
Los problemas de sueño de la mujer difieren de los de los hombres porque se relacionan con los distintos cambios hormonales que tiene el organismo femenino en el ciclo menstrual y a lo largo de las distintas etapas de la vida.
En cada etapa, la mujer se enfrenta a un problema del sueño diferente
Así lo explica Ariadna Farré, enfermera de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR). De hecho, en la época de bebé hay más muertes súbitas entre los niños -un 60%- que entre las niñas -un 40%-.
Antes de llegar a la adolescencia, las niñas tienen más terrores nocturnos, mientras que los niños se despiertan más porque, entre estos, hay más prevalencia de enuresis.
Adolescencia
En la adolescencia, las niñas se desarrollan antes que los niños. Pero, como les sucede a todos los adolescentes, en este periodo se suelen ir a dormir más tarde y, en consecuencia, se levantan más tarde. Necesitan dormir en torno a 10 horas. El déficit de sueño a esta edad se relaciona con problemas como el bajo rendimiento escolar, déficit de atención, la obesidad y el padecimiento de problemas metabólicos.
En la etapa de la mujer fértil, cuando comienza la menstruación, se han observado distintas situaciones. Durante el síndrome premenstrual, la mujer puede tener problemas de conciliación del sueño, lo que le produce más cansancio y somnolencia diurna.
Gestación
Durante la gestación, los problemas de sueño varían en cada uno de los trimestres del embarazo. En el primer trimestre del embarazo, aumenta la hormona progesterona, lo que provoca un sueño más fragmentado y mayor somnolencia diurna.
Posparto
En el postparto, las mujeres tienen el sueño mucho más interrumpido y se levantan muy a menudo. Al dormir mal de noche, recuperan el sueño con una siesta durante el día y también van durmiendo con el bebé, a ratos. La mujer ha de procurar dormir cuando lo hace el bebé.
Lactancia
En la lactancia, hay un aumento del sueño, que es más lento y profundo, debido al aumento de la prolactina, la hormona que se segrega durante este período.
Menopausia
En la menopausia, una vez finalizada la etapa fértil de la mujer, se inicia un período que se caracteriza por cambios físicos y emocionales muy importantes y en el que no todas las mujeres tienen los mismos síntomas. Algunas mujeres presentan sofocos.
Vejez
En la vejez, las mujeres tienen un riesgo más alto de padecer insomnio que los hombres y hay que recordar que el sueño es fundamental para un envejecimiento saludable. La falta de sueño en personas mayores aumenta las enfermedades cardiovasculares, los trastornos metabólicos, y el deterioro cognitivo.
Nadie pregunta a la mujer por el sueño
“Con frecuencia las mujeres tienen fatiga cuando vienen a la consulta. Muchas mujeres están medicadas con antidepresivos. Y nadie les pregunta por el sueño, si descansan. Debemos dar herramientas a las mujeres para que tengan un buen descanso durante toda su vida. Además, hay que pensar que la medicina siempre ha tendido a estudiar a los hombres, cuando las mujeres tienen un cuerpo diferente. La medicina debe tomar conciencia de ello”, afirma Farré.
Las enfermedades del sueño y sus tratamientos en la mujer
Las enfermedades más habituales del sueño en la mujer son la apnea del sueño, el insomnio y el síndrome de piernas inquietas. En las mujeres, el 90% de los casos de la AOS no están diagnosticados. En cuanto al síndrome de las piernas inquietas, aparece con frecuencia en la mujer gestante y también puede haber un empeoramiento de este trastorno en la menopausia.
Hábitos para evitar los problemas de sueño en la mujer
Tener unos buenos hábitos del sueño comprende las siguientes medidas:
- Respetar el ritmo circadiano de la mujer, que, por lo general, necesita irse a dormir más pronto que el hombre, cuando en la cultura actual ambos se tienden a ir a dormir en el mismo momento.
- En el caso de las mujeres menopáusicas, vigilar la temperatura de la habitación para que no sea excesivamente calurosa y evitar poner la calefacción muy alta; vestir un pijama ligero; seguir una nutrición adecuada, rica en verduras, y evitar el sobrepeso.
- Hacer ejercicio todos los días de la semana. ü Evitar tomar café -una bebida estimulante- pocas horas antes de irse a dormir.
- No usar las pantallas antes de dormir, hábito nocivo que desvela y que es más habitual entre los adolescentes. Los niños tienden a usar más los videojuegos, mientras que las niñas se entretienen más con los teléfonos móviles.
- No fumar, ni beber alcohol.