Mundial del Párkinson, la segunda enfermedad neurodegenerativa con mayor incidencia a nivel mundial, después del alzhéimer, que afecta a más de 7 millones de personas en todo el mundo. En España, y según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), unas 150.000 personas padecen esta enfermedad.

    El envejecimiento es el principal factor de riesgo de padecer la enfermedad y su incidencia y prevalencia aumentan exponencialmente a partir la sexta década de vida, pasando a afectar hasta un 2% de los mayores de 65 años y a un 4% de los mayores de 80. La SEN estima que, en España, el número de afectados se triplicará en los próximos 30 años.

     ‘Parkinson de inicio joven’

    “En todo caso, aunque la mayoría de los casos se presentan a partir de la sexta década de vida, no es una enfermedad exclusiva de personas mayores. Aproximadamente un 15% de los casos actualmente diagnosticados en nuestro país corresponden a personas menores de 50 años, es lo que denomina como ‘Parkinson de inicio joven'”, explica el Dr. Diego Santos, Coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos del Movimiento de la Sociedad Española de Neurología.

    Otros factores, como padecer hipertensión o diabetes tipo 2, también se han asociado a mayores probabilidades de desarrollar la enfermedad de Parkinson. Sin embargo, su causa sigue siendo desconocida y se considera como el resultado de una combinación de factores ambientales en individuos genéticamente predispuestos, excepto en las formas hereditarias.

    La causa sigue sin determinarse

    Se han descrito más de 20 mutaciones asociadas al párkinson que pueden explicar hasta un 30% de las formas familiares, sobre todo en aquellos que debutan con la enfermedad por debajo de los 45 años. Sin embargo, el 90% de los casos son aparentemente esporádicos, en el que no existe una relación familiar, por lo que se considera una enfermedad multifactorial, en el que están involucrados diversos factores como la neuroinflamación, el estrés oxidativo, ciertas infecciones y los genes.

    De acuerdo a la incidencia de esta enfermedad, cada año unos 10.000 españoles empiezan a desarrollar los síntomas de esta enfermedad, sin embargo el hecho de que en España exista un retraso de entre 1 y 3 años en el diagnostico, hace que la SEN estime que más del 50% de los nuevos casos que han debutado en el último año estén aún sin diagnosticar.

    Desde pérdida del olfato hasta de audición

    “Hoy sabemos que cinco, o incluso diez años antes de estos síntomas motores, los pacientes pueden presentar alteraciones no motoras relacionadas con la enfermedad, como la degeneración cognitiva, depresión, alteraciones del sueño, pérdida del olfato, trastornos gastrointestinales…  Y un reciente estudio publicado en «JAMA Neurology», acaba de apuntar a dos nuevos síntomas no motores: la pérdida de audición y la epilepsia”, comenta el Dr Diego Santos.

    No hay cura, pero sí tratamientos frente a los síntomas

    Existe una gran variabilidad de recursos disponibles para al tratamiento de los síntomas motores de la enfermedad de Parkinson, entre los que se incluyen distintos enfoques. Sin embargo, todavía no existe una cura para esta enfermedad y las terapias farmacológicas actuales, aunque son capaces de mejorar los síntomas, se vuelven menos efectivas a medida que la enfermedad progresa.

    Por el contrario, el abordaje terapéutico de los síntomas no motores de esta enfermedad resulta más complicado. El insomnio, la depresión, la apatía, las alucinaciones, la confusión, el dolor o el trastorno del control de impulsos, son otros síntomas no motores de esta enfermedad, que tienen consecuencias muy negativas tanto en la calidad de vida de los pacientes, como en los cuidadores.

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    «Ni todo temblor es párkinson ni todos los párkinson tiemblan»

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