
La respuesta la tiene Darwin
Las principales enfermedades que nos pueden llevar al otro barrio son: ictus, ataque al corazón, aterosclerosis, cáncer, diabetes y nuevas enfermedades infecciosas, además de gripe, sida o COVID. Sin embargo, antes del siglo XX las enfermedades humanas principales eran: accidentes, hambrunas, depredación, enfermedades infecciosas, malaria, difteria…
Cuando vivir 50 años era una excepción
Además, hasta el pasado siglo, la esperanza de vida no solía sobrepasar a los 50 años (algunos ya estamos en el tiempo de descuento), lo que seguro que conocerán es el concepto de obsolescencia programada. Porque debemos tener muy claro que lo que le pase a nuestro cuerpo pasado ese límite temporal, no le suele interesar a la selección natural. Si usted quiere que su coche le dure mucho tiempo, ya sabe, hay que darle buen combustible, no meterlo por caminos, nada de acelerones, y revisiones periódicas.
¿Por qué este cambio tan sustancial en el tipo de enfermedades que nos matarán? En 1994, los investigadores Dr Randolph Nesse y Dr George Williams, publicaron un libro que lleva por título ¿Por qué enfermamos?, donde mostraban en un lenguaje accesible muchas de las ideas que ya habían publicado previamente en revistas internacionales sobre la evolución humana y las enfermedades.
Medicina Darwiniana o Evolutiva
A día de hoy se les considera unos de los padres de lo que conocemos como Medicina Darwiniana o Evolutiva. Ellos fueron de los primeros humanos en darse cuenta de que la mayoría de las patologías humanas actuales surgían como un desencuentro entre nuestro genoma, que a grandes rasgos ha permanecido en su gran mayoría sin grandes cambios en nuestra especie los últimos miles de años, y los enormes cambios tanto ambientales, sociales y culturales que la mayoría de los humanos han sufrido en los últimos 100 años. Si nuestro cuerpo fuese un coche de fórmula 1, lo estamos metiendo por pistas forestales, le estamos dando queroseno, y ello tiene consecuencias muy graves.
Debemos recordar que nuestra especie ha sido en la gran mayoría de su existencia en este planeta unos animales mamíferos que tenían que caminar largas distancia para obtener alimentos cuando los encontraba (hemos sido carroñeros). Además ,debía protegerse de la depredación por otros mamíferos, y para todo ello formó pequeños grupos de comunidad, sin jefes, donde no existían jerarquías, eran cooperativas para el bien común del grupo.
Hubo dos cambios relativamente recientes, uno genético y otro cultural, que produjeron una enorme transformación en nuestra especie, la revolución cognitiva (importante modificación del cerebro humano hace unos 20.00-40.000 años), y el neolítico, con el desarrollo de la agricultura y la ganadería.
El primero permitió generar grupos grandes de humanos, dirigidos por un líder, que acabaría a la larga en muchas ocasiones siendo un semidios (posiblemente el origen de las religiones).
El mosquito, el más letal de los depredadores
El segundo cambio permitió establecernos en pueblos, ciudades, cultivar cereales (con la presencia de excedentes, comercio, humanos enriquecidos y otros empobrecidos) convivir con animales que domesticaron, y que nos pasaron enfermedades infecciosas, y que nos han acompañado y masacrado desde entonces (el mosquito es el arma más letal de la especie humana) (Libro El Mosquito, Timothy Winegard).
El mal uso de los antibióticos
Esas enfermedades infecciosas más o menos podemos controlarlas en el siglo XXI, pero les recuerdo que en el 2019 sufrimos otro largo viaje de un virus de murciélago hasta nuestra especie, y la que se organizó en el planeta, debido a otro importante cambio cultural tecnológico, los viajes en avión. Y digo más o menos controladas, porque tenemos un tremendo problema con las resistencias a los antibióticos comercializados. Para este problema, que todo indica que en 2050 puede ser un muy grave problema de salud, la Medicina Darwiniana nos indica que estamos haciendo un muy mal uso actual de los antibióticos (para poder con tu enemigo debes conocerlo en profundidad, en ello están los investigadores, y a veces la única solución es convivir como amigos).
Tragones y sedentarios
Pero lo que muy probablemente nos mate será un cáncer, una enfermedad cardiaca, etc, algo desconocido para la inmensa mayoría de nuestros antepasados. Las pestes y las hambrunas eran lo más frecuente. Como dijo el gran Dr Enrique Campillo, “lo que ha caracterizado a nuestra especie es el hambre que hemos pasado” (El mono obeso), y nuestro genoma se seleccionó para ser ávido de energía. El problema es que ahora comemos todos los días, comida basura, y vamos en coche a obtener esa comida. Y de esos polvos, estos lodos.
Por otro lado, el principal factor de riesgo de desarrollar un cáncer es la edad, sumado a nuestro sistema de vida sedentario, exposición a tóxicos de todo tipo (El mono estresado, Dr Jose Enrique Campillo), el nuevo momento de ser madres, los elevados niveles de cortisol continuados, etc.
O te cuidas o llegará la enfermedad
A comienzos del siglo XX la media de edad de los humanos era de unos 40-45 años, actualmente en muchos países ya se está en los 80 años, y en España algo superior junto con Japón. Pero les recuerdo que nuestro coche se fabricó para circular en buenas condiciones unos 50 años. Actualmente los avances científicos nos están permitiendo doblar esa edad, eso sí, con una inmensa población mayor polimedicalizada. La Ciencia lo tiene muy claro desde hace años, o cuidas el coche, o tendrás muchas probabilidades de desarrollar diabetes, un ictus, o un tumor descontrolado.
La Medicina Darwiniana también nos indica que para muchos procesos celulares, como la capacidad de corregir mutaciones genéticas, o el propio sistema inmune, se mantienen plenamente funcionales en el inicio de la vida adulta, pero no se seleccionaron unos mecanismos cien por cien perfectos para los 60 años, porque a esa edad la mayoría de los humanos de hace 20.000 años ya habrían muerto.
La resistencia de las células tumorales
Por lo tanto, la ciudadanía debe conocer que, o lleva una vida saludable, o se introducirá en una escalada de pérdida de salud, y el coche dejará de funcionar. Otra muy importante aplicación de la Medicina Evolutiva más reciente es en el tratamiento del cáncer, cómo nos enfrentamos a estas células propias que han decidido saltarse las nomas de convivencia celular, y han comenzado su propio camino egoísta (Egoístas, inmortales y viajeras, Dr Carlos López Otín). Publicaciones científicas de muy alto nivel de los últimos años indican que los tumores son un complejo ecosistema de numerosos tipos celulares, tanto tumorales, como las células madre tumorales, así como células normales, que pueden ser esclavizadas por las células tumorales.
Estas investigaciones explican desde un punto de vista darwiniano el motivo por el que los tumores se vuelven resistentes a los tratamientos farmacológicos, y ofrecen herramientas sencillas para disminuir la probabilidad de aparición de resistencias, y poder controlar la situación egoísta celular mucho más tiempo, y por lo tanto alargar y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Para concluir, como dijo el gran genetista Dr Theodosius Dobzhansky, “Nada en Biología (Medicina) tiene sentido si no es a la luz de la evolución”. Ahora solo falta introducir esta idea esencial en la formación de los estudiantes de ciencias de la salud, y en los ya profesionales, así como en la ciudadanía, que tiene el papel esencial de la prevención de sus enfermedades.