• Sordera, un elefante en la habitación del alzhéimer

    El Autor

    José Manuel Juiz

    Catedrático de Histología de la Facultad de Medicina de Albacete. Director del Grupo de Neurobiología de la Audición-IIB, UCLM

    Una mayoría de personas pierde de manera progresiva capacidad auditiva durante el envejecimiento. Esta sordera del envejecimiento o presbiacusia es estadísticamente “normal” por su frecuencia y distribución. Pero no por ello se ha de “normalizar” como un peaje inevitable del envejecimiento, bajo el prejuicio de que sus consecuencias son limitadas en comparación con otras patologías.

    La presbiacusia se asocia a un retraimiento gradual de contactos sociales, contribuyendo de manera insidiosa al aislamiento personal

    La presbiacusia se asocia a un retraimiento gradual de contactos sociales

    Por el contrario, la presbiacusia se asocia a un retraimiento gradual de contactos sociales, contribuyendo de manera insidiosa al aislamiento personal. Entre el déficit auditivo y el déficit de comunicación se establece un círculo vicioso que genera aún más aislamiento, ansiedad e incluso agravamiento de cuadros depresivos.

    El tratamiento más accesible, la amplificación del sonido con audífonos, suele llegar tarde, cuando los circuitos cerebrales responsables del procesamiento auditivo también se afectan. En este punto, por más que se amplifique la señal auditiva de entrada, esta termina por no distinguirse del “ruido de fondo”.

    En otras palabras, aunque el volumen del mensaje sonoro sea intenso, la persona afectada no comprende el contenido. De hecho, suele ser más eficaz hablar despacio y con buena entonación a una persona mayor con sordera que elevar el volumen de voz.

    Una patología subestimada

    En resumen, la presbiacusia conlleva graves problemas de comunicación, con sufrimiento, menor calidad de vida, y agravamiento de patologías pre-existentes, factores clave que se contraponen a un envejecimiento saludable. Sin embargo, como hemos mencionado, sigue existiendo la percepción, incluso entre profesionales de la salud y de los cuidados de las personas mayores, de que su impacto es relativamente bajo en comparación con otras patologías del envejecimiento.

    Estudios epidemiológicos recientes, echan aún más por tierra esta percepción “ligera”, casi nihilista de la presbiacusia. Más de un 8% de demencias, incluyendo la enfermedad de Alzheimer, se asocian de manera independiente con la sordera del envejecimiento, lo cual convierte a la presbiacusia en el factor adquirido con mayor peso específico en el desencadenamiento de demencias a partir de edades intermedias de la vida, por encima de otros factores de riesgo como la hipertensión arterial, la obesidad o el consumo de alcohol (1).

    Así, en la habitación de la enfermedad de Alzheimer la sordera es un elefante, visible sólo a medias. En no pocos manuales y monografías sobre demencias y su prevención, la presbiacusia continúa diluida entre otras causas de riesgo de demencias o ni se menciona explícitamente.

    Es necesario que los rigurosos resultados epidemiológicos mencionados (1) tengan aún mayor alcance entre profesionales de la salud y de los cuidados durante envejecimiento, así como en el conjunto de la sociedad. Se trata de un paso imprescindible para tomar conciencia informada de la magnitud del problema de la presbiacusia como factor riesgo de demencias y las estrategias para su prevención o tratamiento. Con frecuencia se tiende a percibir la presbiacusia como intratable.

    Audífonos

    Sin embargo, las mejoras tecnológicas en la amplificación del sonido con audífonos y su adaptación personalizada y a tiempo están consiguiendo eficacia. Un ensayo clínico reciente muestra que la amplificación sonora con audífonos atenúa el deterioro cognitivo en mayores de alto riesgo (2). Se investigan activamente los efectos sobre el deterioro cognitivo de los implantes cocleares en sorderas profundas donde están indicados. Las estrategias requieren aún refinamiento, pero es necesario que todas las partes implicadas se incorporen al camino de la prevención de la presbiacusia como factor de riesgo modificable de demencias.

    En la UCLM, nuestro grupo de investigación trabaja en desentrañar los mecanismos neurobiológicos, celulares y moleculares, que vinculan la enfermedad de Alzheimer con la presbiacusia (3) utilizando modelos animales que reproducen fenómenos neurodegenerativos de ambas patologías. Este conocimiento debe de permitir optimizar protocolos de prevención y tratamientos para la sordera del envejecimiento, orientados a limitar las consecuencias devastadoras de las demencias. Dejamos los detalles de este ambicioso programa de investigación y sus resultados para una próxima ocasión.

    Referencias:

    1.Livingston, G., et al., (2020). Dementia prevention, intervention, and care: 2020 report of the Lancet Commission. The Lancet, 396(10248), 413–446.https://doi.org/10.1016/S0140-6736(20)30367-6

    2. Lin, F. R., et al., (2023). Hearing intervention versus health education control to reduce cognitive decline in older adults with hearing loss in the USA (ACHIEVE): a multicentre, randomised controlled trial. The Lancet, 402(10404), 786–797.

    3. Juiz JM, et al., (2023). Editorial: Deafness, aging and Alzheimer’s disease: Neurobiological links and therapy options. Front Neurosci. 16:1114383. doi: 10.3389/fnins.2022.1114383.

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