• Pascual, el hombre que salva pacientes sin entrar al quirófano

    No es médico ni enfermero. En realidad, Pascual Martínez Cebrián no ha pisado un quirófano en su vida, pero ha salvado decenas de vidas, puede que cientos. Y es que este conductor de ambulancia es donante desde hace más de veinte años. Ha dado su sangre y sus plaquetas en más de cien ocasiones, motivo por el que la Hermandad de Donantes lo reconocerá este año con su máxima distinción, la Cruz Mayor.

     Pascual Martínez Cebrián donante

    El ibañés Pascual Martínez forma parte de esos más de 64.000 albaceteños anónimos que salvan vidas

    El ibañés Pascual Martínez forma parte de esos más de 64.000 albaceteños anónimos -cerca de dos millones en toda España- que permiten que los quirófanos funcionen, que los enfermos de leucemia sanen, que los pacientes sobrevivan a hemorragias o que un parto complicado se resuelva con éxito. Son tantos, que los nombres de los donantes de sangre no suelen transcender como el de un médico que marque un hito en una cirugía o el de un investigador que dé un nuevo paso, pero sin ellos la sanidad estaría perdida.

    Pascual es conductor de ambulancia, pero cuando decidió hacerse donante, en el año 1993, no tenía nada que ver con el mundo sanitario. Hoy sabe que sus plaquetas, las que dona doce veces al año, salvan la vida de muchos de los pacientes a los que traslada. Sin embargo, en los años noventa simplemente vio un anuncio en televisión y se interesó por la donación. Al final, aquella primera vez lo acompañó un amigo que era conductor de autobús y ya era donante. No le dolió nada y en un cuarto de hora había terminado. De hecho, jamás ha tenido la más mínima molestia y sí la gran satisfacción de saber que, de una manera o de otra, contribuye a salvar vidas.

    Con el tiempo y gracias a Santiago García, el médico responsable del Banco de Sangre, Pascual se enteró de que la donación de plaquetas era casi más importante que la de sangre, pero suponía invertir algo más de una hora en la donación. Desde entonces, cada vez que tenía un descanso entre servicio y servicio de ambulancia, si la máquina de aféresis estaba libre, bajaba al sótano del Hospital General a ceder parte de sus plaquetas.

    Dos décadas donando

    Hoy, más de veinte años después de aquella primera donación, entre plaquetas y sangre, Pascual ha superado el centenar de extracciones. Pero su gesto no queda ahí. Sus tres hermanos también son donantes y su hijo, que tiene 15 años, seguirá sus pasos cuando sea mayor de edad porque siempre que puede lo acompaña.

    El hecho de que este conductor de ambulancias done plaquetas cobra cada vez más valor porque la demanda para tratamientos ha aumentado un 27% sólo durante el último año. La clave está en que para un tratamiento terapéutico con plaquetas se necesitan cinco donaciones de sangre y, sin embargo, con una extracción de plaquetas se obtienen dos tratamientos. Además, un hombre puede donar plaquetas doce veces al año y sangre sólo puede dar en cuatro ocasiones.

    ‘Cruz Mayor’

    Aunque el caso de Pascual llame la atención, por fortuna para el sistema sanitario, hay muchos más como él. La Hermandad de Donantes de Sangre de Albacete cuenta con más de 64.000 socios, de los que 793 recibirán este año un reconocimiento. Así, nueve personas obtendrán la Cruz Mayor por superar las cien donaciones: Juan Carlos Capilla (Albacete), Juan José Castillo Tortosa (Almansa), Federico Domingo Saiz (La Roda), Francisco Escribano Martínez (La Roda), Julio García Martínez (Almansa), Francisco Ibáñez López (Almansa), Pascual Martínez Cebrián (Casas Ibáñez), Carlos Perales Ibáñez (Almansa) y Antonio Tortosa Ballestero (Almansa). Un total de 43 donantes recibirán la Gran Cruz por superar las sesenta donaciones; 136 recibirán la Cruz de Oro por llegar a las cincuenta donaciones; 253, con 25 donaciones, se llevarán la Cruz de Plata y 352 tendrán la Cruz de Bronce por superar las diez donaciones.