• Psicología para recuperar el sueño

    Ante los trastornos del sueño, la Psicología puede aportar mucho para su superación con tratamientos eficaces y rápidos

    El Autor

    Iván Eguzquiza Solís

    Psicólogo y miembro de la Junta de Gobierno del COPCLM

    Sabemos que alrededor de un 30% de la población padecerá algún trastorno de sueño en un momento de su vida. Estos problemas de sueño se han agravado durante estos últimos meses, en un periodo en el que  la crisis sanitaria que estamos viviendo por el coronavirus, además  generar una gran cantidad de incertidumbre y ansiedad en la población, ha creado o agravado numerosos trastornos del sueño para muchas personas que ya tenían, ocasionalmente, algunas dificultades para dormir.

    Psicología sueño

    Esto es debido a una gran cantidad de factores. Entre ellos, podemos mencionar que, tanto los cambios en los patrones horarios, como el sedentarismo relacionado con las limitaciones de movilidad o los estados emocionales alterados, son factores que suelen dificultar el sueño.

    Un 60% de las personas con un nivel alto de estrés y un 90% de las personas deprimidas presentan importantes problemas de sueño. Pero a las pérdidas vitales que muchas personas han experimentado con la pandemia, en cuanto a la enfermedad o fallecimiento de sus seres queridos, hay que añadir las preocupaciones generadas por las pérdidas de trabajos, añadiendo un miedo más a la realidad de que estamos expuestos a enfermar, nosotros mismos y nuestros seres queridos.

    Todas estas cuestiones han agravado o facilitado la aparición de estos trastornos emocionales en forma de cuadros de ansiedad o estados depresivos que, a su vez, han facilitado importantes problemas de sueño.

    Es importante que tengamos en cuenta que muchas de estas personas continuarán sufriendo estos problemas de sueño, incluso después de que terminen las restricciones. Porque según la investigación y la práctica clínica, las causas que inician un insomnio crónico (que es aquel que dura más de tres meses)  no son las mismas que luego mantienen este insomnio.

    Fármacos y dependencia

    Y por tanto, algunas personas que hayan perdido su trabajo y hayan encontrado lógicas las dificultades para dormir, se  sentirán sorprendidas de seguir experimentando estas dificultades cuando consigan un nuevo empleo, aunque con este hayan desaparecido la angustia y la preocupación que tenían al perder el trabajo anterior. Unas emociones iniciales de sobrecarga a las que culpabilizaban de sus dificultades de sueño iniciales y que no entienden por qué siguen teniendo, si ya se encuentran mucho más relajados y felices. En ocasiones, muchas personas  incluso comenzarán a utilizar fármacos que tras unas cuantas semanas, comienzan a generar tolerancia y un cierto peligro de dependencia, agravando aún más el problema.

    Porque, utilizada a largo plazo, la medicación hipnótica puede llegar a  producir deterioro cognitivo leve e incluso agravar aún más el problema de sueño, al tender a generar despertar temprano.

    Terapia Cognitivo-Conductual del Insomnio

    Afortunadamente, desde el campo de la Psicología se ofrece una aproximación a este problema que en estudios ha mostrado la misma eficacia a corto plazo que los fármacos, pero con mejores resultados  a medio y largo plazo que estos, ya que evita el efecto de la medicación a la tolerancia y por tanto a la dependencia. Se trata de la Terapia Cognitivo-Conductual del Insomnio, que con una eficacia de cerca del 90% consigue que recuperemos un sueño satisfactorio y que los resultados se mantengan con el paso del tiempo.

    Si bien es cierto que los problemas de sueño causan numerosas pérdidas económicas a la sociedad, serios problemas físicos a la ciudadanía y facilitan la aparición o agravamiento de sintomatología ansiosa o depresiva, los psicólogos podemos aportar mucho para la superación de estos trastornos, con tratamientos eficaces y rápidos.

    De esta manera, las terapias no farmacológicas practicadas por psicólogos especializados permiten que personas que llevan meses o años sin sentirse energéticas y vitales durante el día, puedan recuperar el bienestar físico y emocional que produce un sueño adecuado.

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