• ¿Quién fue María José Merlos?

    Luchó contra el cáncer y perdió, pero no sin antes sentar las bases para que otras mujeres contaran con más armas para ganar. La albaceteña María José Merlos Galián puso su energía y personalidad arrolladoras al servicio de Amac, la asociación de mujeres afectadas de cáncer de mama y ginecológico que fundó en el año 2000. A la espera de que Albacete la recuerde con una calle, quienes la conocieron se niegan a que su labor quede en el olvido.

    Albacete le debe a Merlos, entre otros logros fundamentales, la Unidad de Mama. Y es que supo mover los hilos políticos sin identificarse pero sin dejar de reivindicar lo que creía justo. Amigas, como Lola López Mengual, la describen como “una mujer adelantada a su tiempo que tuvo las ganas y la capacidad para cambiar las cosas”. Licenciada en Geografía e Historia, era lo que hoy llamamos “emprendedora”. Fundó la librería Tesis, con exposiciones y tertulias, un modelo de negocio nuevo en Albacete.

    María José Merlos

    María José no era ajena a la enfermedad. A los 14 años le diagnosticaron artritis reumatoide y le pronosticaron que acabaría en una silla de ruedas, final al que, gracias a su tesón y el de los médicos, nunca llegó. A los 18, perdió a su madre por un cáncer y, a los 40 años, le tocó a ella.

    Su experiencia como motivación

    Después de la quimioterapia, cuando María José Merlos se recuperó de la primera embestida del cáncer de mama, decidió que tenía que cambiar las cosas para que nadie más pasara por lo que ella había tenido que sufrir, el desconcierto, las esperas o la frialdad y falta de comodidad. Vio detalles fáciles de solventar y graves carencias.

    Fue entonces cuando decidió entrar en la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). Formó parte de la junta directiva. Sin embargo, López Mengual cree que fue allí donde Merlos vio que una asociación tan grande, que abarca tanto, no era la herramienta que ella buscaba para que las administraciones pusieran a las mujeres en el punto de mira.

    Líder

    “Entusiasmaba, arrastraba, tenía capacidad de liderazgo”. Y estas cualidades que recuerda ahora su círculo más próximo las trasladó a Amac, asociación que fundó en el año 2000. Citó a un grupo de amigas en su casa y les pidió ayuda para cambiar el trato que daba la sanidad a la mujeres afectadas de cáncer. En aquel grupo no había enfermas, pero no les importó embarcarse en lo que les proponía su amiga. Movilizaron todo lo que estaba en su mano; recorrieron los pueblos con sus coches particulares; impartieron charlas; organizaron jornadas con investigadores y oncólogos de primera fila y reivindicaron como aún hoy siguen haciendo.

    El adiós, en 2008

    María José murió una década después del diagnóstico, en el año 2008. Todos los años se celebra una carrera que lleva su nombre y desde hace ocho está esperando una calle que el Ayuntamiento en pleno aprobó por unanimidad.