
La administración de las vacunas a partir del 27 de diciembre ha frenado mortalidad y contagios en las residencias de Castilla-La Mancha
La vacunación ha permitido que regresen las visitas a unas residencias donde los ancianos pueden salir libremente después de más de un año de encierro. El simple hecho de dar un paseo, aunque sea con mascarilla, no lo han conseguido hasta este mes de abril de 2021. Y, como este coronavirus ha venido para quedarse, aunque hayan bajado drásticamente los contagios y las muertes, la ‘normalidad’ total tardará en regresar a las residencias. Prueba de que no se puede bajar la guardia es que si bien Cuenca, Guadalajara y Albacete no tienen ni un solo caso de coronavirus en sus residencias, tres centros de Toledo y dos de Ciudad Real registran los siete únicos contagios de una red de centros donde los casos COVID se llegaron a contar, como las muertes, a cientos.
- Ancianos fallecidos por coronavirus en las residencias de Castilla-La Mancha en febrero: 120.
- En marzo: 9.
- En abril: 9.
- Fallecidos por coronavirus o con síntomas compatibles desde el 14 de marzo: 2.820.

Según los datos del Imserso, más de 2.800 ancianos de las 343 residencias de Castilla-La Mancha han muerto por COVID
Según los datos del Imserso, que no acaban de coincidir con los de la Consejería de Sanidad, en las residencias de ancianos de Castilla-La Mancha habrían muerto desde mediados de marzo de 2020 más de 2.800 personas con coronavirus y con síntomas compatibles. Así, si bien los datos han sido confusos desde el principio, lo que no deja lugar a dudas es que la vacunación, iniciada el 27 de diciembre, ha reducido tanto los contagios como la mortalidad.
En la actualidad, los trabajadores de las residencias, además de estar vacunados, guardan un sinfín de protocolos que en febrero de 2020 eran impensables. Y es que las vacunas, aunque muy eficaces, no lo son al cien por cien, de ahí que aún se dé algún brote aislado. No obstante, los datos son claros. Si en febrero de este año fallecían 120 residentes, en marzo han muerto nueve personas, igual que en abril.
En este contexto, cabe recordar que Castilla-La Mancha cuenta con una Red residencial formada por 343 residencias para personas mayores y un total de 26.815 plazas, de las cuales 11.500 son públicas.
La región encaraba el verano de 2020 con brotes en 239 residencias, nada que ver con los 7 ancianos contagiados en la actualidad. El año pasado, después de vivir situaciones dantescas, la Consejería de Sanidad entraba en la mayoría de las residencias, reforzando la atención con médicos y enfermeras; se improvisaron centros hospitalizados; la Universidad de Castilla-La Mancha tendió una mano que nadie cogió; Médicos Sin Fronteras tuvo que ayudar e incluso la Fiscalía entró en escena. Después de un año terrible, regresa una cierta normalidad, pero prueba de lo vivido es que entre los trabajadores hay casos de estrés postraumático.