• Recetas contra la soledad obligada

    El Autor

    María José González Belmonte

    Psicóloga voluntaria de la asociación Lassus

    Tener amigos se considera un aspecto normal y deseable de la vida social actual, pero no se puede suponer que la falta de amigos es equivalente a sentirse solo.

    ¿Qué es la soledad? 

    En la soledad podemos encontrar dos extremos: por un lado, está la soledad elegida que nos ofrece un espacio de introspección que nos produce satisfacción personal y nos permite disfrutar de esa soledad; y por otro lado, se encuentra la soledad no elegida u obligada que produce sentimiento de pérdida, vacío interior y aislamiento.

    Las personas pueden no compartir el mismo concepto de soledad, pero intuitivamente saben lo que es la soledad.

    Existen diferentes definiciones de la soledad, sin embargo, sí parece haber puntos de acuerdo muy importantes en la forma en que los investigadores ven la soledad, y es que se trata de una experiencia subjetiva. Es decir, podemos sentirnos solos estando en compañía de otras personas, o podemos no sentirnos solos aunque no tengamos la compañía de nadie.

    Cuando hablamos de soledad podemos referirnos a la circunstancia de estar solos, sin ninguna compañía, pero también podemos referirnos al sentimiento de melancolía que experimentamos al no estar con alguien con quien nos gustaría estar.

    Young (1982) identificó tres tipos de soledad:

    1. Soledad Crónica: dura años y la persona se siente incapaz de establecer relaciones sociales satisfactorias.
    2. Soledad Situacional: vinculada con situaciones estresantes como el divorcio o la pérdida de un ser querido.
    3. Soledad Transitoria: es la más común y se asocia con brotes breves del sentimiento de soledad.

    En la soledad influyen sobre todo, tres tipos de factores:

    • Conductuales: las personas se implican menos en autorrevelaciones, lo que a su vez da como resultado que los otros compartan menos con ellos; son personas más pasivas y menos asertivas; hablan en exceso o demasiado poco; sonríen menos; inician menos conversaciones; etc….
    • Cognitivos: son personas que culpan más del fracaso a características personales estables en vez de a la falta de esfuerzo o al empleo de estrategias incorrectas, y por lo tanto, se desaniman más fácilmente; son menos empáticos con las necesidades, intereses y sentimientos de los más; se recrean más en sus fracasos; tienen una menor autoestima; se preocupan más con respecto a la evaluación negativa; etc…
    • Emocionales: las personas más solitarias a menudo se sienten ansiosas y se describen a sí mismas como tensas, inquietas y aburridas. También pueden llegar a sentirse hostiles hacia los demás.

    Algunas razones dadas por estas personas para la falta de establecimiento de relaciones están relacionadas con:

    1. Falta de información sobre las relaciones sociales.
    2. Falta de habilidad para relacionarse.
    3. Temor a la evaluación negativa.
    4. Creencias negativas o incorrectas.

    ¿Cómo afrontamos la soledad?

    Podemos llevar a cabo acciones que ayudan a mejorar nuestro estado de ánimo:

    • Podemos “arriesgarnos” a buscar dentro de nosotros y averiguar a que circunstancias se debe nuestra soledad.
    • Analizar y en caso necesario modificar nuestra autoimagen y nuestra autovaloración y conseguir de esta manera no rehuir una posible amistad por miedo al rechazo.
    • Elaborar un plan: determinar qué tipo de personas nos interesan y nos gustaría conocer y a partir de aquí, elaborar un plan para conocerlas.
    • Dejar a un lado la actitud de víctima pensando que nadie quiere conocer a alguien como nosotros y tener claro que con seguridad, hay alguien a quien le parecemos interesantes y le gustaría conocernos.
    • Retomar o iniciar actividades educativas, artísticas o deportivas que, además de contribuir positivamente a satisfacer nuestras inquietudes y a mejorar nuestro estado de ánimo, también contribuyen a facilitar el contacto con personas afines a nosotros y por lo tanto, facilitan entrar en contacto con posibles amistades.
    • Realizar trabajo de voluntario. Esto nos aporta el beneficio del altruismo y también, nos hace formar parte de un grupo y nos hace vivir nuevas experiencias. Centrarnos en los sentimientos y necesidades de los demás nos ayuda a dejar de pensar en nuestra soledad.
    • Intentar retomar el contacto con antiguas amistades. Podemos tratar de recordar viejas amistades que hemos dejado desatendidas y que para nosotros eran satisfactorias y esforzarnos por reiniciar una toma de contacto.
    • Una mascota puede ayudarnos a combatir el sentimiento de soledad. No solo puede mejorar nuestro estado de ánimo si no que también nos ayuda a conocer a otras personas, por ejemplo, cuando salimos a pasear con el perro. Sin embargo, es importante que no lo hagamos por impulso y tengamos claro que tipo de mascota queremos y/o estamos en disposición de tener y cuidar.
    • Tenemos que ser amables. Tener una buena actitud ante los demás nos ayuda a formar nuevos amigos.
    • Utilizar moderadamente las redes sociales. Contactar con otras personas en redes sociales o simplemente buscar información en internet como entretenimiento, ayuda a reducir nuestra sensación de soledad.

    La soledad es una situación que hemos de aspirar a convertir en transitoria y que no debemos considerarla como una experiencia traumática necesariamente.

    Lassus os invita a asistir a la charla “Vivir de forma saludable la soledad” que tendrá lugar el día 22 de Noviembre a las 19.00 horas en el Centro Cultural El Ensanche.