• ¿Por qué fracasan los propósitos de Año Nuevo?

    La psicóloga Anna Marta Lubska explica cómo alcanzarlos

    El Autor

    Anna Marta Lubska

    Psicóloga, psicoterapeuta, “life coach”

    ¿Sabías que únicamente el 8% de las personas que tienen propósitos para el año nuevo los cumplen? ¿Esto significa que estos propósitos no tienen sentido o que solo una pequeña minoría está lo suficientemente comprometida con sus metas para conseguirlas?

    propósitos año nuevo

    ¿Cómo podemos aumentar las posibilidades de éxito?

    Empecemos por el principio: ¿Por qué esperamos a fechas concretas para empezar a cumplir nuestros objetivos? Una de las explicaciones es que nos gusta la magia de los nuevos comienzos, nuestra naturaleza cíclica nos empuja a hacer balances y creer en las nuevas oportunidades. El comienzo del año es un reinicio natural. Sin embargo, debemos tener en cuenta varios elementos necesarios para conseguir nuestros objetivos y ser conscientes de las trampas y obstáculos que nos esperan por el camino.

    Aspectos que se deben tener en cuenta para aumentar la posibilidad del éxito:

    • Podemos empezar por realizar un análisis de los fracasos pasados, con curiosidad y apertura, sin crítica innecesaria: ¿Por qué no lo conseguí la última vez? ¿Estaba comprometido con el objetivo? ¿Falló mi autocreencia y autoconfianza? ¿El objetivo fue concreto, realista y alcanzable? ¿Dediqué tiempo para preparar la estrategia adecuada? ¿Qué excusas ganaron? Este análisis nos puede permitir prepararnos y planificarnos de manera diferente este año, modificar la estrategia y el plan de acción.
    • La pregunta más importante que nos tenemos que hacer sobre nuestra meta es: ¿Para qué lo quiero? ¿Para qué lo necesito? ¿Qué aportará esto a mi vida? Ya que nuestro cerebro se rige por la regla del ahorro energético, no nos va a apoyar en propósitos que no sabemos vincular a los valores importantes para nosotros. Pregúntate: ¿Cuál de mis valores honra esta meta? ¿Mis propósitos están alineados con mis necesidades y valores o son una expresión de la presión social, necesidad de encajar y evitar rechazo o fracaso? ¿Vienen desde la motivación tipo “quiero”, “elijo”, “deseo”, “decido” o más bien “debería”,” tengo que”, “hay que”? La energía y predisposición es totalmente diferente en los dos casos, si lo vivo como una imposición se pone en marcha una parte rebelde que no quiere más obligaciones y que desea libertad.  Los objetivos son mucho más fáciles de conseguir si son alimentados por la motivación intrínseca (la que nace del interior de cada uno y es independiente de los factores externos).

    Concreta la meta y rodéate de personas que te motiven

    • Concreta la meta lo más claramente posible para que para la mente pueda visualizar, medir y describirla de forma fácil. ¡Escríbela! Esto te permitirá ir evaluando tus avances, adecuar la estrategia y dividir el objetivo en subobjetivos de acuerdo con el principio de que la única forma de comerse un elefante es mordisco a mordisco”. 
    • Rodéate de personas que te motiven, que te apoyen, que crean en ti, encuentra “tu tribu”. Los objetivos que compartimos con un grupo son más fáciles de conseguir.
    • La posibilidad de conseguir un objetivo esta correlacionada con la relación que tenemos con nosotros mismos. Así que revisa las creencias sobre tu capacidad y valía. Modifica ideas tipo “yo soy así”, “cambiar es muy difícil”, “no tengo tiempo”, amplía tu universo de posibilidades. Flexibiliza tus estrategias. Sé amable con tus tropiezos, admite un margen de error, abandona el sesgo cognitivo de “todo o nada”, valora las pequeñas aproximaciones.
    • Prepárate para la incomodidad. Salir de la zona de confort, empezar algo nuevo, modificar los hábitos siempre va acompañado de cierta incomodidad. La mente nos empuja a volver a los caminos antiguos porque las actividades habituales y automatizadas consumen menos energía. A nadie le gusta sentirse torpe, fuera de control o incompetente, lo que muchas veces sentimos emprendiendo algo nuevo. Para conseguir algo que nunca alcanzaste tendrás que hacer algo que nunca has hecho.  Pero como dice la psicóloga Susan David La incomodidad es el precio de admisión a una vida significativa.”
    propósitos año nuevo

    Imagínate el proceso

    • Experimenta el poder de la visualización. La visualización es una gran herramienta. Sin embargo, todos los estudios confirman que visualizar solo la meta no aumenta la probabilidad de llegar a ella. El secreto está en imaginarse todo el proceso, incluidos los posibles baches, tropiezos, dificultades. Si visualizas un obstáculo en tu mente y buscas las posibles soluciones, cuando este ocurra en realidad ya no tendrá el poder de paralizar o desmotivarte.
    • Sé consciente del mito de la motivación. Motivación se entiende como la razón para la acción. Consiste en dos elementos: emoción y energía.  La mayoría de las veces cuando empezamos algo nuevo por iniciativa propia, sentir la emoción positiva y energía nos ayuda. Sin embargo, ni la emoción ni la energía son algo estable. La ilusión y la emoción decrecen y hay que saber que es un proceso natural.  La motivación es importante para empezar, pero para seguir necesitas una estrategia. Y al mismo tiempo muchas veces la motivación aumenta después de la acción, no antes.
    • Entiende cómo funciona la fuerza de voluntad. La fuerza de voluntad es la capacidad de resistir las tentaciones a corto plazo que nos impiden cumplir las metas a largo plazo. La fuerza de voluntad funciona como un musculo: se cansa a corto, pero se fortalece a largo plazo. A lo largo del día disponemos del 100% de la fuerza de voluntad que se va acabando según avanza el día. Eso explica por qué caemos más en todo el tipo de tentaciones por la tarde-noche: porque hemos agotado la fuerza de voluntad a lo largo del día. Así no es buena idea proponernos demasiados objetivos o cambios al mismo tiempo. Cada actividad nueva antes de convertirse en un hábito requiere de fuerza de voluntad. Si tienes demasiados objetivos entre los cuales repartirla, pronto se agota.

    Revisa tus excusas

    • Crea nuevos hábitos. Convertir nuestras conductas en hábitos permite al cerebro ahorrar energía debido a que un hábito es algo inconsciente, que no requiere atención, energía ni fuerza de voluntad. Se supone que más de 45% de nuestras conductas diarias son hábitos. Para que una conducta se convierta en hábito necesitamos repetirla conscientemente muchas veces para que se crean en el cerebro nuevas vías neuronales. Así que tendremos que hacer uso de la fuerza de voluntad y a veces obligarnos hasta que se la nueva conducta se convierta en algo automatizado y natural.
    • Revisa tus mandatos familiares, promesas infantiles inconscientes y lealtades ciegas con los miembros de tu familia que son las causas inconscientes que nos dificultan desarrollar un compromiso fuerte con nuestra vida y nuestro crecimiento. Date permiso a vivir la vida según tus propias normas, aunque estas no estén compartidas por otros miembros de tu sistema.
    • Revisa tus excusas y los juegos de la mente. Uno de los juegos de la mente que más nos aleja de la consecución de nuestros objetivos es la idea de que primero tienen que cumplirse ciertas condiciones que nos abran la puerta a la felicidad, abundancia, realización. Ejemplos: “Primero me saco otro título y luego me lanzo con mi proyecto”, “Cuando adelgace 5 kilos me pondré ropa más sexy”. ¡Todo esto son excusas! La felicidad y la autorealización no dependen de circunstancias externas, dependen del permiso interno y compromiso que tienes contigo mismo.

    ¡Así que empieza ya porque el tiempo de las cosas que dejamos para después suele no llegar nunca!

    www. annamartalubska.com

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