Su consumo lleva a la atención anual de 450 personas en la región
La directora general de Proyecto Hombre en Castilla-La Mancha, Elena Carrizo, ha manifestado preocupación por la tendencia a normalizar el consumo de alcohol, porros o cocaína, por los que se atiende cada año a unas 450 personas en Castilla-La Mancha.
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Por este motivo, Proyecto Hombre está apostando por intensificar una atención ambulatoria para determinados perfiles de consumo que, «sin requerir un ingreso urgente en comunidad terapéutica, sí afectan de forma grave y progresiva a la relación de las personas que lo padecen con su entorno familiar y laboral».
El Gobierno regional ha valorado el trabajo de Proyecto Hombre para la recuperación y la reinserción de personas con problemas de adicciones. Así lo ha manifestado la directora general de Humanización y Atención Sociosanitaria, María Teresa Marín, que ha visitado las instalaciones de Proyecto Hombre en Guadalajara.
Proyecto Hombre Castilla-La Mancha es una organización no gubernamental referente en el ámbito de las adicciones y la salud mental nacida en Guadalajara en 1992 al amparo de la Fundación Solidaridad del Henares. Trabaja desde entonces en la prevención, la rehabilitación y la reinserción de personas con problemas de adicción.
Apoyo público
Desde hace años, la Consejería de Sanidad colabora y financia plazas en estos centros. En el presente año, a través de la Fundación Sociosanitaria se han destinado casi 990.000 euros a financiar 20 plazas de comunidad terapéutica para atender a personas con adicción al alcohol y 45 plazas de las 60 con que cuenta Castillejos para atender a personas con adicciones a otras sustancias.
El pasado año, la comunidad terapéutica Castillejos atendió a un total de 135 personas mientras que 50 fueron atendidas en el centro de la calle Bolarque.
Finalmente, María Teresa Marín ha subrayado la trascendencia que la recuperación de las personas con problemas de adicción ya que “beneficia no solo a cada una de estas personas sino a todo su entorno familiar, social y laboral, por el impacto que provocan las adicciones en todo el entorno de la persona y la esperanza y la oportunidad que supone para quienes de alguna manera tienen que afrontar este reto”.