• ¿Qué opino de la dieta escandinava?

    El Autor

     Jorge Sotoca

    Pediatra albaceteño en Suecia 

    A pesar de que generalizar siempre es una forma segura de equivocarse, os cuento lo que he visto y vivido, sin poder evitar hacerlo desde el punto de vista profesional del pediatra.

    ¿Qué opino de la dieta escandinava?

    Lo clasificaremos en apartados para hacerlo más ordenado:

    Bebidas: paradójico que en España me tenga que gastar el dinero en agua embotellada en los restaurantes mientras que en Suecia, donde el agua del grifo es fantástica y todos los restaurantes la ofrecen gratis, la gente bebe muy poca.

    Frecuentísimo que niños y adultos coman con leche (eso sí, blanca natural sin ningún aditivo). Si no les encanta el saft: agua a la que le echan un saborizante. Normal entonces que los adultos (y niños también) consuman muchos refrescos.

    Frecuentísimo que niños y adultos coman con leche

    Considero muy excesivo el consumo de zumos (los “Festis” y “Mer” dichosos) en los niños. Creo que al no estar acostumbrados a beber agua sin más, es también muy habitual beber agua con gas, ya sea embotellada, de máquinas que hay en muchos centros de trabajo o hecha con agua del grifo a la que añades el gas con una máquina casera.

    Finalmente el alcohol. En los supermercados solo pueden vender los que tengan menos de 3,5%. El resto se venden el los Systembolag, tiendas con el monopolio que solo venden bebidas alcohólicas. En general es muy caro, tanto las cervezas suaves de los súper, como lo que compras en estas otras tiendas especializadas, pero sobre todo el que te tomas en los restaurantes y bares. En cuanto al consumo… no lo hacen a diario sino que se reservan para ocasiones especiales. ¡Pero ahí lo dan todo! Eso sí, nada de coger el coche después!

    • Desayunos: las costumbres tradicionales de lácteo y cereales se dan en Suecia como en España en la primera (discutible si la más importante) comida del día. Sin embargo es menos frecuente (por suerte) la “leche con galletas” y más el “yogurt con cereales“. Hay una enorme variedad de yogures (me pierdo en sus matices) pero se suelen presentar en formato de litro y no en los paquetes de 6. La razón es que no se considera un postre sino un componente del desayuno al que echarle lo que cada uno se le ocurra: cereales de mil clases, semillas, fruta natural, fruta seca, granola, muesli… Otro desayuno habitual es el gröt. Con avena natural se hace una papilla cociéndolo en agua o leche. Se puede tomar solo así (me parece insípido pero a mis críos les encanta) o puede servir de base en vez del yogurt para añadirle lo que se os ocurra. Finalmente hay muchos que desayunan un macka. Sería una rebanada de pan (ver más abajo) con pålägg: mantequilla, mermelada, queso, pepino, tomate, pimiento, jamón, huevo duro…
    • Pan: como en todos lados hay una enorme variedad. Se compran tanto en supermercados como en panaderías-pastelerías (konditori). Se pueden encontrar las clásicas baguette de pan blanco, numerosos tipos distintos de hogazas, casi tanta variedad como de bollos pequeños. Por supuesto hay pan de molde y sucedáneos. Dos de los más típicos de Suecia son el knäckebröd y el mjuk bröd. El primero es mucho más sano, pues se trata de un pan fino y duro, generalmente hecho de centeno e integral. En cambio el segundo es más un bollo de harina refinada con azúcar y blandito. Nos confesamos fanaticos del pan ese duro con mantequilla y queso sueco (västerbottenost). El pan se usa para hacer tostadas, bocadillos o sándwiches, pero no para acompañar a la comida como en España. En los restaurantes lo suelen ofrecer con mantequilla como aperitivo.
    • Tallriksmodellen: en vez de la pirámide alimenticia, en Suecia utilizan las autoridades el “modelo del plato” para orientar el consumo calórico general.

    De forma gráfica proponen dividir un plato en tres componentes: uno con verduras, fruta fresca y hortalizas; el segundo con hidratos en forma de pasta, patatas, arroz; el tercero con las proteínas en forma de carne, pescado, huevos o legumbres. Recomiendan que este último no sobrepase una quinta parte del plato.

    En cuanto a los dos primeros hacen distinción entre gente más activa y más sedentarios. Si una persona se mueve más recomiendan ingerir más hidratos pero si los requerimientos calóricos son menores, la parte de frutas y verduras debe ser de al menos la mitad del plato. A esto añaden varios detalles: que los cereales y arroz sean integrales o que para el medio ambiente es mejor comer legumbres que carne. Opino que son mensajes sencillos que llegan fácil a la gente y con unos fundamentos adecuados, pero que es muy laxo al no hablar de cantidades (cómo de grande ha de ser el plato, por seguir con la idea), no considerar lo ingerido “fuera del plato” durante el resto del día o incluye a los carbohidratos como algo obligatorio (no es necesario comer todos los días pasta, patatas, arroz, etc, y más contando con la cantidad de pan y cereales que comen en desayuno y meriendas).

    • Meriendas y fika: aunque sean conceptos diferentes, pues el deporte nacional que es el fika supone tomar algo ligero mientras conversas con alguien, siendo más una situación social que un acto alimentario.

    Sin embargo, en los colegios y guarderías sirven los mellis entre el desayuno y la comida y entre la comida y la cena. Se puede añadir otra comida similar justo antes de acostar. En todos estos momentos se toma algo sencillo y rápido. Por supuesto varía para cada uno. En los centros escolares suele ser una pieza de fruta en la mañana y algún macka por la tarde. No obstante es bastante frecuente fusionar ambos conceptos: aprovechar la hora de la merienda para tomar un café con una pieza de bolleria o tarta. No es de extrañar que tengan el día nacional de bollo de canela (kanelbullens dag el 4 de octubre) y el del bollo de nata (semmeldag coincidiendo con 40 días antes de pascua).

    Comen las mismas gominolas, caramelos y chocolates que en España

    Chuches: aunque se han difundido en algunos sitios de España las tiendas de chucherias suecas, realmente no tienen nada de particular. Comen las mismas gominolas, caramelos y chocolates que en España. Quizá sí tengan más afición por el regaliz (lakris). Todos los supermercados y muchas otras tiendas tienen sus estanterías para llenar bolsas de chuches y cobrarlas al peso. Pero lo impactante es que se toman en serio es racionar su consumo y limitarlo solo a los sábados. Eso sí, los sábados se inflan!

    Días temáticos: además de las chuches los sábados, se ha generalizado a lo largo del país dos tres costumbres curiosas: los viernes para cenar se ha convertido en típico comer tacos. Sí, este plato mejicano donde metes en una tortilla de pan una variedad de verdura y carne picada con salsas. Desconozco la razón. Otro día de la semana, con frecuencia los jueves, suelen comer tortitas (pannkakor). Lo hacen como plato principal del lunch y le echan nata y mermelada de fresa. Y no es cosa solo de niños! Finalmente otro día a la semana se suele comer sopa (múltiples variedades, ninguna especialmente típica) con pan.

    Horarios: desayuno al levantarse, comida entre las 12:00 y las 13:00, cena entre las 17:00 y las 18:00. Entre medias sus meriendas (10:00 y 15:00 aprox). Y un resopón antes de acostar.

    El restaurante que tienen todos los barrios o pueblos es que te ofrecen pizza, pasta, kebab, hamburguesa, perrito caliente y ensalada

    Gastronomía: hay muy pocos platos típicos suecos. La skagenröra(tostada con gambas, mayonesa y eneldo por encima) suele estar en todos los restaurantes. Hay que nombrar las albóndigas (köttbullar) servidas con puré de patata, mermelada de arándano rojo y una salsa a base de soja y nata. Y poco más. Tampoco hay una gran diversidad regional con platos típicos por zonas (salvo alguna excepción). Considero que la ausencia de gastronomía local ha hecho proliferar los restaurantes de comida de todas partes. El restaurante que tienen todos los barrios o pueblos es que te ofrecen pizza, pasta, kebab, hamburguesa, perrito caliente y ensalada. Las ciudades tienen todas restaurantes japoneses, indios, libaneses, etc. Por supuesto están las franquicias de comida rápida como en todo el mundo. Pero también hay restaurantes con estrellas Michelin espectaculares. Un aspecto llamativo es que el lunch suele ser barato para lo que ofrecen. Por menos de 100 SEK casi siempre sueles tener, además del plato principal, un buffet de ensalada y pan, bebida y café.

    Menús infantiles: si bien es cierto que casi todos los restaurantes lo ofrecen y que muchos lo hacen reduciendo la cantidad y el previo de los platos que hay en la carta, siguen siendo las albóndigas, nuggets de pollo, salchichas y hamburguesas las opciones más ofrecidas a los niños. Añadamos las omnipresentes patatas fritas, el ketchup y los zumos o refrescos y obtenemos cualquier cosa menos un menú saludable.

    Carne y pescado: apenas hay carnicerías y pescaderías, se compra en el supermercado. Allí encuentras casi de todo, pero… ternera es quizá la más disponible. Cerdo y pollo también hay mucho. Cordero hay menos. De forma excepcional se puede encontrar carne de caza. En forma de carne picada es como más se encuentra. Filetes, solomillo, pechugas y muslos hay casi siempre. Puestos a pedir, echamos de menos cortes de cerdo como el secreto, la presa o la pluma. Y las chilenas de cordero. Las estanterías cambian cuando llega el buen tiempo y las barbacoas. Hamburguesas y salchichas son las reinas del grill en Suecia (por desgracia). En cuanto al pescado, la variedad es poca. Arenques, gambas y salmón son omnipresentes, pero el resto es más difícil de obtener. La gente tiene poca costumbre de hacer pescado en sus casas y por eso se vende poco. Dicen que parte de culpa es el miedo al pescado contaminado del báltico.

    La nórdica se describe como “basada en frutos rojos, legumbres, granos enteros y pescados grasos, y prefiere el aceite de colza”

    Dieta escandinava: si tomamos como comparación la dieta mediterránea, definida como “rica en vegetales, frutas, nueces, cereales y aceite de oliva, con proteína animal como pescado o pollo y pocos lácteos, carne roja y alimentos procesados“, la nórdica se describe como “basada en frutos rojos, legumbres, granos enteros y pescados grasos, y prefiere el aceite de colza”. Ni en España se cumple con la primera ni en Suecia con la segunda.

    Mi opinión personal es que se tienen problemas similares en ambos países (y en muchos otros): vivimos en un mundo de excesos y disponibilidad de alimentos masiva. Unido a la publicidad e intereses comerciales, al estrés de la vida diaria familiar y a la falta de información o falsas creencias en la población general, da como resultado el estremecedor porcentaje de población con exceso de peso. Si nos centramos en edad infantil esto es aún más aterrador.

    Hay detalles a mejorar: beber más agua y menos de todo lo demás

    Generalizar, facilitar y abaratar el consumo de “materias primas”, primando incluso las de origen vegetal (frutas, verduras, hortalizas, legumbres, semillas, frutas del bosque, algas, setas, frutos secos) sobre las de origen animal (carne, pescado, mariscos, leche, huevos), sería el primer paso a dar en todos los países occidentales. Eliminar el alcohol, minimizar los productos procesados, reducir todo lo azucarado (comida y bebida) y ajustar la ingesta de sal serían aspectos que también ayudarían. Si añadimos el incremento del ejercicio físico, mejoramos la educación de la población en general, introducimos especialistas en nutrición en el sistema público de salud y tenemos en cuenta el medio ambienta en nuestras decisiones alimentarias, alcanzaríamos la perfección.

    Poniendo el foco en Suecia, creo que hay detalles a mejorar: beber más agua y menos de todo lo demás, reducir la ingesta de lácteos, incrementar la de cereales integrales (pan, pasta, arroz), recortar y mucho la de productos azucarados (chuches, bollería), potenciar el consumo de productos locales, limitar el uso gastronómico de las salsas y sustituir alguna ración de carne por pescado o legumbres.

    Pinche aquí si quiere consultar el blog del doctor Sotoca

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