• Pensionistas, viene el “capping”

    El Autor

    Eduardo Giménez

    Farmacéutico

    Hace unos días nos remitió un escrito el Colegio Oficial de Farmacéuticos anunciando que próximamente íbamos a instaurar el “capping” en nuestras Oficinas de Farmacia. La primera impresión fue de susto. Una orden que viene de la Consejería de Sanidad y que no sabes lo que significa lo primero que te da, en los tiempos que corren, es miedo, o alteran tu trabajo o tu rendimiento.

    Pasados unos días, nos convocaron para explicarnos el famoso capping, que, a la postre, altera algo a algunas farmacias y a otros más, como explicaré después.

    Como todos saben, hace unos años se cambió el sistema de aportación para las prescripciones de recetas, de tal forma que se instauró un límite variable según se pertenezca a un grupo u otro de aportación, siendo el mínimo, y más corriente entonces, de 8 euros e incrementándose con el IPC anual. A aquellos jubilados que pasasen ese límite en sus aportaciones se les devolvería la diferencia. Claro, esto genera un gasto de tiempo de los funcionarios y de dinero en transferencias, cartas…

    Bueno, pues el capping significa que en las oficinas de farmacia próximamente sólo se cobrará el tope que corresponda y a partir de ahí no se cobra más. Esto no quiere decir, como escucho, que quitan el copago.

    Creo que es una buena medida en general, el ciudadano no paga más de lo que debe y espera su devolución, cosa que crea desconfianza; la Administración no hace trabajo en balde, aunque pierde una financiación injusta, porque, al fin y al cabo es un dinero prestado a interés 0% y los profesionales tendremos más problemas, ya que algunos médicos rurales no tienen Internet en condiciones y menos en las pedanías.

    Con respecto a las farmacias, hay varias cosas a decir. Si las prescripciones son electrónicas, no hay problema; si las prescripciones son en papel, hay que escanear varios datos con un tipo de escáner que hemos tenido que adquirir. Claro, donde son pocas recetas, no es complicado, pero en farmacias que atiendan a muchas pedanías esto puede suponer un aumento grande de la carga de trabajo. Además, hay otro problema con los informes emitidos en los Servicios de Urgencias, ya que no prescriben en receta electrónica. También se complica el asunto con las recetas de castellanomanchegos que viene de otras autonomías.

    En definitiva, hay algunos problemas que se tendrán que solucionar de alguna manera lógica, pero en principio y a falta de ver el funcionamiento real, parece que el capping va a ser una buena idea que se nos avecina para primeros de mayo.