¿Qué se encuentra un médico de Atención Primaria en la sexta ola COVID? Artículo de opinión del Dr González Cabrera
Acaba de hacerse pública la cifra de contagios que recoge los del fin de semana. Cifra récord en toda la pandemia. En mi opinión no es para alarmarse y lo trato de explicar a continuación.
No es para alarmarse
Me he incorporado tras unos días de vacaciones a la consulta. Me esperaba una lista de citados inmensa. Más de 60 pacientes de inicio que luego han aumentado a 70. Demasiados para hacer una asistencia de calidad. Entre ellos un número importante de positivos con el que contactar telefónicamente. Ni son todos los que están, ni están solo los que son. Hay muchos positivos que ni sospechan que lo son por la levedad de sus síntomas porque, a diferencia de las anteriores olas, los positivos actuales son asintomáticos o presentan síntomas muy leves, quizás porque la población que atiendo en mi consultorio está vacunada en una proporción superior al 95%, y eso está detrás de la levedad de sus síntomas.
La presión asistencial, máxima
La presión asistencial es máxima en toda la atención primaria, básicamente porque la evolución de la pandemia ha experimentado estas dos últimas semanas un aumento considerable de casos. No solo está ocurriendo en España, sino en el resto del mundo, por la variante Ómicron, mucho más transmisible que las conocidas hasta ahora. Pero no nos engañemos, también detrás de esas cifras está la relajación de las medidas de distancia, la ventilación de locales, el que pese a las recomendaciones son muchas las personas que no usan la mascarilla como se debiera, y todo ello en estas fechas festivas. Las medidas ayudan a que la carga viral sea menor y es recomendable seguirlas. Las cifras son el resultado de la suma de todas esas circunstancias. El frio es otro elemento a tener en cuenta.
Asintomáticos y leves
Entre los positivos en consulta, por cada paciente con síntomas leves, estamos viendo tres o cuatro asintomáticos. Contarlos cada día solo sirve para alarmar a la población, a quien las cifras sin explicación les asustan. Muchos son pacientes ya vacunados que se han infectados. En otros casos son pacientes reinfectados por la nueva variante. Pero no van a consulta muchos vacunados infectados y asintomáticos, que hacen su vida normal sin saberse infectados, y que contagian a sus contactos sin saberlo. La vacunación masiva justifica esas situaciones, y explica que los contagiados no estén en relación con los hospitalizados o fallecidos.
Síntomas COVID en la sexta ola
Lo dije hace unos días, las medidas no se deben adoptar para acabar con el virus, sino para evitar el colapso del sistema sanitario. Atendemos una variedad de pacientes COVID muy variopinta: con síntomas que quieren que se les realice un test o una PCR; otros que no quieren que se les testee pese a sus síntomas, porque no quieren conocer que son positivos, y se les prescriba el aislamiento domiciliario; otros con miedo por sus mayores, y que ven contactos de riesgo inexistentes en todas sus relaciones y solicitan un test para diagnóstico; junto a ellos, otros que quieren un test para poder seguir con sus relaciones sociales o asistir a reuniones familiares. Todos estos supuestos son entendibles, pero eso está dejando sin acceso a las consultas a otros pacientes con patologías que no deben demorar ser atendidas, pero a los que es materialmente imposible darles la atención que necesitan.
Ómicron es imposible de rastrear
Está claro que no podemos volver a las restricciones de antes, fundamentalmente por nuestro porcentaje de vacunación, de casi un 90%. Pero eso no puede ser la justificación para no cumplir las medidas indicadas. Las vacunas pueden evitar el colapso del sistema sanitario, pero habría que hacer algo más. El escenario es diferente con todos vacunados, pero mientras siga habiendo personas sin inmunizar, seguirá mutando el virus. Incluso, aún estando todos vacunados, debemos admitir que tampoco la vacunación masiva ha impedido la transmisión comunitaria; que con exigir el pasaporte COVID no se ha visto que la trasmisión se frene; que nos hemos quejado de la escasez de rastreadores, pero en la actual situación con Ómicron, la inmensidad de contactos se ha convertido en irrastreable.
Acabar con el virus es imposible
Puede que debamos empezar a asumir, que acabar con el virus es imposible, y que la única salida real es que la pandemia pase a ser endemia, como lo es la gripe o el resto de los virus respiratorios estacionales con los que convivimos desde hace siglos. Por eso creo que puede ser el momento de plantearnos que, si el objetivo es que nuestro sistema sanitario no se colapse, hay que cuestionarse si las medidas adoptadas hasta ahora son las adecuadas para este momento, con un nivel de vacunación tan alto como el alcanzado. Voy a intentar explicar el por qué de este planteamiento.
Hay muchos más contagiados de los detectados
Estoy seguro de algo: el número de ciudadanos que ya ha sido infectado por el coronavirus es muy superior al que recogen las cifras oficiales de contagios. Puede que sea el triple si hacemos caso a algunos estudios en otros países. Ahora si puede ser útil un estudio de seroprevalencia que nos indicase cual es el nivel real de contagios. Porque pocos dudan que hay muchos asintomáticos no detectados en toda la pandemia. Indico esto porque si ese nivel es muy alto, sumado al porcentaje de vacunados y al hecho de ahora ver mayoritariamente pacientes asintomáticos, concluiremos que la situación de hoy no se parece en nada a la que sufrimos desde marzo 2020 hasta hace muy poco, y por lo tanto, las medidas a adoptar deben ser adaptadas a ese nuevo escenario.
¿Tiene sentido transmitir pánico a la población con cifras que solo son cifras?
Preguntémonos: ¿De qué nos sirve contar cada día los nuevos contagios? Si Ómicron son casos mayoritariamente leves ¿tiene sentido transmitir pánico a la población con cifras que solo son cifras? Tal vez al informarles que de gripe mueren casi 150 personas al día durante dos meses ¿no les alarmaríamos? Si no lo hacemos con otras enfermedades ¿por qué si con esta pandemia? Sabiendo que entre los contactos que desconocemos, y los que se nos ocultan están la mayoría ¿de qué nos sirve rastrear solo a unos pocos? ¿De qué nos sirve aislar a los contactos asintomáticos, si además están vacunados? ¿Qué ganamos con montar carpas para cribados masivos, si los que acuden no tienen síntomas graves?
Objetivo: atender también a los no COVID
¿Por qué no se atiende a lo que muchos sanitarios demandamos desde el principio?: mantener las medidas generales de prevención (mascarilla, distancia, ventilación, lavado manos); extender la vacunación a todos los países, pero ayudándoles no solo con dosis sino con equipos que la posibiliten; continuar aquí la vacunación al mayor ritmo posible, intentando alcanzar el máximo de vacunados y haciéndola obligatoria a los colectivos considerados esenciales durante la primera ola; reforzar la atención primaria y los servicios de urgencias, que son las partes del sistema que están soportando la actual sobrecarga, y hacerlo sobre todo en este periodo transitorio hasta la caída de la ola, con el objetivo esencial de poder atender a las demás patologías no COVID.
Más camas por habitante
Y los hospitales y UCI deberían aumentar la ratio de camas por habitante, aunque no sean ocupadas, pero nuevas pandemias (que las habrá) no pueden volver a cogernos desprevenidos. Llevamos diciendo lo mismo dos años, y eso es la demostración de que se está retrasando la puesta en marcha de un plan de contingencia que haga frente a este tipo de problemas. La sanidad pública no se cuida y soluciona con promesas y palabras amables, se defiende invirtiendo en ella.
Como un catarro
Pensemos lo absurdo que resulta, que si hoy la COVID es como un catarro, o sencillamente no tiene clínica, veamos como está siendo el tapón que impide el acceso al sistema de las demás patologías. Nada justifica eso. No es admisible que se impida el acceso de otras patologías que requieren ser atendidas con cierta urgencia. Naturalmente que los casos graves deben ser estudiados, pero en una cama de hospital, porque es evidente que esos precisan de más exploraciones complementarias y más estudios.
El diagnóstico, obsoleto
El diagnóstico de COVID actual ha quedado obsoleto, y hoy no se puede basar solo en una simple prueba que sirve no para curar sino para estigmatizar y a la vez bloquear todo el sistema. Un compañero de fatigas, el Dr Simón, sugiere en su blog, que se debería establecer una nueva definición de caso COVID 19, que debe ser un diagnóstico, con más base, tanto analítica como clínica, y que sólo incluiría a los casos complicados que precisan ingreso hospitalario. El resto de los casos solo se deberían consideran como una infección respiratoria aguda, sin necesidad de nada más, salvo que su evolución requiera de un ingreso. Eso evitaría que la atención primaria y las urgencias fuesen las partes débiles de un sistema sanitario bajo mínimos en estos momentos.
El escenario hoy es muy diferente
Al igual que se han cambiado los criterios de riesgo para adaptarlos a la realidad de la pandemia, pueden cambiarse los criterios diagnósticos. Hace un rato, escuchaba a la presidenta madrileña afirmando que ella ya sabía que no había que hacer restricciones, atribuyéndose la cualidad de ser una visionaria de la pandemia. Su discurso es falso e interesado hoy, y erróneo ayer, porque solo trata de aprovechar el actual momento de no poder frenar los contagios, y aprovecharlos para su discurso irresponsable. Cuando eran necesarias las medidas restrictivas, ella no las aplicó, y en la actual situación, que es completamente diferente a cuando ella actuó con total irresponsabilidad y negligencia, no puede venir a decir que las medidas y restricciones no son necesarias ahora y que no lo eran antes. Estamos en un escenario muy diferente hoy al de hace casi dos años.
¿Qué sería de esta sociedad sin sus sanitarios?
Y dejo para el final una reflexión. ¿Qué sería de esta sociedad sin sus sanitarios? Hemos pasado de los aplausos en los balcones a las quejas, los insultos y los reproches. No se equivoquen, hay colectivos esenciales: los sanitarios, el profesorado, las fuerzas de seguridad, los trabajadores de los centros socio sanitarios, y otros muchos. Son todos imprescindibles. Pero si cuando al no haber obtenido premio en un sorteo, lo cambiamos por tener salud, por algo será. Toca cuidar a nuestros sanitarios, ahora y siempre, pero ahora mucho más, porque si ellos caen, caemos con ellos. Y las consultas colapsadas por pacientes asintomáticos, son una forma de arrojar piedras al tejado de la salud de todos. Con o sin COVID-19.
Y claro, no tengo por qué llevar razón.
Menos mal que el encabezado lo ha puesto bien. Aún a riesgo de equivocarme. Creo que se equivoca y bastante ( yo no soy ni médico, ni personal sanitario) y admiro su profesión, como la de todos los sanitarios y la de todo el mundo. Pero que el covid, diga que ahora es una gripe, después de los contagios, y después de la muerte y sufrimiento de los familiares? Me parece VERGONZOSAS sus palabras (también le digo, que respeto su opinión, igual que la de todo el mundo). Pero lo que sí tengo claro, es que si el bicho te pilla por el lado, igual que se puede pasar por asintomático, te puede llevar para el otro barrio y nadie, ni ustedes saben el porqué. La atención primaria lleva falta de recursos muchos años, pero como usted ha dicho, son colectivos esenciales. Que quiero decir con esto, estamos pasando una PANDEMIA mundial, que por desgracia, los que más la sufren es el personal sanitario, pero mi punto de vista es que para eso son sanitarios, para SALVAR vidas. Entonces si un paciente asintomático usted no lo quiere ver por el tema de vacunación y que no pasa nada, ese asintomático puede infectar a mucha gente, y esa gente, alguien, puede morir. Hay muchísimas más patologías que el covid, y mucho más graves, pero como he dicho antes, desgraciadamente nos ha tocado vivir esto, y a ustedes los sanitarios estar en primera línea de fuego, pero, es ahí donde tienen que estar, y en vez de quejas, presión y agotamiento, seguid luchando. Porque ya que ha citado a las fuerzas de seguridad del estado, y militares, ellos también están ahí, y si viene una guerra, ellos son los primeros que van, y que desgraciadamente también mueren. Después de mi parrafada, lo último que se equivoca, es en los colectivos esenciales, porque usted señor doctor, seguro que es muy bueno en su trabajo (y su trabajo, esfuerzo y dedicación le ha tenido que costar) pero no se olvide, que en esta vida, esenciales somos TODOS. Desde el personal sanitario, hasta el panadero por decir un oficio. Y si el caminoero no trabaja, usted no come, y si el agricultor no planta, usted no come, y si el albañil no hace casas, usted duerme a la intemperie. En esta vida TODOS somos esenciales, desde el más pequeño hasta el más grande, asique solo les pido, que un día lo den todo, y al día siguiente también, porque al igual que ustedes nos dan y nos curan en la vida ( que estaré siempre eternamente agradecido a la sanidad) todos los demás sectores, también nos dejamos el culo para tener un mundo mejor, y lo que más me jode, es lo que nos ha tocado vivir, y a ustedes en primera fila, pero ahora es cuando tienen que sacar fuerzas y decir, AQUI ESTAMOS LOS SANITARIOS Y PODEMOS CON TODO. Salud,. Gracias y feliz navidad y año nuevo
Opinión respetable.. pero…te aseguro k n lo más gordo… no era lo mismo..
Muy de acuerdo contigo. Antonio.. y muchas gracias
Hola buenas tardes. Quiero comentarle algo que me sorprendió mucho. A mi esposa y un servidor nos dio Covid en días pasados. Fuimos al doctor para que nos valolara. Médico familiar de aproximadamente 80 años de edad. Muy atinado siempre. El doctor nos atendió sin usar para sí mismo ninguna medida de protección. Sin careta, ni cubrebocas, y por supuesto sin sana distancia. Nos revisó las amigdalas, los pulmones con su estetoscopio, es decir. Estuvimos cerca de una hora con él sin protección alguna. Porque incluso nos pidió nos retiráramos los cubrebocas que traíamos. Al día siguiente con prueba positiva PCR nos volvió a recibir sin miedo alguno al virus. Le pregunté por que no tenía miedo. Y nos contestó que los médicos que atendían la lepra no tenían ni cubrebocas ni miedo. Que si tenía miedo mejor era cambiar de profesión. Ha atendido así a un centenar de pacientes positivos. Se infectó una vez al principio de la pandemia y ya no se ha vuelto a reinfectar. Lo que me hace pensar. Será que la exposición permanente a altas cargas virales produce que su organismo no deje de producir anticuerpos. Tal vez si se le hicieran pruebas PCR cada mes daría todo el tiempo positivo. Ya que al atender a sus pacientes así, siempre tendrá el virus en su organismo. Pero quizás esto esté desarrollando en él una constante de anticuerpos producidos que evita el desarrollo de la infección. No encuentro otra razón por la que en dos años no desarrolle una reinfección. Será que la manera de evitar una enfermededad sintomática una vez que ya se tuvo, es no dejar de estar expuesto al virus, para que el cuerpo no deje de producir anticuerpos?