• ¿Por qué asistentes sexuales?

    El Autor

    José Vaquerizo

    Presidente de Metasport Castilla-La Mancha y ex atleta paralímpico

    En España, tendemos a crear estereotipos de todo tipo que a menudo afectan a la lingüística española, confundiendo y adjudicando términos sin razón de ser que tienen efectos que muchas veces no favorecen a la inclusión de algunos sectores sociales.

    La Discapacidad es uno de los sectores sociales más afectados por los estereotipos, lo que genera que la sociedad no vea que una persona en silla de ruedas sea capaz de hacer un millón de cosas y, si la ven, lo hacen de forma diferente, excluyendo a esta persona “sobre ruedas”, quizás sin darse cuenta.

    Un ejemplo clarificador es la moderna figura del “asistente sexual” aparecida hace pocos años en este país. En mi opinión, este término novedoso hace que el sector de la Discapacidad sea aún más vulnerable de lo que piensa la sociedad, aparte de que me parece poco inclusivo, por no decir nada.

    Asistentes sexuales, un tabú

    Desgraciadamente, el tabú que existe del sexo con personas con discapacidad es muy holgado en este país. Es inconcebible que una persona en silla de ruedas ni siquiera pueda relacionarse con chicas a no ser que sea su hermana. Por ello, el principal problema que denuncian los expertos es la idea preconcebida que tiene la sociedad de considerar a las personas con “capacidades diferentes” como seres asexuados, a los que el sexo no les importa de la misma manera que al resto.

    Mentes cuadriculadas

    Con esta clase de mentes, las “asistentes sexuales” hacen que estas “mentes cuadriculadas” nos vean  aún más raros y con más sentimiento de pena de lo que nos ven. Esta figura del asistente sexual ha generado mucha polémica y aún suscita mucha confusión, aunque en países como Suiza esta práctica está regulada.

    Pienso que este tipo de términos novedosos le hacen un flaco favor a la inclusión social inexistente. Hay que normalizar lo que debería ser normal, no al revés. Una manera de conseguirlo es llamar a las cosas por su nombre sin rodeos ni prejuicios.

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