• Polisomnografía, el polígrafo del sueño

    La polisomnografía permite, en la mayoría de los casos, realizar un diagnóstico certero de las diferentes patologías del sueño. El Servicio de Neumología del Hospital Mancha Centro, de Alcázar de San Juan, ha realizado en el último año y medio 125 estudios.

    Estos estudios han permitido, según asegura el Sescam en un comunicado, acabar con la lista de espera que había para una prueba diagnóstica que se realiza mientras el paciente duerme en una habitación especialmente habilitada para esos estudios.

    Mediante la colocación de múltiples sensores y electrodos, la polisomnografía permite llevar a cabo de manera simultánea un registro de electroencefalograma (estudio del funcionamiento del sistema nervioso central), electromiograma (estudio del sistema nervioso periférico), electrooculograma (examina el movimiento de los ojos), electrocardiograma (registra la actividad eléctrica del corazón), pulsioximetría (permite determinar el porcentaje de saturación de oxígeno de la hemoglobina en sangre), movimientos respiratorios torácicos y abdominales, ronquidos y actividad respiratoria mediante detectores de flujo aéreo y temperatura colocados en la boca y en la nariz del paciente.

    La polisomnografía detecta problemas respiratorios durante el sueño

    Los datos son posteriormente analizados por los médicos del Servicio de Neumología que emiten el correspondiente informe. El informe, junto a los datos clínicos del paciente, permite, en la mayoría de los casos, realizar un diagnóstico certero de las diferentes patologías del sueño y, en especial, de los problemas respiratorios durante el mismo.

    Tal y como recalca la enfermera Mercedes Mazuecos, una de las responsables de realizar las polisomonografías en el Mancha Centro, “hoy en día la principal utilidad de esta prueba es el estudio del Síndrome de Apnea e Hipopnea durante el Sueño (SAHS)”. Es decir, a pacientes que sufren paradas de respiración completas (apneas) o parciales (hipoapneas) mientras duermen.

    La apnea puede provocar cefalea diurna e, incluso, un ictus

    Se trata de una enfermedad que padecen entre un seis y un ocho por ciento de la población adulta y que consiste, según el doctor Enrique Quinzaños, del Servicio de Neumología del Hospital Mancha Centro, “en episodios repetidos de pausas respiratorias (apneas) durante el sueño que se producen por el colapso de la vía aérea superior y que ocasionan una fragmentación del sueño y una disminución de la calidad del mismo”.

    Esas interrupciones mientras se duerme pueden provocar otros síntomas en el paciente: somnolencia diurna, sueño no reparador y cefalea diurna. Además, se ha demostrado que este trastorno está asociado a patologías cardiovasculares como la hipertensión arterial, la cardiopatía isquémica, ictus y arritmias cardiacas.

    Los problemas durante el sueño son más frecuentes en varones adultos, de 40 o más años, con sobrepeso

    El Síndrome de Apnea e Hipopnea durante el Sueño es más frecuente en varones adultos, de 40 o más años, con sobrepeso, roncadores y que padecen hipertensión arterial aunque, tal y como advierte el doctor Quinzaños, “a partir de la menopausia los porcentajes por sexo tienden a equipararse”.

    En los niños este síndrome se asocia con la hipertrofia adenoamigdalar, al quedar reducido el espacio por el que pasa el aire que ingresa por la nariz hacia la laringe y la tráquea.

    El tratamiento varía dependiendo de la gravedad de la afectación pudiendo ser, en los casos más leves, dietético e insistiendo en hábitos de vida saludables hasta en los casos más graves en los que hay que recurrir a tecnologías que impidan que se produzcan paradas en la respiración.

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